VALÈNCIA. España duerme muy mal. Lo dicen los datos —la Sociedad Española de Neurología estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño—, pero sobre todo lo dicen las conversaciones del día a día, cuando un simple ¿Qué tal? o Haces ojos de cansada abren los grandes melones de la vida contemporánea.
Ana Penyas recoge algunas de las historias de las personas con mal dormir en su nuevo cómic con En vela (Salamandra Graphic, 2025). La valenciana, Premio Nacional del Cómic 2018 por Estamos todas bien, convierte el insomnio en una herramienta crítica y poética para hablar de precariedad, desigualdad y miedo. “No es un libro sobre el insomnio, porque el insomnio es un concepto demasiado amplio. Para mí era una manera de hacer una radiografía social, de hablar de la sociedad en la que vivimos”, explicó en un encuentro con la prensa.
“Yo no soy una persona insomne, pero sé lo que significa pasar alguna noche en vela o tener un sueño frágil”, confesó la autora. “Me di cuenta de que cada vez más gente que dormía bien ya no lo hacía; y el uso de benzodiacepinas estaba muy extendido”. Otro dato que esconde una realidad preocupante: España es líder en el consumo de estos fármacos ansiolíticos.
Cuenta Catalina Mejía, editora del sello Salamandra Graphic, que Penyas no es una autora de tener manuscritos en el cajón ni temas en cola; sino todo lo contrario, tarda en encontrar de lo que quiere hablar y la investigación previa es larga y rigurosa. La constelación de lecturas y reflexiones de En vela abarca desde El año que tampoco hicimos la Revolución, del Colectivo Todoazen, o Manhattan Transfer, de John Dos Passos, hasta el pensamiento de Remedios Zafra.

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Pero más allá de la bibliografía, el insomnio es un fenómeno tan común, que Penyas también decidió preguntar directamente a la gente: “Convoqué, en mis redes de amistas, a personas que durmieran mal y quisieran hablar conmigo y me fue llegando gente que me confesó su noche. Había personas con insomnio crónico, otras con sueños frágiles, muchas mujeres…”. El trabajo de campo le ha llevado también a la unidad del sueño del Hospital Macarena de Sevilla, donde comprendió hasta qué punto el insomnio tiene raíces estructurales: “Acudió una mujer con dos trabajos que se quedaba dormida en el autobús. No es que tuviera un problema de sueño, es que no tenía tiempo para dormir”.
Presente y pasado del dormir para pensar un futuro mejor
A través de seis noches y un día, En vela construye un mosaico de personajes unidos por esa imposibilidad de descansar: “Las violencias trastocan el sueño: la violencia de género, la violencia racista, la desigualdad económica. Por eso quise que los personajes fueran diversos, para ver cómo a cada cual le calaba su problemática individual”. “La desigualdad también está en cómo dormimos”, sentenció.
La autora ha querido, además, enlazar el presente con la historia del sueño. “No siempre hemos dormido igual. Antes de la revolución industrial, por ejemplo, se dormía en dos tiempos. O antes dormíamos en comunidad, ahora dormimos individualizados. Cómo dormimos es producto del sistema en el que vivimos y quise reflejar esos cambios”.

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Vuelta al cómic, a la casa, y en vertical
El proceso gráfico fue, según admite Ana Penyas, uno de los mayores retos de su carrera. “Este libro me pedía otras soluciones gráficas. Me pedía muchos más negros, jugar con otras gamas de color. Los originales los hice casi todos en blanco y negro, con lápiz acuarelable y carboncillo para las partes del sueño, porque necesitaba esa sensación difusa. Ha sido un reto gráfico muy fuerte porque esta era la noche pura”.
Entre Todo bajo el sol [su ahora penúltimo cómic] y En vela, la autora desarrolló en el IVAM la exposición En una casa, centrada en el trabajo doméstico y los cuidados. Esa experiencia, reconoce, ha marcado también la manera abordar el nuevo proyecto: “En el IVAM aprendí a jugar más, porque no era un libro. Habíamos entrevistado a muchas mujeres y cada una era una historia. Me permití utilizar diferentes registros gráficos y eso me dio seguridad para romper ciertas reglas. Entrevistamos a 36 mujeres, y a tres de ellas las volví a entrevistar para En vela. Muchas trabajadoras internas duermen fatal porque cuidan a personas que duermen mal. Está muy impregnado de esa idea de entender a cada persona en concreto”.
Si en Todo bajo el sol, el libro pedía ser apaisado para poder representar los estratos del paisaje turistificado, En vela pide lo contrario: una verticalidad que remite a los pensamientos se van hacia arriba y también al móvil que los insomnes no paran de consultar en sus vueltas en la cama.
También entre un cómic y otro, Ana Penyas cierra el foco. A lo largo de sus cómics, ha ido representando barrios, paisajes y escenas domésticas porque lo personal es político, y lo político personal. En vela, claro, tiene mucho de íntimo, del hogar: “Este cómic ha sido volver a la casa. Me gusta crear esos espacios íntimos pensando en cada persona: quién vive dónde, cómo tiene su cuarto, qué elementos lo configuran”.