VALÈNCIA. “Es fundamental que el sector industrial y empresarial incluya de una manera consciente a un aliado estratégico: el diseño”. Estas palabras fueron pronunciadas por Rafa Armero, presidente de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV), durante el que se prevé sea su último discurso en los Premios ADCV como máximo representante del sector. En el parlamento daba cuenta de la necesidad de entender el diseño como herramienta necesaria para generar diferenciación, innovación y desarrollo, unas pinceladas que hoy se concretan en una documento mayor: Propuestas para una política de diseño. Incorporación del diseño a la política para el crecimiento y desarrollo de la Comunitat Valenciana. Este texto fue entregado ayer al President de la Generalitat, Ximo Puig, que recibió a los gerentes de la entidad y a los galardonados en la reciente edición de los premios ADCV, un encuentro que tuvo lugar, como curiosidad, en el Día Mundial del Diseño Industrial.
Mediante este documento se busca lograr una mayor implicación de la administración poniendo en valor el diseño como una herramienta que permite resolver retos de futuro en la economía, la innovación, la cultura y la sociedad, sin olvidar que es además un sector económico en sí mismo que forma parte de las Industrias Culturales. “El diseño tiene la característica de ser transversal y por tanto, susceptible de ser usado en todos los sectores y ámbitos de actividad: productos, servicios, procesos, marketing y organización. Mención especial requiere el sector público pues sin duda debe también encontrar en el diseño su utilidad a la hora abordar retos complejos como puede ser la redefinición de los servicios públicos hacia la calidad, eficiencia y sostenibilidad, sin olvidar la importancia de comunicar eficazmente todo ello a la sociedad”, reza el documento entregado a Puig.
Teniendo claro el punto de partida, los puntos débiles y las fortalezas del contexto actual, cabe preguntarse: ¿cuáles son las propuestas? Pues bien, la asociación propone una serie de guías por lo que respecta al diseño como parte de los procesos de innovación, como herramienta para fomentar la productividad y para renovar el sector público. En el primer caso proponen la elaboración de una Guía de innovación en empresas que dé a conocer la figura del diseñador como elemento clave en la estrategia de las compañías, estableciendo un canal directo entre unos y otros basado en la formación. De este punto se deriva la propuesta de crear un módulo didáctico sobre gestión del diseño impartido en las escuelas de negocios de cara a que los futuros responsables de empresas tengan el conocimiento adecuado. Y de la creación de nuevos espacios a la “revitalización” de los ya existentes, en este caso del Centro de Documentación del Diseño (CDD), con el fin de mantenerlo activo y actualizado, un espacio constituido con los fondos documentales del extinto IMPIVA –ahora IVACE- y actualmente carente de financiación y de servicio continuo.
En este ámbito, la ADCV insta al sector público a apoyarse en una o varias comisiones que actúen de manera transversal en la administración para lograr coordinación entre los organismos públicos con el fin de mantener una actuación sólida, visible y permanente y usar el diseño en el desarrollo de sus sistemas, así como establecer un programa de reuniones periódicas con el sector público y empresarial donde debatir propuestas de avance y desarrollo con los profesionales del diseño. En este sentido, el President se comprometió comenzar con una mesa de trabajo formada por diseñadores y diferentes representantes de las Consellerias. Pero ahí no acaban las propuesta de la asociación al poder público. “Aunque nos consta que se tiene previsto llevar a cabo desde la Agencia Valenciana de la Innovación, proponemos adoptar como buena práctica para la administración valenciana una Compra Pública Innovadora (CPI) donde el diseño sea un elemento valorable de la oferta”, indican en el documento, una metodología que “puede generar efectos positivos en la calidad de vida de los usuarios y al mismo tiempo tener un efecto arrastre en las empresas que quieran participar en las licitaciones y que planificarán mejor el desarrollo de sus nuevos productos teniendo en cuenta las aportaciones del diseño”.
Entre las propuestas recogidas también se especifican cuestiones como la necesidad de un mapa del sector desde el punto de vista económico o generar un ‘Foro de innovación’, donde empresas líderes, políticos, figuras del sector público y profesionales del diseño se reúnan para explorar cómo el diseño puede impulsar el crecimiento económico. De esta forma, por lo que respecta a las acciones para el fomento del uso del diseño en la industria con el objetivo de aumentar la productividad la ADCV propone seguir el modelo del Design Council ‘Designing Demand programme 2007-2012’, un programa nacional de apoyo para empresas que incorporan el diseño para mejorar el rendimiento, un proyecto que adicionalmente proporciona datos sobre el impacto económico para negocios, gobierno e industria del diseño. Como medidas de apoyo financiero, la asociación propone la desgravación fiscal a la innovación a través del diseño, pues “existen algunas medidas de tratamiento fiscal para la innovación tecnológica en la que se incluyen costes de muestrarios y personal de diseño pero solo son aplicables para algunos sectores.
"Se trata de un documento abierto, un primer planteamiento, cuya finalidad no es otra que contribuir a la mejora de nuestra región incorporando el diseño a la política", indican desde la asociación de diseñadores, un estudio que, por lo pronto, y tal y como trasladó Puig a los asociados, será estudiado y será el punto de partida de una futura investigación del IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) para obtener datos reales del impacto del diseño en la economía. La política del diseño empieza a tener forma.