MADRID (EP). La agencia de calificación crediticia Standard & Poors ha advertido este jueves de que las tensiones políticas ocasionadas por los diferentes acontecimientos que tendrán lugar en el conjunto de países de la Unión Europea (UE) en el corto plazo tienen "el potencial" de desencadenar una crisis en el segundo trimestre de 2016.
Así lo indica un informe elaborado por la calificadora en el que señala que la incertidumbre política que generan las elecciones españolas, el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE y la posición de la deuda griega son los mayores riesgos a los que se enfrentan las empresas europeas en el corto plazo.
"Las tensiones políticas que se extienden desde Grecia, hasta el Sur de Europa y el 'Brexit' tienen el potencial de desencadenar una crisis y ejercer una presión significativa sobre la solvencia del sector corporativo europeo", indica el economista de S&P Gareth Williams "a pesar" del contexto económico "positivo" en el que se encuentra el viejo continente.
En su perspectiva global, la agencia ha destacado que los bancos centrales "cada vez tienen que llegar más lejos" en sus esfuerzos monetarios para apuntalar la "débil" recuperación económica.
Además, ha añadido que los mercados financieros y los líderes políticos parecen más reacios al riesgo en un momento en el que el anuncio de compra de activos corporativos por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha mejorado "considerablemente" el sentimiento empresarial.
El informe también hace referencia a las tendencias divergentes que se están observando en los distintos mercados corporativos, poniendo el foco sobre las compañías que desarrollan su actividad en sectores relacionados con las materias primas.
En este sentido, recalca los descensos "sin precedentes" en el valor bursátil de estas compañías en el primer trimestre, provocados por una tasa de morosidad del 15,8% en el conjunto de empresas del sector de las materias primas.
Por el lado positivo, S&P destaca que el ritmo de fusiones y adquisiciones continúa siendo "boyante" y espera que se incremente la actividad en el sector farmacéutico, químico y de productos de consumo gracias al impulso en la confianza de las empresas generada por el programa de compra de deuda corporativa del BCE.