"O los populistas renuncian explícitamente a cualquier paso en esa dirección, o sufrirán electoralmente", advierte el director de Riesgos de Ebury
MADRID. El fin de semana pasado supuso un regreso a la crisis política que solía golpear los activos europeos hace unos años. El presidente italiano Mattarella se negó a nombrar candidato para ser ministro de finanzas de la coalición populista alegando que hacerlo supondría un riesgo de salida del Euro sin un mandato democrático para hacerlo ya que ambos partidos populistas habían hecho campaña sobre la pertenencia a la moneda común.
Antes de los eventos del fin de semana, la semana anterior se había detenido el repunte del dólar debido a que las tasas en EE UU cayeron bruscamente tras la publicación de las moderadas actas de la Fed. Debido al día festivo en Londres y Nueva York, antes de lunes, el impacto global de la crisis italiana en los activos de riesgo a nivel mundial aún no está del todo claro.
Esta semana, la atención de los mercados se centrará en ambos lados del Atlántico. En Europa, el riesgo principal de la política italiana y española volverá a ser clave para el euro. En EEUU, se publicarán una serie de datos económicos de primer nivel, en particular, los datos de inflación al consumidor y el informe de nóminas de mayo, el viernes.
Más allá de la debilidad en los índices PMI europeos, la actividad empresarial se vio ensombrecida por las noticias políticas. Además de la crisis institucional que se gesta en Italia, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, enfrenta una moción de censura cuyo resultado es ahora mismo imposible de predecir.
La explosión de los diferenciales de los bonos del Gobierno a corto plazo en Italia ha llevado a este indicador clave a su nivel de hace cinco años en una sola semana. Vemos probable que en Italia haya nuevas elecciones al no obtenerse un apoyo parlamentario suficiente para formar gobierno. Asimismo, consideramos que no hay apetito por una salida del euro, lo que significa que, o los populistas renuncian explícitamente a cualquier paso en esa dirección, o sufrirán electoralmente. Por ahora, sin embargo, reina la incertidumbre y la moneda común está pasando por un momento difícil.
Los decepcionantes datos sobre inflación y la sensación de estancamiento en las negociaciones del Brexit afectaron a la libra. Las noticias italianas también presionaron a la baja, sin presionar demasiado a la libra frente al euro. Con los índices PMI de actividad comercial como único dato esta semana, esperamos que la libra reaccione principalmente a las noticias en otros lugares, particularmente, al aluvión de datos económicos de EE UU y los titulares que se vayan generando a raíz de la crisis italiana.
Las actas de la última reunión de la Fed publicadas la semana pasada fueron más moderadas de lo que el mercado esperaba. Hubo indicadores de que los funcionarios de la Fed estaban bastante contentos de permitir una superación temporal en la inflación general y que no hay ningún motivo de urgencia para acelerar el programa de alzas. Esto preparó el tono para una recuperación de los bonos del Tesoro y llevó el rendimiento clave de 10 años de nuevo por debajo del umbral psicológico del 3%. Esto detuvo la recuperación del dólar frente a la mayoría de las principales divisas no europeas. Todos los ojos se dirigen ahora a los datos clave sobre inflación al consumidor, que se conocerán el jueves, y el informe mensual de nóminas, que se publicará el viernes.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury