Este decreto, aprobado el mes pasado, ha salido adelante gracias a la mayoría de los grupos que sustentan al Consell (PP-Vox) y con el rechazo de la oposición (PSPV y Compromís) por no haberse negociado con los sindicatos.
Durante el debate, en la sesión de este pasado miércoles, el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, defendió la necesidad de este decreto con medidas extraordinarias "y temporales" para adecuar la asistencia sanitaria a toda la población, con el objetivo de incentivar la cobertura de plazas "poco atractivas" en zonas alejadas de grandes ciudades.
Gómez señaló que la Atención Primaria de algunos departamentos sufre el problema de que hay profesionales que prefieren trabajar en Urgencias o Atención Hospitalaria, "un problema muy importante que hay que abordar".
"Es un punto de partida porque la situación es cambiante", remarcó, y garantizó que se podrá facilitar la cobertura de plazas en más departamentos de los previstos en el decreto "si los datos objetivos lo justifican".
Desde la oposición, el diputado del PSPV Rafa Simó acusó al conseller de cometer el "error imperdonable" de no negociar este decreto y auguró una "fuga de profesionales" que se acogerán a las medidas "y después pedirán la excedencia". Eso sí, reconoció que "la idea de las macroáreas puede ser buena".
Carles Esteve (Compromís) coincidió en criticar la falta de "escucha" a los sindicatos para "cambiar las condiciones laborales de los sanitarios", algo que a su juicio afectará a la calidad asistencial. "Este decreto nace muerto", aseveró, y también auguró "una fuga de profesionales a otras comunidades y a la sanidad privada".