En 2010 accedió a la presidencia del Colegio para luchar contra el deterioro de la profesión. Aboga por una Seguridad Social que cubra no sólo las extracciones, sino también lo más importante: la odontología conservadora
VALENCIA. A Pesar de que su carrera profesional ha transcurrido dentro del ámbito dental, a Enrique Llobell no le hubiese importado quemar el asfalto. Atornillar motores en lugar de implantes. Aparcó su afición al automovilismo a fin de seguir los pasos de su padre y de su abuelo, quien se enroló en el oficio en 1934. La saga familiar ha alcanzado la cuarta generación con sus dos hijos. Es por eso que asiste con preocupación a la evolución del sector, donde el dentista de toda la vida claudica frente a modelos más agresivos, como los de Vitaldent, Funnydent o Dentix. El presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia insiste en los riesgos que estos centros conllevan para el cliente, denuncia la precariedad laboral y hace una clara advertencia: hay demasiados dentistas y debemos pisar el freno.
—¿Mantiene su afición por el motor?
— Aún hago mis pinitos. He completado dos pruebas del Campeonato Mundial de Rally, últimamente he corrido en la Copa Hyundai y tengo una colección de coches antiguos. En su día llegué a ganar el Campeonato de España de Fórmula 3. Estudié Medicina por inercia y por ser el hijo mayor, pero me estuve planteando hacer una Ingeniería Industrial hasta el final.
—No obstante, ha gozado de una trayectoria privilegiada en su propia clínica y como jefe de Cirugía Maxilofacial de La Fe. ¿Por qué presidir también el Colegio de Odontólogos?
—Como soy cirujano, oficialmente estoy inscrito en el Colegio de Médicos, y de manera voluntaria, en el de Odontólogos. Veía que la profesión se estaba deteriorando mucho y algunos compañeros me ofrecieron la presidencia como una medida de reacción en 2010. Acepté porque creí que a la larga acabaría beneficiando a mis hijos.
—No obstante, ha gozado de una trayectoria privilegiada en su propia clínica y como jefe de Cirugía Maxilofacial de La Fe. ¿Por qué presidir también el Colegio de Odontólogos?
—Como soy cirujano, oficialmente estoy inscrito en el Colegio de Médicos, y de manera voluntaria, en el de Odontólogos. Veía que la profesión se estaba deteriorando mucho y algunos compañeros me ofrecieron la presidencia como una medida de reacción en 2010. Acepté porque creí que a la larga acabaría beneficiando a mis hijos.
—Usted sostiene que un grave problema de la profesión es el exceso de dentistas.
— Está directamente relacionado con el número de facultades privadas de Odontología que han ido apareciendo. De las nueve españolas, tres están en Valencia, y se planteó instalar una cuarta en Gandia o Torrent, pero finalmente conseguimos detenerla. Debemos frenar la salida de profesionales al mercado. España triplica la recomendación de la OMS. Pronto llegaremos a los 40.000 odontólogos en España y no hay trabajo para todos. Una solución sería implantar un numerus clausus como en Medicina.
—¿La saturación conduce a la precariedad?
—Sin duda. Los graduados sin trabajo son carne de cañón para las empresas que han proliferado después de la crisis, montadas por propietarios de discotecas cerrado su clínica, comen de la caridad y están endeudados.
— ¿Es posible un implante a 250 euros como prometen algunos anuncios?
— Lo vemos a 250 euros en el panfleto, pero conocemos casos de pacientes que han pagado hasta 12.000 por cuatro implantes. Estamos hablando de cadenas que realizan publicidad falsa y engañosa. El dueño de Dentix, Ángel Lorenzo, no ha sido capaz de aportar ante el juzgado ni una sola factura de tratamientos al precio que anuncia Iker Casillas. La Administración creía que estos negocios habían socializado la profesión, pero al final están cobrando mucho más.
—Usted es un gran defensor de la clínica familiar por encima de las cadenas franquiciadas...
—Soy defensor de un modelo de empresa que esté dirigido por odontólogos, no por discotequeros. Sólo hay que ver lo que ha pasado con Funnydent, dirigida por alguien que venía de la ruta del bakalao. O el caso de Vitaldent, con un presunto fraude de más de 10 millones a Hacienda. Ya dije en 2012 que estaban acumulando un montón de dinero y llevándoselo a paraísos fiscales, pero no ha sido hasta 2016 cuando han detenido a Ernesto Colman en el avión. Los odontólogos queremos sociedades profesionales, no mercantiles.
— ¿Reciben muchas quejas relativas a este tipo de negocios?
—Recibimos un centenar de quejas anuales, antes eran muchas menos. Por volumen, Vitaldent acapara la mayoría, y suelen reclamar por tratamientos mal realizados. Luego están casos como los de Vegamar o Clinicdent, que al encontrarse con un montón de demandas han bajado la persiana, no han pagado a nadie y han dejado tratamientos a medias.
—¿Ha presenciado diagnósticos exagerados en las clínicas tradicionales?
— Según Facua, el ‘sobretratamiento’ es el doble de frecuente en las empresas grandes que en fomenten el negocio de otro modo, por ejemplo a través de la oferta de posgrado.
—¿La Seguridad Social debería cubrir más servicios odontológicos?
— Por supuesto. Me parece inmoral que una persona sin dientes no pueda acceder a una dentadura. Lo poco que se ha conseguido ha sido en el ámbito infantil, con los sellantes. Para los adultos sólo se cubren las extracciones, cuando realmente la sanidad pública debería hacer una apuesta decidida por la odontología más importante: la conservadora. Mantener los dientes del paciente para que luego no requiera un puente o un implante.
Fecha de constitución: 1930
Fundador: Carlos Vernich
Número de colegiados: 2.191 en
activo en la Provincia de Valencia.
Cuota: 88,50 euros por trimestre.
Web: www.icoev.es
(Este artículo se publicó originalmente en el número de mayo de la revista Plaza)