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Las largas y duras jornadas de la gran familia del 'Aquarius'

15/06/2018 - 

VALÈNCIA. (Cristina Cabrejas/EFE). La tripulación del Aquarius intenta que las duras jornadas de travesía hacia Valencia pasen de la mejor manera posible para los 106 inmigrantes que siguen en el barco, con quienes se ha creado una gran relación y cooperación. Una gran familia.

"¿Cuándo llegamos?", preguntan insistentemente los inmigrantes ya desesperados por el largo viaje, explica el cooperante Alessandro Porro de la ONG SOS Méditerranée, que se ha convertido para Efe en el diario de a bordo de este, como lo ha definido, "viaje de la esperanza" para 630 personas.

Ahora en los 76 metros de eslora del Aquarius conviven los 40 miembros de la tripulación, de 17 nacionalidades , con las 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños rescatados, mientras que el resto de los inmigrantes viajan en el buque Orione de la Marina italiana y en la patrullera Dattilo de la Guardia Costera.

Todos ellos han afrontado un duro viaje en botes neumáticos y barcas de madera en pésimas condiciones después de pasar meses en campamentos libios, a esto se le ha sumado las 48 horas detenidos en alta mar y los 4 días de navegación hacia Valencia.

"Están exhaustos", añade Porro que cada mañana se comunica con Efe por teléfono.

Mientras que la tripulación "está bastante bien" y "muy animada", aunque "algo cansada", pero "no demasiado" ya que está acostumbrada a navegar y pasar semanas en el mar.

El cooperante italiano explica que todo esto que ha pasado tiene incluso "un aspecto positivo" y es que los largos y duros días pasados con los inmigrantes han hecho que se creen dinámicas de buenas relaciones y de cooperación.

 
"Pasando con ellos tanto tiempo hemos establecido buenas relaciones, podemos dedicarnos más a hablar con ellos y logramos tratarlos como se merecen, como personas", explica.

Y ellos, agrega, "responden con gran agradecimiento y nos ayudan a preparar la comida, a limpiar el barco . Se han instaurado unas dinámicas que no son ya las de socorristas y socorridos sino de total normalidad".

En el Aquarius se organizan por turnos para poder descansar y que siempre tiene que estar de guardia una persona de SOS Méditerranée y otra de Médicos sin Fronteras para intentar solucionar cualquier problema.

Después a la hora de las comidas trabajan en grupos de seis o siete personas o también colaboran todos en los momentos en los que hay que ayudar a descargar los suministros que han llegado en estos días por parte de la Guardia Costera.

Anoche se realizó una nueva parada en el norte de Cerdeña, donde la Guardia Costera envió nuevos suministros de comida e incluso juegos para los niños y el miércoles, también se detuvieron brevemente ante las costas de Mazzarra del Vallo, en la isla de Sicilia (sur) para un nuevo abastecimiento.

Durante el resto de las horas, se pasa el tiempo jugando con los niños, tocando algunas canciones con la guitarra, jugando a unas damas improvisadas con un cartón y trocitos de papel, pero sobre todo charlando.

Una importante labor la ejercen los mediadores y mediadoras culturales como Sara, que hacen de vínculo entre los inmigrantes y los cooperantes.

 "Me ocupo de estar cerca de las personas rescatadas porque conozco sus idiomas y sus culturas. Me comunico con ellos y ayudo a que se comuniquen entre ellos", explica Sara a Efe.

"Estoy aquí porque creo que nadie debería morir en el mar y no quiero que nadie regrese a Libia y sea interceptado y devuelto a estos centros de detención", agrega.

Porro cuenta que en estos días más tranquilos en los que han podido detenerse a hablar más con los inmigrante escuchan terribles "historias de secuestros, violaciones y torturas" en Libia.

"Éramos 135 en un bote. Salimos de Libia por la noche. Ninguno de nosotros tenía un chaleco salvavidas. Ellos (los traficantes) nos habían pedido mucho dinero para darnos uno y ninguno de nosotros lo tenía", explica uno de los inmigrantes rescatado el pasado sábado por el Aquarius.

"Pasamos 24 horas en el mar y el bote empezó a llenarse de agua. Estaba muy asustado. Nos caímos al mar. Estaba helado y me quedé completamente desnudo. La gente a mi alrededor intentaba agarrarse a lo que podía. Tuve que luchar para poder coger uno de los chalecos que me tirasteis y al final lograsteis salvarme y llevarme a un médico. Solo puedo decir gracias a cada una de las personas que están en este barco", añade.

Y estas personas son "ingenieros, marineros, conductores de ambulancias, bomberos, personal de marina mercantil, médicos, enfermeros, mediadores e incluso un matemático, un tripulación completamente heterogénea", explica Porro. 

Dos jóvenes desaparecieron en los rescates del domingo

Dos jóvenes desaparecieron y posiblemente se ahogaron en el Mediterráneo durante los rescates de la madrugada del sábado 9 al domingo 10 de junio, de acuerdo con el relato de los migrantes a bordo del buque Aquarius, según han confirmado a Europa Press fuentes de Médicos Sin Fronteras. Se trataría de un nigeriano y un sudanés.

"Estamos desolados al saber que dos jóvenes están desaparecidos y supuestamente ahogados en el Mediterráneo tras el crítico rescate del Aquarius, la madrugada del domingo", subraya la ONG en Twitter.

Según explica la organización, las 629 personas que están a bordo del Aquarius fueron rescatadas durante la noche del sábado 9 al domingo 10, cuando el barco llevó a cabo seis operaciones de rescate y transferencia durante nueve horas, todas bajo las instrucciones de la Coordinación de Rescate Marítimo Italiano (IMRCC).

Médicos Sin Fronteras explica que el rescate de dos botes de goma se volvió "crítico" cuando un bote se rompió en la oscuridad, dejando más de 40 personas en el agua. Después de rescatar a 229 personas de estos barcos, la IMRCC solicitó al Aquarius que aceptara la transferencia de personas que fueron rescatadas por la marina italiana y los guardacostas el 9 de junio.

 

El Aquarius recibió una transferencia de 129 personas del barco de la Guardia Costera Italiana seguido de otros 64 de un segundo barco de la Guardia Costera italiana y finalmente 88 supervivientes de un tercer barco de la Guardia Costera italiana.

Posteriormente, el buque San Giusto asistió a los equipos del Aquarius para una transferencia final de 119 personas, que fueron transferidas del barco mercante italiano MV Jolly Vanadio al Aquarius.

Según recuerda MSF, la MRCC italiana coordinó todas estas acciones desde el principio y asumió la responsabilidad del rescate de todas estas personas. Sin embargo, a pesar de trasladar a las personas rescatadas por la marina italiana y por los guardacostas al Aquarius, se negó a llevar a las personas rescatadas a un puerto seguro.

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