ALICANTE. El actor Lamine Thior, nacido en Senegal pero criado en España, interpreta a Barack en la serie de ficción La ley del mar, para TVE y À Punt, que pronto verá la luz y que cuenta la historia del pesquero Francisco y Catalina, de Santa Pola, que rescató en aguas internacionales del Mediterráneo a 51 inmigrantes. Ha compartido rodaje, en Ciudad de la Luz, con Luis Tosar y Blanca Portillo, protagonistas de la producción y, ahora, en su faceta de cómico y guionista, ha vuelto de nuevo a la terreta para presentar su espectáculo Españul, donde narra con humor los episodios de racismo y fetiche que ha experimentado a lo largo de su vida por el color de su piel. "El humor me ha ayudado a afrontar todos estos conflictos", afirma el actor, que presentó el show en la sala Refugio de Alicante.
Había participado anteriormente en otros proyectos como BBC, Derecho a soñar o Servir y proteger, pero La ley del mar es el proyecto de ficción audiovisual más "importante" en el que ha participado hasta ahora, según explica Lamine y, también, "por supuesto, el que más me ha emocionado", asegura. Su personaje encarna al líder o portavoz de las personas migrantes que van a bordo de la patera. Él es el único que sabe hablar español. "Al principio, cuando me llegó el papel a las manos, dudé por si era el típico personaje al que estereotipan, pero, al leer el guion, me enamoré de Barack", confiesa el actor. "Por fin un personaje que viene en una patera y, además, que no es el único rasgo de su personalidad, sino que tiene muchas dimensiones; tiene miedos, anhelos o esperanzas, como cualquier otro ser humano", explica.
En los estudios alicantinos de Ciudad de la Luz ha compartido rodaje este verano con los consagrados actores Luis Tosar y Blanca Portillo. "Es mágico poder trabajar con grandes actores y actrices a los que admiro; también con los productores y con todo el equipo técnico y los actores figurantes... ha sido un sueño", relata. Un sueño en el que se ha visto inmerso casi de casualidad. Y es que entró en el sector audiovisual casi sin darse cuenta. "Siempre me interesó el mundo del espectáculo, así que, un día, unos amigos y yo decidimos montar la webserie Trescientos pavos; desde entonces, no he parado de probar y jugar", recuerda. No sin alguna que otra dificultad añadida por el color de su piel. "En España, a pesar de que hay avances, y eso es una realidad, aun cuesta ver a personajes racializados sin que tengan que cumplir el papel que se espera de ellos. Y no está mal que existan esos papeles, pero, desde luego, también es importante que haya otros más", afirma.
Lamine Thior también forma parte del exitoso trio que compone el podcast No hay negros en el Tíbet, junto a Frank T. y Asaari Bibang. Un proyecto producido por Podium Podcast en el que tratan, desde la perspectiva del humor, estas problemáticas que vive la comunidad negra. En menos de dos meses se han colado en el top ten de tendencias en podcast de Spotify, con una gran acogida del público que le ha llevado a colaborar en A vivir, de Javier del Pino, uno de los programas con mayor audiencia de la Cadena SER, y también tiene su hueco en el El Intermedio, de La Sexta. "El humor es la mejor vía para poder transmitir las cosas, eso siempre será mi máxima, y el ver lo absurdo de las situaciones que aun vivimos, es la mejor llave para manejarlas", confiesa. Todo ello sin perder de vista la gravedad y lo serio de esta problemática, porque se corre el riesgo de banalizarla. "Hacer humor con conciencia y conocimiento es la mejor forma de hacerlo", sentencia.
Todas esas experiencias las recoge en el monólogo Españul, con el que ahora está de gira y con el que visita este sábado la sala Refugio de Alicante. Un show con el que se remonta a cuando era "un negrito adorable" que le encantaba a todo el mundo. "La policía jugaba conmigo a Piedra, papel o tijeras, pero un día me dijeron 'papeles' y, cuando le contesté 'tijeras' me metieron en el calabozo", ironiza el cómico. "Hay un momento en el que te das cuenta de que, el paradigma que la sociedad tiene de ti, ha cambiado y, de repente te das de bruces con el racismo".
"Al fetiche le damos siempre una connotación agradable y creemos que EL RACISMO siempre va de la mano del odio racial"
Lamine Thior aúna su vocación activista y el talento comunicativo para despertar el pensamiento crítico de la audiencia, haciéndoles reflexionar sobre el racismo y la discriminación a través del humor y la empatía. Un espectáculo muy personal en el que relata sus orígenes, desde Senegal a Algeciras, así como los contrastes culturales con sus amigos o la peculiar relación con su madre y su intento de ir de acampada, pasando por la crisis de los treinta, en un mundo en el que todos sus amigos se han casado y él aún no tiene ni carnet de conducir, sin olvidar la presión por perpetuar su linaje, según las tradiciones senegalesas. Pero además recuerda sus intentos infructuosos de ligar, una y otra vez, que le llevarán a momentos de lo más surrealistas, aunque también habla del fetiche racista. "El fetiche y el racismo, al final son lo mismo, lo que pasa es que al fetiche le damos siempre una connotación a priori agradable y, sobre el racismo, creemos que siempre va de la mano del odio racial, y no tiene por qué ser así en todo momento", describe.
"Dotar a una persona de virtudes o defectos basándote solo en el color de su piel es igual de negativo, aunque lo que hagas sea otorgarle una virtud, ya que condicionas a esa persona bajo tus prejuicios, no dejándote conocerla realmente", comenta. Y, aunque ese fetiche le haya podido abrir algunas puertas, asegura que no se ha dado cuenta "Soy un empanado", confiesa el artista. El caso es que a veces se ha sentido desubicado. "Lo que trato de explicar en el show es que puede llegar un momento donde te sientas en tierra de nadie, y eso es bastante doloroso ya que, si al final te has criado en España, tu cultura es la española y así es como te sientes. A mí, personalmente, el humor me ha ayudado a poder afrontar todos estos conflictos y creo, verdaderamente, que Españul tiene la capacidad de ayudar a afrontar los conflictos cotidianos de nuestras vidas, independientemente de tu color de piel o procedencia".