VALENCIA. Por tercer año consecutivo, la estación del Grao vuelve a convertirse en el escenario de la polémica. Tras haber sido denunciado en 2013 y 2014, la instalación de la feria de Navidad se ha llevado a cabo de nuevo fijando y anclando algunos de los elementos de las atracciones, como las carpas, a las estructuras metálicas de las marquesinas del inmueble, declarado Bien de Relevancia Local.
Construida en 1865 bajo las directrices del ingeniero británico James Beaty, la del Grao es la estación más antigua que sigue en pie en España, siendo la tercera en entrar en servicio tras Barcelona Mataró y Madrid-Aranjuez. Aunque recientemente se llevó a cabo un lavado de cara de la fachada exterior para poner freno a una degradación que sí continúa en el interior del edificio, sigue sin respetarse el entorno del bien.
“La Asociación Provincial de Industriales feriantes de Valencia persiste en hacer caso omiso de nuestras quejas, a las recomendaciones del Síndic y a los avisos del Ayuntamiento de Valencia”, denuncian desde la asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, quienes solicitaron la presencia de una patrulla de la Policía Local de Valencia para que se personara in situ y realizara un informe con los hechos denunciados.
"ADIF [propietaria de la estación del grao] está consintiendo y alimentando con su falta de diligencia y actuaciones, que hechos como el denunciado se produzcan año tras año sobre un bien protegido por la legislación vigente", continúan los representantes de la asociación, que han reabierto el expediente con el objetivo de que en 2017 sí se respete la estructura y entorno del edificio.
Pero la Estación del Grao no el único inmueble que ha sido objeto de ‘intervenciones’ de este tipo, otros monumentos aparentemente más protegidos han sufrido en los últimos meses ataques que han puesto en peligro su integridad. Este verano desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se decidió aumentar la vigilancia tras publicarse unas fotografías que mostraban a un grupo de jóvenes escalando los muros de la Lonja. La gamberrada pudo acabar en daños irreparables en el único edificio de la ciudad declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
También la problemática llegó a la catedral de Valencia. No fueron pocos los que, el pasado mes de septiembre, amanecieron asombrados al ver que la estatua de San Vicente que preside la Puerta de los Hierros, declarada Bien de Interés Cultural, llevaba un pañuelo negro en el cuello. Fue de madrugada que un grupo de jóvenes escaló el inmueble sin que nadie se percatara de su presencia.
Por este motivo, el Ayuntamiento de Valencia ha decidido crear una policía cultural para proteger el patrimonio histórico. Así las cosas, aproximadamente un centenar de agentes, concretamente aquellos destinados a Ciutat Vella, recibirán un cursillo con el fin de conocer el catálogo de bienes protegidos de la zona para así poner freno a la degradación de algunos inmuebles, especialmente aquellos menos conocidos por turistas y vecinos.