VALÈNCIA. La crisis por el coronavirus ha provocado que las empresas que fabrican ataúdes se encuentren en una situación límite, desbordados ante la actual demanda. Algunas han tenido que reforzar turnos e incluso contratar más personal para poder atender los pedidos que les llegan, principalmente de Madrid, donde se concentra el mayor número de contagios y fallecimientos en España.
"Estamos desbordados. Hemos duplicado la producción ante esta nueva situación", explica a este diario Miguel Ángel Felipe, director de ventas de la compañía Valenciana de Arcas que desde hace días trabaja a un ritmo frenético para atender todos sus pedidos. La mayoría, según explica, salen dirección Madrid y puntos de alrededor por el elevado número de casos que afectan a esta comunidad autónoma, pero también han enviado a Albacete y Cuenca.
Como consecuencia de esta situación, esta empresa ubicada en l'Alcudia ha tenido que ampliar su plantilla incorporando a cinco nuevos empleados hasta sumar un total de 23 las personas que diariamente trabajan en sus instalaciones. También llevan encima muchas horas extra.
Además, han acometido cambios en la producción simplificando el número de referencias. "Nuestro catálogo es muy amplio y cuenta con hasta 40 modelos diferentes, pero para poder atender la demanda hemos tenido que centralizarlos en dos o tres", explica Felipe. Se trata de féretros más sencillos y sin acabados para agilizar el trabajo. "Al ser más simples conseguimos sacar la producción de una forma más rápida. Si no sería imposible ajustarnos a los pedidos que diariamente recibimos", afirma.
Los precios no han cambiado, recalca, y se ciñen a los que habían antes de esta crisis sanitaria. Y es que pese al ritmo actual de producción, asegura que el suministro de madera seguirá llegando, aunque espera que esta situación concluya pronto y "se vuelva a la normalidad lo antes posible".
Una situación similar vive la empresa Ataúdes Mercedes que fabrica un 40% más que antes de la irrupción de la pandemia rozando los 368 féretros diarios. Una situación límite que les ha llevado a tener que ampliar la jornada laboral hasta el sábado y contratar a dos personas más.
"El trabajo es intenso. No paramos porque estamos desbordados y saturados. Todos los días llegan los camiones y salen completos a entregar los pedidos", afirma Inés Moyá, administradora de la firma radicada en la localidad valenciana de Moixent, que señala que la mayoría de entregas son a la zona centro de España, principalmente Madrid.
También han reducido sus modelos ofreciendo únicamente tres de los 20 que habitualmente están en su catálogo. Todo ellos para agilizar la faena. Se trata de ataúdes de la gama ecológica que son más económicos y rápidos de producir al no contar con cristal ni herrajes ni acabados que requieren de mayor laboriosidad. "Ahora lo que necesitamos es atender los pedidos y facilitar el trabajo como podemos", explica.