Las razones de la UA para convencer a los suyos (y al Consell) para implantar el grado de Medicina
Las razones de la UA para convencer a los suyos (y al Consell) para implantar el grado de Medicina
ALICANTE. Lo había pedido el entonces rector Manuel Palomar con insistencia, desde hace seis años, pero siempre se topó con el no del Gobierno valenciano. El sueño de Palomar era restañar esa herida que todavía exhibía la Universidad de Alicante en sus foros internos: en 1996, un grupo de profesores de la Facultad de Medicina pidieron la segregación del campus del San Vicente del Raspeig para crear la Universidad Miguel Hernández de Elche, con el aval del entonces Ejecutivo de Zaplana. Pudo el Botànic cerrar esa herida, y pronto, pues el germen del nuevo grado de Medicina tenía todos los informes favorables de las instancias superiores: la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), dependiente del Ministerio de Educación, y de la AVAP, la Agencia Valenciana de Evaluación y Prospectiva, dependiente de la Generalitat.
Pero en julio de 2019, con el Botànic renovado, el Consell de Puig volvió a negar a la Universidad de Alicante su deseo académico y le conminó a buscar una solución conjunta con la Miguel Hernández para un coste menor a crear una facultad nueva. Si había obstáculos administrativos, también habían caído, pues el departamento de Universidades había pasado a manos de una nueva conselleria, ahora con el PSPV. Con anterioridad la pelota de Medicina había dado saltos por el departamento de Vicent Marzà, sin éxito (o valentía) para apretar el botón, o presionar. La última palabra también la tenía la Conselleria de Sanidad, que durmió el informe.
Este martes, 26 de abril, un día después de la festividad de San Vicente, y a dos días de la romería de Santa Faz, mientras la pandemia serpentea en nuestras vidas, tras dejar miles de fallecidos, millones de contagiados y centros sanitarios colapsados, el Gobierno de Ximo Puig ha considerado que ahora es el momento de que los estudios de Medicina vuelvan a la Universidad de Alicante, pese a su reticencia inicial.
Está claro que la pandemia ha marcado un antes y un después, también en la visión del Gobierno de la Generalitat, que ahora ve más necesario que nunca formar médicos para lo que pueda venir, sobre todo, a partir de 2027 -el punto de inflexión, como dijo el propio Puig este martes-, cuando se jubilarán muchos en el propio sistema sanitario de la Comunitat. Oficialmente, este martes, se ha dicho que ha decisión se había tomado con criterios científicos, pensando en el interés general y sabiendo de la necesidad que existe de fortalecer la Educación en el ámbito sanitario y la creación de nuevas plazas", ha señalado Puig, quien ha añadido que la provincia de Alicante, con todo su potencial demográfico, social y económico, "era deficitaria" en este sentido y "necesitaba de manera urgente ampliar los estudios de Medicina". Pero muchos de esos números ya estaban en el informe que presentó la propia UA ante la Generalitat en 2017 y 2018, y que validó la Aneca y la AVAP.
Las razones de la UA para convencer a los suyos (y al Consell) para implantar el grado de Medicina
Lo ha dicho la rectora de la Universidad de Alicante, Amparo Navarro. El grado de Medicina necesitará de unas nuevas instalaciones, posiblemente con la remodelación del actual Colegio Mayor que hay dentro del campus de San Vicente. Como han explicado este martes, el nuevo Grado se cursará en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Alicante, donde actualmente se imparte también el Grado de Enfermería, y por tanto habrá que dotarlo de nuevos servicios, como laboratorios y salas específicas.
Esa es la pregunta, para que ni Puig ni la rectora ni las conselleras de Universidades y Sanidad han dado respuesta alguna. Es la misma razón por la que se paralizó el proyecto de Medicina en 2019. Ana Barceló ha dicho que en breve se sentará con la propia UA y la UMH para reordenar el mapa de las prácticas y las vías de colaboración. Puig también ha dicho que se verá con el tiempo, pero la verdad que la UA necesitaría una inversión cercana a los 6 millones de euros -como en su día pasó en la Jaume I de Castelló- para tener toda la operativa lista a lo largo de todos los cursos que dura el grado. Es verdad que los estudios empezarán en el curso 23/24 como ha dicho la rectora Navarro, que podrían hacerlo durante los dos primeros cursos con las infraestructuras actuales, pero que a partir del tercer año sí que debería estar preparada la logística de los laboratorios.
Además de la pandemia y de las necesidades obvias que aportan los números, la pregunta sigue siendo por qué se crea ahora el grado de Medicina cuando pudo hacerse en 2019 -si no había financiación entonces, tampoco la hay ahora que la reforma del sistema tampoco está en la agenda del Gobierno central. ¿Había algún proyecto privado a la vista que ha acelerado los acontecimientos? En su día, ya se defendió la apuesta pública para cerrar el paso a cualquier proyecto de la iniciativa privada, como en su día se planteó con la UCAM en Sant Joan d'Alacant, o la Universidad Mediterránea en El Campello. Sobre todo, en la provincia de Alicante, donde no existe ese proyecto, mientras que en Valencia y Castelló si que facultades públicas y privadas se reparten el mercado de Medicina. Con el tiempo se verá.
Pese a todas las incógnitas, lo importante es que Alicante recupera la Facultad de Medicina y que la primera promoción de graduados y graduadas en Medicina de la UA saldrá antes de que finalice la actual década. Que el proyecto también nace con la mano tendida hacia otros agentes, como la UMH, y a la polo investigador de la innovación biomédica. Y sobre todo, además de la fuerza que han hecho el actual equipo rectoral y el anterior, también hay que destacar el empeño del Consejo Social, que en un estudio puso negro sobre blanco las necesidades médicas de la provincia de Alicante. Lo que cuesta comprender son los años de silencio que, desgraciadamente, la pandemia ha despertado.
El 'divorcio' entre Ximo Puig y Manuel Palomar (UA), portada de la revista Plaza de noviembre