VALÈNCIA. La última sesión de control en Les Corts del año dejó cierto regusto amargo en las filas del Govern del Botànic, conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem. La falta de comunicación, especialmente en las cuestiones relacionadas con la cámara parlamentaria, se puso de manifiesto en una jornada en la que uno de los desencuentros principales entre los socios se centró en la futura Agencia Valenciana de la Energía.
Pero no fue el único reproche con el que tuvo lidiar el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que mantuvo sus habituales enfrentamientos con la oposición, en este caso a cuenta de asuntos de ámbito nacional. La portavoz del PP, María José Catalá, acusó al jefe del Consell de "rendición" y "conformismo" ante Pedro Sánchez y atacó con los problemas de aplicación judicial de 'la ley del sí es sí', que está "humillando a las víctimas y cometiendo la mayor tropelía social que ha ocurrido en este país".
Una intervención ante el que el jefe del Consell reaccionó mostrando toda su "solidaridad" con la ministra Irene Montero ante las últimas críticas recibidas: "La violencia comienza cuando la palabra insulta, amenaza y degrada", señaló el presidente, para apelar a la "unidad" y al "refuerzo" del Pacto Valenciano contra la Violencia Machista que cumple siete años. "Usted viene aquí a traer la agenda de la crispación que le han ordenado desde Génova, degradando Les Corts actuando con un sucursalismo puro y duro", replicó Puig, para afirmar que frente a esa "agenda de la crispación", el Consell impondrá la "agenda de la solución".
Más allá del rifirrafe común entre Puig y el PPCV, el presidente atravesó momentos de mayor tensión con las intervenciones de sus socios. La portavoz de Compromís, Papi Robles, puso sobre la mesa la creación de la Agencia Valenciana de la Energía, que figura en el Pacte del Botànic, y recordó que seis meses atrás se firmó un acuerdo para la creación -como tarde- de la misma mediante enmiendas en la próxima Ley de Acompañamiento que está en tramitación. "Ha sido una sorpresa, o más bien una decepción, encontrar que el grupo socialista no quiere suscribir este acuerdo", subrayó la síndica. Una crítica, tal y como informó Valencia Plaza, que venía haciéndose en la cámara desde hace unos días.