Parafraseando a mi compañera de 'Valencia Plaza' Pilar Vicente, gracias por el préstamo, las cuestiones partidarias en el mundo y en especial en el Oriente Medio llevan camino de convertirse en una suerte de trampantojo que no resuelven ni el presente ni el futuro de la guerra contra el Califato Islámico
Ayer viernes nos desayunábamos con la noticia, entre otras, de que quizás la aviación rusa en una operación de apoyo aéreo-táctico o CAS (Close Air Support) por parte de drones (avión no tripulado) del pasado 28 de mayo en Raqqa, se habrían neutralizado unos 330 terroristas del DAESH, entre los que se encontraban unos 30 mandos intermedios y altos funcionarios del Consejo de Guerra, y parece ser (pues se está aún investigando) que se habría eliminado al líder del ISIS Abu Bakr al-Baghdadi, así como el emir de Raqqa Ibrahim Al Jadj y Suleimán Al Shauaj responsable de la seguridad de la reunión.
No vamos a dedicarle ni una sola línea biográfica, por no difundir su posible atracción sobre otros locos que en nombre de Alá traen la muerte y el infierno a la tierra, además porque ya varias veces se ha publicado su muerte, y también porque su poca visibilidad le ha hecho aparecer en algún medio como enigmático (sic), y lo único que ha hecho es esconderse, como alimaña que es, para no asomar el morrillo y poder ser neutralizado como parece ha ocurrido.
En alguna opinión publicada se transmite la sensación de que este logro ruso puede suponer un fundamental cambio de rumbo en la guerra, pues como califa es líder espiritual y político de sus seguidores y aunque hace meses (incluso esa reunión donde fueron neutralizados esos mandos) se están preparando para la derrota y perdida tanto del territorio como de su capital Raqqa, este vacío sería un duro golpe anímico.
Según mi análisis no creo que sea tan fundamental su pérdida, aunque importante si, pues a estos fanáticos les ciega tanto su ideología totalitaria que les nubla la razón y la visión y les da casi igual que el líder muera (a veces casi lo prefieren, así se transforma en mártir), pues otro ocupará su lugar. Así ha ocurrido con Abu Mohamed Al Adnani, portavoz y segundo del califato que tras morir en agosto del 2016 fue reemplazado casi de inmediato por Abu Hassan Al Muhajir. Y sobre todo está el ejemplo de Osama Bin Laden relevado como jefe de Al Qaeda por Aydan al-Zawahiri.
Como ya hemos comentado las potencias regionales y globales así como los países de la región ya se están reposicionando para la era post-Daesh, y el nuevo juego de equilibrios. Sintomático es lo que está sucediendo, lo ya comentado y escrito de la crisis de Qatar, el reciente acuerdo en el Líbano para celebrar en mayo del 2018 unas elecciones de un Parlamento repartido por mitades entre cristianos y musulmanes después de nueve años sin tener y tras elegir en noviembre de presidente a Michel Aoun, las importantes maniobras de Israel en Chipre que según Hispantv (la televisión amiga del líder podemita) puede ser un simulacro de guerra contra Hezbola (parece que a corto plazo va ser que no, aunque al revés pudiera ser), lo sucesivos ataques de la coalición liderada por USA a tropas gubernamentales sirias como la del pasado 18 de mayo contra un convoy militar sirio cerca de la localidad de Al Tanf, donde existe una base de la coalición (a modo de cerrojo), pues es justo la puerta de entrada de la frontera entre Irak y Siria dentro de un posible eje de comunicación de los chíes, Iran-Irak (Chií)-Siria-L´bano.
Para mi lo que si que va a ser fundamental con el ocaso del Estado Islámico es el posible incremento de la actividad terrorista en todo el mundo. Y hablando de terrorismo es inevitable comentar el informe publicado este jueves pasado por Europol sobre esa actividad criminal en Europa en 2016 del cual voy a extraerles algunos datos.
Respecto al numero de atentados terroristas, en sus diferentes grados (tentativa, frustrado o realizado), se produjeron 142 en ocho países europeos, de los cuales más de la mitad fueron en Reino Unido ocupando España el cuarto lugar en número. En cuanto al numero de detenidos en 2016 fueron 1.002 los arrestados en 17 países, de los cuales 718 lo fueron por motivos de yihadismo (un 25 % mujeres y casi un tercio con 25 años o menos), España ocupó el tercer lugar de detenciones del total (120), casi el doble que el cuarto Bélgica con 65) muy cerca de Reino Unido (149), estando Francia a la cabeza con un total de 456 detenidos. Respecto a los condenados (también es primordial el funcionamiento de la Justicia) lo fueron en 2016 unos 580 (358 por yihadismo). En este dato España fue la primera con 157 veredictos (sólo un 15% de absoluciones), en total algo más que en 2015 (513) y más que en 2014 (441). Y finalmente el dato más triste, en total se produjeron 142 muertos por los atentados y 379 heridos a consecuencia de ellos.
El dato más negativo o preocupante del informe se recoge en el apartado que trata los IED's (artefactos explosivos improvisados) al hablar del uso potencial de estos con UAVs-Drones (aviones no tripulados) siguiendo la tendencia de su uso por los yihadistas del Califato en Siria e Irak, miedo produce, aquí la labor preventiva y de inteligencia es fundamental. Y el dato menos malo o positivo es la disminución del número de ataques, de 226 en 2014 se pasó a 211 en 2015 y como hemos mencionado 142 en 2016.
Como conclusión final y viendo los datos de España es comprobar como estamos en primera línea del riesgo, pero que la buena y eficaz labor de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, unido al trabajo de nuestros jueces y fiscales, nos permite continuar con nuestra plácida vida, y con el régimen de libertades, del que justamente conmemoramos sus 40 años, y que como vemos todos los días sufre ataques tanto desde el exterior como incluso del interior de España.