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Cory Doctorow 'Radicalizado' en estas cuatro ¿distopías? muy actuales

VALÈNCIA. Parece un capítulo de Black Mirror es el nuevo, "como en Los Simpson, cuando…": la veterana serie de los de Springfield, condenada a una larguísima agonía y deterioro por aquellos que se empeñan en no dejarla morir mientras puedan seguir exprimiéndola para sacar billetes, ha sido durante mucho tiempo un espejo en el que mirarnos. Si bien en teoría su retrato es el de la sociedad estadounidense, y en concreto el de una familia del montón (del montón de la clase media), la globalizadora influencia de la cultura yanqui ha hecho que, de algún modo, las peripecias de Homer & co. también nos representen a nosotros, o al menos algunos aspectos de la realidad parcialmente importada que vivimos a diario. El gran éxito de Black Mirror, sin embargo, es haber logrado lo mismo, pero con muchísimas menos temporadas y capítulos. La serie del espejo negro (la pantalla del móvil o de una tablet) ha apuntado mucho más fino a una diana mucho más homogénea: la aparición de los smartphones ha supuesto una uniformización acelerada de una humanidad cada vez más dumb. En ese sentido, la distópica Black Mirror lo ha tenido más fácil. Pese a todo, ¿es correcto el uso que hacemos a diario de los conceptos distopía o ciencia ficción? El problema principal es con esto de la distopía, que la hemos roto de tanto usarla. En esencia, una distopía es una forma indeseable de sociedad desde el punto de vista del que se parte al imaginarla. Claro, lo que ocurre es que luego vamos cumpliendo con nuestra agenda cataclísmica, y lo que era distópico se convierte en cotidiano. La hipervigilancia mediante cámaras callejeras que giran a nuestro paso es, por ejemplo, entrañablemente retrodistópico: ahora lo que se lleva es la ultravigilancia por medio de cámaras integradas en cualquier dispositivo de los que portamos voluntariamente o frente a los que trabajamos, aderezada con reconocimiento facial. Eso no es una distopía, es el presente, y con lo rápido que va todo, puede que ya incluso un poco el pasado. 

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