VALÈNCIA. Desde primera hora de la mañana, las grúas y excavadoras trabajan en la estación de València Sud para retirar las vías que han quedado destrozadas por la Dana, que el pasado 29 de octubre asoló el sur de la provincia de Valencia. El paisaje es desolador. Las máquinas retiran poco a poco las playas de vías que han quedado inservibles. Las traviesas de madera están podridas, parte de la plataforma erosionada y otros tramos han desaparecido, lo que obliga a renovar y restablecer de nuevo la infraestructura. En total, son 50 kilómetros de la red de Metrovalencia de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) los que se han visto afectados en mayor o menor medida por la descomunal riada.
Pero, además, a ellos se suma, la práctica destrucción de sus instalaciones centrales, su 'cerebro' operativo y en donde se controla el funcionamiento del servicio en el puesto de mando, también ubicado en València Sud. Un recinto que incluye varios edificios, la sede, talleres, el archivo histórico y almacenes, así como un parking que en este momento también se está usando como depósito de coches destruidos. La mayoría de inmuebles han quedado afectados, lo que ha llevó a la empresa pública a tener que cerrar el servicio.
La planta baja del complejo central, donde se ubican precisamente el puesto de mando y el Control de Tráfico Centralizado (CTC), quedó anegada por el agua. Ahora mismo, la imagen que presenta es la de paredes agrietadas, socavones, cables colgando y varias paredes totalmente derribadas.
Tampoco los talleres, que sirven para mantenimiento, reparación y pruebas de los convoyes, se han salvado de las inundaciones. Todavía queda una larga lucha contra el barro y el fango, que siguen impregnando parte de los carriles de los trenes y las paredes de la nave. De hecho, aquella tarde, seis convoyes de Metrovalencia que permanecían en estas instalaciones acabaron sumergidos bajo el agua, mientras que otra decena sufrieron daños.
Unos estragos que provocaron que FGV suspendiera el servicio desde la misma tarde de ese trágico 29 de octubre. De hecho, esas oficinas sirvieron a muchos usuarios y trabajadores de refugio. Desde entonces, la mayor parte de líneas permanecen cerradas. Hasta el momento, únicamente ha sido posible restablecer el servicio de tranvía desde el pasado sábado 9 de noviembre. Concretamente, operan las líneas 4, 6, 8 y 10, desde la estación de Alacant. Para el resto de conexiones, y como medida alternativa, el departamento que dirige Vicente Martínez Mus ha habilitado 20 nuevos corredores de autobús, a través de lanzaderas, para facilitar la conectividad de los distintos barrios y localidades cercanas a València.
No obstante, la hoja de ruta de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, de la que depende FGV, contempla un plan para ir reabriendo progresivamente el resto de conexiones, en función de su estado y los avances en su recuperación. Para ello, ya se han contratado varias obras de emergencia para iniciar estos trabajos, centrados en la reposición de vías auxiliares en València Sud, reponer el puesto de mando y acondicionar uno nuevo en los talleres de Machado.
En total, la Conselleria ya ha destinado más de 40 millones de euros para recuperar el servicio a través de diferentes actuaciones en el tramo que une València Sud y Torrent, que comparten las Líneas 1, 2 y 7 de Metrovalencia, y posteriormente hasta Castelló, destino final de la Línea 1. Esta cuantía es por el momento, ya que la estimación es que la reparación total de la red de metro roce los 100 millones de euros. "Existen tramos muy afectados como en Paiporta, donde no hay vías ni estación. Sin embargo, ya se está trabajando en reparar los daños", explicó el conseller este jueves durante una visita a este municipio, considerado como la zona cero de la Dana.
Concretamente, este montante se ha invertido en obras para conectar las vías auxiliares de los talleres de València Sud con las vías generales, que han quedado totalmente arrasadas por el agua. Rover es la empresa que se ha quedado este contrato por 15 millones. Por otro lado, se han destinado otros dos millones para la limpieza, vallado y primeros trabajos de recuperación de las instalaciones y talleres de FGV.
De forma paralela, se está acondicionando uno nuevo en los talleres de Machado que en el futuro dará apoyo y soporte al central. Asimismo, y como parte de este proceso, se han destinado más de tres millones de euros para la restauración del Control de Tráfico Centralizado (CTC) y el telemando de instalaciones fijas, subestaciones eléctricas y megafonía. A estos contratos se suma otro dirigido a la rehabilitación de superestructura de vía y electrificación en diferentes zonas del tramo comprendido entre la salida de València Sud y Castelló, por un importe superior a los 11 millones de euros.
En cualquier caso, Martínez Mus avanzó este jueves que su intención es recuperar la circulación desde València con l'Horta Nord y Oest de cara al próximo 6 de diciembre. "Esa es nuestra estimación. Ya dijimos que en diciembre se entraría en una siguiente fase y esperamos ese día recuperar la circulación normal en esas conexiones", subrayó. De esta forma, se recuperarán al completo las líneas 3,5 y 9, mientras que solo la conexión norte-València de la 1, 2, y 7.
Y es que aún quedan meses de trabajo para restaurar conectar el sur de la provincia, dado que son los tramos más dañados. Tanto es así que en zonas como Paiporta no existen vías y el puente que conecta esta localidad y Picanya se ha derrumbado. Por tanto, desde València Sud hasta Torrent Avinguda (líneas 7 y 2) y la línea 1 hasta Villanueva de Castelló volverá la circulación a lo largo de 2025.
Sin embargo, FGV ya articula una solución provisional para atender a estas poblaciones mientras se repara la red de metro. Se trata de la puesta en servicio de las vías pares de València Sud para poder prestar servicio hasta este punto y utilizar el parking de esta estación para conectar con los municipios de l'Horta Sud a través de autobuses lanzaderas. Con ello se consigue aproximarse lo máximo posible con el metro y concentrar en un único punto el servicio público para facilitar la movilidad en la zona sur de la provincia. Esta medida temporal podría ponerse en funcionamiento en los primeros meses del próximo año, mientras, y en paralelo, se reacondiciona el conjunto de la plataforma ferroviaria.
"Esta sería una primera fase de la última que contemplamos para restablecer toda la red. No se está perdiendo ni un minuto, pero el trabajo es ingente", admitió Martínez Mus, quien evitó dar una fecha concreta de reapertura total. "El trámite habitual es la redacción de un proyecto, que es el que marca el plazo de ejecución y eso determina la contratación. No obstante, en este momento va todo a la vez y se hace el proyecto a la vez que las obras. Por tanto, el plazo hoy lo puedes estimar y puedes acertar más o menos", subrayó para señalar que prefiere ser prudente. "Esto no va a ser rápido, pero estamos trabajando intensamente", remarcó.