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'not longer life'

Las ‘3 erres’ contra el plástico a partir de Caravaggio

9/07/2019 - 

VALÈNCIA. Los seres humanos podrían ingerir cada semana aproximadamente cinco gramos de plástico. Esta es la conclusión a la que llega un reciente estudio impulsado por el World Wildlife Fund y desarrollado por la universidad australiana de Newcastle, un informe que analiza el impacto de los microplásticos en nuestra alimentación. Para ilustrar el dato, utilizan el ejemplo de una tarjeta de crédito, con un peso similar a esos cinco gramos que ingerimos. Y es que a veces es necesario visualizar una imagen para ser conscientes del impacto de aquello aparentemente invisible. Este es el punto de partida del proyecto Not longer life, impulsado por estudio de arquitectura valenciano Quatre Caps, una serie de imágenes que reinventa distintos bodegones clásicos para adaptarlos al aspecto que tendrían hoy en día. Y, claramente, son los envases la gran diferencias. Bolsas de plástico, envases, mallas, botellas… pocos productos se muestran sin una ‘nueva piel’ que solo ahora comienza a ser cuestionada por el grueso de consumidores.  

Este proyecto, tal y como explican sus autores, es una suerte de “spin off” de la Plastiquete, una campaña que busca concienciar sobre el uso abusivo de plástico, una producción que alcanzó los 60 millones de toneladas en 2016 y que, en 2020, se prevé supere los 500 millones de toneladas anuales, con el consecuente impacto medioambiental, especialmente en aquellas aguas que no vemos. Aquello de barrer bajo la alfombra se repite. Haciendo uso de la técnica de fotogrametría, han generado una serie de seis bodegones que, pese a no estar vinculados a una campaña concreta, han acabado generando su propio universo con un mensaje muy claro. Si somos lo que comemos, somos plástico.  

El punto de partida ha sido reimaginar algunos de los bodegones más destacados de la historia del arte, firmados por autores como Luis Egidio Meléndez - Bodegón con plato de higos, pan y cesta con jamón y recipientes, (1770)-; Sánchez Cotán -Naturaleza muerta con membrillo, repollo, melón y pepino (1600); Monet -Bodegón (1859)-; Abraham van Beyeren -Naturaleza muerta de un banquete con un ratón (1667)-; y Caravaggio -Cesto con frutas (1596)-. A estos se suma un bodegón ‘de nueva creación’ que completa la serie. A partir de estas imágenes buscan llegar al “mayor número de gente y que tuviesen el mensaje lo más claro posible”, evitando lo “críptico” a partir de la conquista de una imagen reconocible por todo el mundo.

“Elegimos la iluminación propia de obscurantismo con elementos reconocibles del bodegón barroco en su mayoría, tales como la cesta, el mantel, los cubiertos, etc. Decidimos que era necesario mantener estos elementos intactos para no alejarnos del imaginario colectivo de bodegón y, sobre todo, porque queríamos que tuviesen autonomía, que no se apoyasen tanto en otras obras”, explican desde Quatre Caps. Como la canción de Calamaro, los productos los presentan envueltos en “plástico fino”, una imagen más acorde a la manera en la que hoy los presentan los supermercados donde se adquieren. Recuerden, al contenedor amarillo.

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