CASTELLÓ. Los pequeños cítricos constituyen el cultivo más castigado de toda la Comunitat. Al menos así lo refleja el avance estadístico de superficies que el Ministerio de Agricultura ha publicado con el inicio del año. Solo en 2021 las diferentes variedades de mandarinas han perdido más de 2.000 hectáreas en el territorio valenciano.
Es de suponer que buena parte de ellas sean de la provincia de Castellón -aunque el Ministerio no detalla los datos por provincias-, ya que estas variedades, y sobre todo la que hasta hace poco era la estrella, la clemenules, es la predominante en las comarcas citrícolas castellonenses. De hecho, los aforos de producción, tanto el autonómico como el estatal, ya preveían para esta campaña una caída drástica en el tonelaje de la nulera.
En números exactos, la caída de superficie de las mandarinas valencianas es de 2.056 hectáreas, hasta ocupar actualmente 68.768. La cifra de huertos de mandarinas echados a perder es, incluso, mayor que la caída global de superficie cultivada en toda la Comunitat, que La Unió de Llauradors cifra en 1.409 hectáreas y la Asociación Valenciana de Agricultores en 2.047.
Esto se debe a que hay otros cultivos que han aumentado su extensión. Y lo curioso es que esto se ha producido en el resto de los cítricos. Así, las naranjas han sumado 280 hectáreas hasta las 72.264; la extensión de limoneros ha crecido en 1.249 hectáreas hasta las 16.932; el pomelo también ha crecido en 195 (hasta las 991) y el resto de cítricos, con una presencia testimonial, también han aumentado ligeramente.
Tras analizar los datos, desde La Unió tienen claro a qué se debe el espectacular abandono de huertos de pequeños cítricos. Así, la organización agraria señala a "los bajos precios percibidos por los agricultores en las últimas campañas en las mandarinas más tempranas y las clementinas", algo que achacan "en gran parte a la competencia de los cítricos procedentes de Sudáfrica", que aumentó en 2021 sus exportaciones de mandarinas a la Unión Europea más de un 30%, como ha desvelado este diario.
Por ello, La Unió insiste en que se introduzcan las mandarinas en la revisión del acuerdo de asociación comercial entre la UE y Sudáfrica "y lo hagan con un arancel de precios de entrada desde septiembre, tras comprobarse claramente que distorsionan la salida comercial de nuestras clementinas y mandarinas tempranas en el inicio de campaña".
Desde esta organización agraria, así como desde AVA-Asaja, destacan además la caída de superficie del caqui, con 888 hectáreas menos y hasta quedar en 14.752. Sobre este cultivo, que no hace mucho parecía una tabla de salvación para el campo valenciano, desde La Unió solicitan a las diversas administraciones "más atención y sensibilidad" debido a los altos costes para la lucha contra las plagas que tiene que acometer, ante lo cual exige "ayudas para mantener en pie las explotaciones y evitar el desastre económico y medioambiental que representan los campos abandonados".
Por su parte, desde AVA-Asaja hacen hincapié en que la Comunitat suma superficie abandonada, mientras la extensión de cultivos crece en España un 0,44% al crecer las tierras productivas en 4.535 hectáreas. Por ello, su presidente, Cristóbal Aguado, lamenta que "la mancha marrón continúa imparable", sobre todo en la agricultura valenciana, "una de las más antiguas de Europa, y en los cultivos mediterráneos, discriminados sistemáticamente frente a los continentales".
Aguado remarca que ninguna de las leyes autonómicas, estatales o europeas "ayudan en absoluto: en 2021 los agricultores valencianos dejaron de cultivar 5,6 hectáreas de media cada día. ¿No creen, señores políticos, que estos números oficiales son suficientemente demoledores como para reaccionar de manera urgente y contundente", concluye.