VALÈNCIA. (EFE) Les Corts Valencianes han aprobado este miércoles, con el apoyo de todos los grupos excepto el PP que ha votado contra, el informe de fiscalización elaborado por la Sindicatura de Comptes y, en consecuencia, la cuenta general de la Generalitat correspondiente al año 2016.
El diputado del PP Rubén Ibáñez ha asegurado que el informe aprobado demuestra "el caos y la nefasta gestión" del Consell presidido por Ximo Puig, y "las mentiras y engaños" a los que tiene sometidos a los valencianos.
Ha advertido de que la Sindicatura evidencia que en 2016, el primer año completo del Gobierno del Botànic, "hubo recorte de derechos, abuso de contratos menores, aumento de facturas en el cajón, se gobernó a coste de enriquecimiento injusto, se precarizó el empleo público, y la sanidad arrojó 910 millones en pufos".
Ha asegurado que el informe "saca los colores Consell", ya que le advierte de que "no puede poner los 1.300 millones ficticios" y refleja que en un solo año la deuda aumentó en 3.500 millones, a pesar de que 2016 fue el año "con más ingresos desde 2010".
El socialista José Muñoz ha manifestado que el trabajo de la Sindicatura muestra "el maltrato sistemático" al que el Gobierno de Mariano Rajoy somete a la Comunitat Valenciana, y que eso tiene consecuencia en el endeudamiento y en la prestación de los servicios púbicos fundamentales.
Sin embargo, ha señalado, también muestra que a pesar de esa situación, el Consell ha logrado reducir el déficit casi en seis puntos gracias a su "buena labor", y gasta "más que la media nacional en servicios públicos fundamentales en relación a los ingresos".
Desde Compromís, Jordi Juan ha destacado que el informe "deja clara" la necesidad de exigir una financiación justa para asumir todos los gastos de unos servicios públicos que quieren que sean de calidad, y reconoce "muchos avances" y que "la gestión va mejor y se hace con más rigor".
Ha reconocido que sigue habiendo facturas pendientes de pago pero ha preguntado cómo se pueden tramitar todos los gastos sin unos ingresos adecuados, y ha señalado que un año "no es suficiente" para acabar "con 20 años de malas prácticas" y menos cuando "no paran de salir pufos y más pufos".
David Torres (Podem) ha reconocido que un año no es suficiente para acabar con las salvedades anteriores, pero ha dicho que espera que el nuevo Gobierno "no caiga en dinámicas anteriores a la hora de gestionar fondos púbicos" y que las cuentas de 2017 y 2018 estén a la altura de las exigencias de la ciudadanía.
Ciudadanos ha apoyado la cuenta general de 2016, aunque su diputado Antonio Woodward ha criticado que, según el informe de la Sindicatura, las cosas se están haciendo como antes y que se cae "en vicios del pasado".