VALÈNCIA. Finalmente, las escuelas de artes escénicas públicas (la Escuela Superior de Arte Dramático, la Escuela Superior de Danza, y el Conservatorio Superior de Danza) empiezan sus primeras movilizaciones. Este mismo viernes 4 de octubre han convocado una primera concentración para protestar por el estado del centro: “Hemos llegado a un momento crítico, la instalación de los nuevos barracones ha puesto aún más en evidencia todas las carencias y la dejadez de la administración hacia estas enseñanzas. Pero queremos recordar que durante los más de 20 años que llevamos aquí, las condiciones nunca han sido las adecuadas: aulas pequeñas, techos bajos, contaminación acústica de unas aulas a otras, ventanas sin persianas, o carencia de un espacio escénico en condiciones que permita a nuestro alumnado ofrecer las muestras de sus creaciones. Estas graves deficiencias serían inconcebibles en cualquier facultad universitaria”, dice el manifiesto que acompaña a la convocatoria, que tendrá como lema “Dignidad, seguridad y futuro para las Enseñanzas Artísticas”.
Por otra parte, se ha empezado una recogida de firmas a través de la plataforma Change que ya ha alcanzado las 1.000 adhesiones con el mismo manifiesto. Las movilizaciones están teniendo sus frutos y desde el resto del sector cultural se están sumando. Ayer mismo la Associació de Professionals de la Dansa de la Comunitat Valenciana (APDCV) secundó "totalmente las denuncias y reivindicaciones de los centros".
La idea es generar visibilización y presión por todos los frentes posibles porque, desde la Conselleria de Educación, si bien han forzado a tomar las medidas necesaria a la obra de los nuevos barracones, ni siquiera ha contestado formalmente la petición urgente de un nuevo informe de riesgos laborales.
En este sentido, ha sido el sindicato STEPV los que han elaborado un primer informe, que presentarán al Comité de Seguridad y Salud. En él, destaca las deficiencias que ya ha ido detectando la plantilla y desveló este diario, pero también otras nuevas: hay salidas de emergencias que están tapadas, no hay puertas antipánico, no tienen un protocolo actualizado de evacuación, un techo pegado a otro que se desplomó presenta varias grietas, y ni las duchas ni muchos urinarios funcionan porque las cañerías están muy deterioradas, entre otras cosas.
La conclusión es clara: “hace falta una intervención inmediata” en las instalaciones. INVASSAT (Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball), por su parte, aún no ha hecho su informe porque debe estar solicitado o aprobado directamente por la Conselleria de Educación. Sí existe un informe de 2007 en el que ya señalaba que el edificio presentaba graves deficiencias. El informe del STEPV se une al de hace unos meses, que detectó hasta 10 deficiencias que pedían su subsanación “en seis meses o antes del inicio de la actividad”.
El curso ha comenzado, como todos los años pero con el edificio algo peor; como todos los años, pero con el profesorado y el alumnado con la firme convicción de que la movilización es lo único que ha hacer que la Conselleria muestre interés por el futuro del centro. No hay, en todo caso, nueva información sobre el futuro del edificio, ni sobre grandes intervenciones urgentes. En una respuesta oficial dada hace unas semanas por Educación, simplemente se refería a que "la situación de precariedad de este edificio no es nueva y el anterior Gobierno no tomó las medidas oportunas, sufriendo el proyecto un retraso considerable”.