ALICANTE. El impacto de la doble crisis sanitaria e inflacionista alcanza incluso a empresas de los sectores más insospechados. La firma alicantina Mediterráneo de Servicios Marinos SL, dedicada a realizar todo tipo de trabajos de construcción y reparación bajo el agua, pero también a los rescates, la biología marina e incluso la construcción de desaladoras, ha tenido que pedir el concurso exprés (esto es, ir a concurso y abrir la fase de liquidación en el mismo acto) tras varios años como referente en su campo.
La declaración de concurso y la apertura de la fase de liquidación, acordadas por el juzgado de lo Mercantil número 4 de Alicante el pasado mes de junio, se han inscrito esta semana en el Registro Mercantil, por lo que la empresa ha pasado a estar oficialmente inmersa en su fase de liquidación. La sociedad, con sede en la nueva dársena pesquera del puerto de Alicante (donde cuenta con unas modernas instalaciones), es la máxima accionista de tres filiales extranjeras, en Chile, Túnez y Marruecos.
Fundada hace casi cuatro décadas, y con más de setenta empleados según los últimos datos facilitados al Registro, la empresa de trabajos submarinos pertenecía en el momento de declararse en concurso a tres socios, de entre los que destacaba el biólogo marino Ignacio Carlos Hernando de Larramendi Martínez, hijo de Ignacio Larramendi ('padre' de la actual Mapfre), con un 50%. Los tres socios eran asimismo administradores solidarios de la sociedad hasta la designación del despacho Nobus Abogados como administrador concursal.
Hasta que llegó la pandemia en 2020, la trayectoria de Mediterráneo Servicios Marinos era claramente ascendente. En 2018 facturó 11,6 millones de euros, un 10% más que el ejercicio anterior, y obtuvo beneficios. En los últimos años, la empresa se ha encargado de reparar los emisarios submarinos de Xàbia, Moraira, Gandia, Alcossebre o Puerto del Rosario (en Fuerteventura), obras todas ellas ejecutadas entre 2020 y 2021. En 2019, se adjudicó los trabajos marinos de la construcción de la desaladora de Duqm, en Omán, a cargo de Tedagua, o las de Duba y KAEC, en Arabia Saudí.
Entre su patrimonio, la empresa cuenta con dos buques de más de 30 metros de eslora cada uno, varias plataformas modulares y diversas embarcaciones menores, así como equipos de buceo, campanas, cámaras hiperbáricas o barreras anticontaminación, un equipo con el que ha obtenido durante años una enorme versatilidad para llevar a cabo todo tipo de trabajos en el mar, desde las obras de infraestructuras hasta la contención de vertidos o la exploración de la fauna.