La semana pasada LaVac celebró su tercera edición de Abierto Valencia, precedida de las visitas guiadas y gratuitas a las exposiciones en la Arco Gallery Walk
VALENCIA. Dicen los ingleses que hacen falta ocho generaciones para aprender a llevar el frac; los chinos sostienen que son indispensables diez generaciones para hacer educado a un hombre; el príncipe de los gastrónomos del siglo pasado, Curnonsky -que muchos aspirantes a la estrella Michelin desconocen- sentenció que se requieren dos mil años para aprender a comportarse en la mesa; y aunque nadie especifica cuántos años se tarda en reconstruir un tejido cultural quemado a soplete, los valencianos estamos en ello, a pesar de lo difícil que resulta convencernos de que, unidos, funcionamos mejor.
En este sentido, la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de la Comunidad Valenciana (LaVac), fue creada para dar a conocer el trabajo de los artistas en este complejo contexto de nuestro presente, donde al espectador le cuesta sincronizarse con el concepto del arte y, además, para concentrar la oferta y atraer e informar a coleccionistas, comisarios y al público.
Por eso la semana pasada LaVac celebró su tercera edición de Abierto Valencia, precedida de las visitas guiadas y gratuitas a las exposiciones en la Arco Gallery Walk; fueron realizadas por la Asociación Valenciana de Educadores de Museos, algo muy de agradecer tanto para neófitos como para estimular a los ya expertos.
Esta es la única fiesta por el arte que une lo privado con lo público, cosa que celebraron tanto la presidenta de la Asociación, Olga Adelantado, de la galería Adelantado, como José Miguel G. Cortés, director del IVAM, museo que ha acogido por primera vez en su historia este evento ya de sobra consolidado.
La “Arco Galey Walk”, un paseo por las obras de los artistas de la asociación, convocó a mucho público: galeristas de raigambre que no se prodigan mucho como la Señora con mayúscula Trini Hernández, de la Galería Palau; o Luis Pérez Pont -que iba como un pincel, para la ocasión- de la Asociación de Críticos de Arte y que disfrutó de la obra de Toni Signes “La extenuación del poder” -lema también muy indicado- en la galería pazYcomedias. Como está entregado en acabar su tesis Luis no pudo asistir a los premios en ese edificio del IVAM que aún provoca recuerdos a todos.
No entiendo muy bien por qué no se había celebrado antes la entrega de premios de Abierto Valencia en nuestro museo del arte moderno porque nos consta que, en lo que hasta hace poco se conocía como el agujero negro de la galaxia artística valenciana, fueron invitados a exponer y a hacer eventos muchos tipos de corrientes, incluso del ramo de la estética y la cosmética, pero parece que estamos en un periodo de novedades en el que ahora puede haber cabida para todos.
Por primera vez en muchos años ponían sus pies en el museo personalidades como su ex-directora, la multicolor Carmen Alborch, que acudió vestida con una especie da capa de tela fallera y muy sonriente. Sólo faltaban para la ocasión las actualizadas fuerzas de la Generalitat, al menos para que yo pudiera hacer un estudio pormenorizado de sus “toilettes”, pero será en otra cita.
Recapitulemos cuáles fueron los galardones: el premio a la Mejor Exposición, otorgado por la Conselleria de Cultura, recayó en la “Exposición Lothar Baumgarten vs Bleda y Rosa“, un diálogo fotográfico “à trois” entre percepciones distintas de América del Sur, de la galería Espai Visor, representada en la persona de una de sus directoras, Miriam Lozano.
Se entregó también el premio de adquisición patrocinado por Gandía Blasco para obra del artista valenciano técnico,científico e interactivo Hugo Martínez-Tormo, de la exposición colectiva Arte y Naturalezas Tecnológicas, expuesta en la Galería Punto.
El premio de la Fundación Hortensia Herrero fue para el artista noruego y rubio, Mortten Slettemeas, amable, orgánico y colorido en su nueva etapa pictórica, y que vino acompañado de su hermana, su cuñada y unos niños que posaban en el fotocall con ese desparpajo natural de los niños de Oslo.
El premio DKV se repartió entre dos artistas: el muy biológico Ernesto Casero, de la Galería pazYcomedias, y el artista de los ojazos, Juanli Carrión de la Galería Rosa Santos; aunque no pudieron pasar a recogerlo personalmente, sí estuvo -enfundada en un traje negro con brillos- Alicia Ventura, responsable de la cada vez más interesante colección DKV, un programa de arte como terapia en sus hospitales. Es decir, que mientras uno se recupera, en vez de poner monedas a un televisor, puede sentarse a contemplar una obra de arte que es mucho más saludable.
El jurado estuvo compuesto por el director de ARCO, Carlos Urroz, el vicedecano de Cultura de la Facultad de Bellas Artes, Ricardo Forriols y el conservador y responsable de exposiciones temporales de IVAM, Ramon Escrivà.
Es muy injusto no dedicarle más profundidad al contenido de las obras, pero ya saben que en los ecos de sociedad el color predominante son las negritas, donde todo a todo el mundo le gusta verse reflejado, y como el arte tiene siempre algo de culto al ego, estos son, si no todos, parte de los asistentes:
Elena Battaglia, de Intramurs, apareció con un elegante ataque de alergia y traje negro, y cerca de ella estaba Mayte Ibáñez, del centre cultural la NAU de la Universitat de València, que este mismo viernes ha inaugurado la exposición de fotografías de Gervasio Sánchez -especialista en conflictos armados-y textos de Mònica Bernabé, Mujeres. Afganistán, en el espacio Acadèmia, la sala más grande del edificio histórico. Si quieres a los fotógrafos que arriesgan la piel por informarte, acude.
Vimos a Dani Borrás, que de Cultura de El Mundo se pasa, como redactor jefe a la revista Vogue; Luis Rubiales, de la Asociación de Fútbolistas; María Tinoco, de la galería Mr. Pink; Elena Tejedor, de la fundación Hortensia Herrero, y su asesor y colaborador en ABC, Javier Molins; Reyes Martínez, de la galería Spai Set; José Luis Giner, curador de la Fundación Xirivella Soriano; Álvaro de los Ángeles, subdirector general de Actividades del IVAM y una de las manos derechas de su director; la artista Anja Krakowski, que será la autora de la escultura para conmemorar a las víctimas del metro; Rosa Santos, de la junta de laVac; Felipe Garín, ex-director del museo del Prado y director del consorcio de museos de la Generalitat y del Centro de El Carmen; los pintores Alex Marco y Pol Coronado; el ángel femenino-didáctico-artístico, Isabel Puig; el arquitecto Ángel de la Iglesia y coleccionistas como Carlos Puerta. Ismael Chappaz y Juanma Menero, directores de Espai Tactel, estaban muy contentos porque viajaban a la feria internacional Zona Maco Foto, en México, donde están ahora.
También acudió Cristina Chumillas, que ha abierto galería (art & shop) en la calle Segorbe, dedicada a los ilustradores. Escondida detrás del personaje Pepita Lumier ha expuesto los dibujos originales Paco Roca (sólo los originales porque Paco en persona física es difícil de encontrar). Además, Paco Roca ha dibujado en rojo y negro una de las divertidas etiquetas de la cerveza artesanal valenciana Tyris, cerveza bautizada como La Lola en homenaje al barrio del Carmen. No faltó la crítica independiente Johana Caplliure, Eva Peydró, del magacín multimedia el Hype, vestida de azul Prusia y mis amigos de la revista Ociomagazine.
Hubo una performance de canapés dulces y vinos de las bodegas de Terres dels Alforins que hicieron bailar a los invitados alrededor de las bandejas como en un vals de Fantasía, de Walt Disney.
Hay que decir que, aunque museos, galerías y artistas recurren a todas las posibilidades que están en su mano para promocionar el arte, otras galerías no adheridas a LaVac, como Kyr Royal, tienen una visión propia para impulsar la creatividad. Juan Cárdenas, su director, que ayer mismo hacía el “finissage” (la clausura, para entendernos) de la exhibición “Signs And Symbols” opina que intentar acercarse a las instituciones públicas no es la solución total a las enfermedades del arte en España, muy basado según su punto de vista en los “ismos”, y que necesita un estudio profundo y riguroso para realizar un cambio. Admira más el trabajo y el auge del sector del arte en otros países donde goza de muy buena salud, así como las obras menos académicas y más cercanas al público.
La dicotomía entre lo artístico y lo material me lleva a una metáfora que, aunque ramplona, no es menos cierta: habiendo ya buenas raíces, hay que contar con todos los interlocutores del arte para llevar adelante un trabajo común del que puedan salir hojas nuevas, flores y hasta enredaderas. Hay muchas imágenes literarias para esto: tendamos puentes, abramos fronteras, iniciemos el diálogo. Llámenlo como quieran, pero no nos dejemos arrastrar por el compendio de mediocridad que nos impide observar un fenómeno desde otro punto de vista.
Y si a ustedes, mortales comunes, fusionar esa dicotomía entre lo sublime y lo humano aún les resulta complicada, no se preocupen: el próximo domingo 28 se inauguran los amables brunch and music experiences de Mar d´Avellanes, en esta ocasión en la calle Portal de Valldigna: fusiones de música, gastronomía y arte que irán paseando por lugares singulares como alquerías, barracas, galerías de arte o casas privadas.
Por cierto que, además del arte, otro de los cambios que está transformando a la sociedad valenciana es el climático; este verano se colapsó el aire acondicionado de muchos restaurantes de lujo y han vuelto a sus oficinas muchos general directors con la calva churruscada. Por eso estuve esta semana navegando en el velero WWF solar, un catamarán prototipo que cruzó el Atlántico en el año 2007, para demostrar que con 65m2 de paneles solares la energía limpia es un hecho. Toni Font y Martha Zein son los embajadores de la campaña #NiUnGradoMas, para llamar a la acción contra el cambio climático y exigir acciones urgentes al Gobierno de cara a la próxima Cumbre de Naciones Unidas. Me llevé un ligero refrigerio consistente en varias cajas de Blanc de Trilogia 2014 de bodegas Los Frailes y unas galletas saladas para disfrutar de la puesta de sol desde el mar sin olor a gasoil. El velero WWF solar permanecerá hasta el día 29 de septiembre para quien quiera visitarlo y también pueden saber de él en su blog Donde el sol nos lleve. Háganlo por las futuras generaciones o para compensar el despilfarro energético y neuronal que hemos padecido en la última era. Así tienen opciones de sobra para abandonar sus costumbres habituales de manta y sofá y entregarse a un buen weeckend intelectual.