VALÈNCIA (EFE). Los salarios de las personas con estudios superiores son de media un 71,9 % más elevados que aquellas que solo cuentan con Educación Primaria y tienen 21,4 puntos porcentuales más de probabilidad de tener empleo, según un estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).
El monográfico "De los estudios a las competencias: Condicionantes y resultados del capital humano en España" analiza cómo el nivel de estudios y las competencias adquiridas inciden en las oportunidades económicas y laborales de las personas pero también en otros aspectos del bienestar como la salud, la satisfacción con la vida o los comportamientos cívicos y la participación social.
Pese a que los estudios superiores y las competencias adquiridas favorecen el acceso al empleo, la investigación subraya que las oportunidades educativas son muy desiguales en España y que el acceso a los sucesivos niveles de enseñanza está condicionado por la situación económica de la familia, el nivel de estudios de los progenitores o el tipo de ocupación en el que estén empleados.
En este sentido, indica que los recursos destinados a la enseñanza son menores en España que en otros países de la Unión Europea: el peso del gasto público español en educación sobre el PIB es del 4,1 %, solo por delante de Croacia, Hungría, Lituania, Luxemburgo, Grecia y Rumanía.
El estudio, elaborado por un equipo multidisciplinar de economistas y psicólogos, remarca que los estudios universitarios son determinantes en la probabilidad de tener una ocupación de alta cualificación, ya que se eleva en 73,3 puntos respecto a las personas con formación primaria.
Además, los trabajadores con estudios superiores copan también el empleo de especialistas TIC (tecnologías de la información y comunicación) al concentrar el 82,9 % de los empleos en esta alternativa laboral, que ha crecido un 42,1 % en los últimos 16 años.
También advierte el estudio del menor riesgo que tienen los universitarios de automatización de su trabajo, solo el 12,8 % podría verse en riesgo alto de ser sustituido por tecnología, frente al 50,2 % de los trabajadores con estudios primarios.
Los investigadores destacan que durante la pandemia la posibilidad de teletrabajar ha sido un aspecto "muy importante" de la calidad del trabajo, una opción más accesible en el caso de los empleados con estudios universitarios, dada la relación positiva entre educación y competencias digitales y su mayor capacidad para acceder a ocupaciones en las que el trabajo en remoto es más viable.
Así, un 23,9 % de personas con estudios universitarios teletrabajó más de la mitad de los días del año 2020, frente al 1,5 % de los ocupados con formación primaria.
Respecto a la incidencia del nivel educativo en otros aspectos, el estudio constata que solo el 12,8 % de ocupados con formación superior sufre problemas de salud crónicos, cuatro puntos menos que los trabajadores con estudios primarios. Además, el 93,1 % de los primeros considera que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente al 84,7 % de los que cuentan como máximo con formación primaria.
Los investigadores lo asocian a que tener estudios universitarios afecta positivamente a la realización de actividad física semanal frente a una vida sedentaria, ya que las personas con estos estudios tienen un 14,1 % más de probabilidades de hacer ejercicio varias veces a la semana que los que solo tienen estudios primarios.
Del mismo modo, consideran que influye en el consumo diario de productos saludables (fruta y verdura), con 13 puntos porcentuales más de probabilidad en el caso de las personas con estudios universitarios. Y también en el menor consumo de tabaco (un 9,3 % menos de probabilidades de fumar).
Las personas con estudios superiores se muestran más satisfechas con su vida: cerca del 70 % de las personas con empleo y formación superior expresan una alta satisfacción con su vida, mientras que en los ocupados con primaria se queda en el 45,6 %.
Además, añaden los investigadores, los titulados universitarios son el colectivo más participativo en organizaciones asociativas y de voluntariado, excepto en las de tipo religioso y en sindicatos.
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