Soy de esas personas, sí. Soy de esas personas que cuando van a un sitio y prueba algo que le flipa se lo vuelve a pedir una y otra vez hasta la saciedad
Intento leer la carta de nuevo, buscar algo mejor, pero siempre vuelve. Y eso es lo que me pasa con la lasaña de calabaza de La Casa Viva, siempre vuelve. Pero no solo me la pido cada vez que voy sino que se la recomiendo a todo aquel que me pregunte qué pedir. Lo cierto es que Marlene, la responsable, me ha confirmado que es uno de sus platos estrella. Es más, todo aquel que la prueba dice que no puede ir y pedir otra cosa. ¿Será un agujero negro?
El tema, su lasaña de calabaza vegetariana lo peta. Las láminas son rojas gracias al color de la remolacha ya que para hacerla deshidratan la remolacha y la pican para mezclarla con la masa. En caso de que la quieras sin gluten, la preparan con yuca. El relleno es a base de champiñones y una crema de calabaza que es una maravilla. Pero lo mejor es que está brutal y no tiene bechamel (yo es algo que nunca creí posible). Por encima, queso vegano casero o mozzarella, tú elijes.
Y después de la lasaña, las pizzas, otra maravilla.