VALÈNCIA. “Es importante recuperar escritores, pero no solo el nombre, sobre todo la obra. Los autores son sus textos, necesitamos sus textos. En el caso de Concha Alós, ha costado mucho recuperarlos. Ha sido muy importante que Seix Barral, del Grupo Planeta, recuperara Las Hogueras”, manifiesta el director de la Fira del Llibre de València, Manolo Gil. Fue a finales del año pasado, cuando se cumplían sesenta años desde que la escritora castellonense publicase la obra que le valió su segundo Premio Planeta. El primero le fue concedido en 1962 por Los enanos, aunque tuvo que renunciar al galardón tras confirmarse que ya había firmado previamente un contrato de edición con Plaza & Janés. En cualquier caso, ambos textos confirmaron que Alós era una escritora excepcional, a quien, sin embargo, el tiempo la dejó relegada de los grandes relatos culturales. ¿Y eso por qué?
“La literatura de Concha es como un puñetazo directo al estómago”, reivindica Gil, quien no duda en declararse un gran admirador de su obra. En efecto, la Fira del Llibre vive este sábado, a las 18:00 horas, un encuentro muy especial para honrar el 60 aniversario de Las Hogueras. Un homenaje en el que estarán presentes Amparo Ayora, biógrafa de Concha Alós; Meizuo Yang, experta en la obra de la autora; y la rapsoda Conxa Pascual.
Confiesa Gil que todo ha sido un capricho -o sueño- suyo. “Realmente el aniversario fue el año pasado, pero toda fiesta tiene su cava y decidí alargarlo. A Concha la descubrí cuando era adolescente. Para un niño del franquismo, cuando todo era gris, descubrir de repente a una autora valenciana que triunfa por toda España fue fascinante. Además, la pude conocer tiempo después en el que creo que ha sido uno de los mejores difusores de la lectura en este país, como fue el Círculo de Lectores”, cuenta Gil, que añade: “No solo fue una escritora de grandísimo nivel, porque estelísticmente escribia muy bien, sino que además tocó temas muy arriesgados para la época. En pleno franquismo se puso a tocar temas que hoy en día no están superados. Todavía no se habla lo suficiente del deseo femenino. Lo puedes encontrar en escritoras como Sara Torres, pero poco más”.
En el libro, la encargada de redactar su prólogo, la periodista Lucia Ramis empieza contando que tardó un tiempo en conocer a Alós y leer Las Hogueras, y “flipó”. “Habla de una Mallorca que no conocí, pero que reconozco. Y del deseo femenino. Y de los efectos del turismo incipiente. Y la inmigración peninsular en la isla. De la aspiracion a la felicidad y el cuestionamiento de la belleza. De la brutalidad sotisficada y la imposibilidad de intelectualizar los instintos. Del contraste cosmopolita en el mundo rural. Del vacío, la ambición, la frustración, la soledad, el aislamiento”, resume Ramis.
Publicada en 1964, Las hogueras se sitúa en un pueblo de Mallorca durante los años del franquismo. La novela sigue a dos mujeres que intentan encontrar sentido a una vida que les pesa. Sibila, exmodelo, está casada con un médico, pero vive enganchada al recuerdo de una etapa pasada en París y busca fuera de su matrimonio algo que la despierte. Asunción, por su parte, es maestra y empieza a sentirse fuera de lugar tanto en el aula como en su propia vida.
La vida de Alós atraviesa sus novelas
Aunque nunca se definió como escritora autobiográfica, la vida personal de Alós está muy presente en sus novelas. Ésta vivió entre Castellón, Mallorca y Barcelona. En los años cuarenta se casó con el periodista Eliseo Feijóo, y cuando a él lo trasladaron al diario Baleares, en Palma, se mudó con él. En la isla estudió Magisterio y trabajó como maestra en Can Picafort, mientras comenzaba a colaborar en prensa. Pero fue en la redacción de ese mismo periódico donde conoció a Baltasar Porcel, catorce años menor y aspirante a escritor. Con él inició una relación que provocó escándalo en su entorno y que supuso una ruptura con su vida anterior. Poco después, la pareja huyó de la isla y se instaló en Barcelona. Allí, Alós dejó la enseñanza para centrarse por completo en la literatura y el periodismo. Esa decisión, tomada en un momento en que la transgresión femenina tenía costes altos, marcó su obra.
Amparo Ayora, biógrafa de Concha Alós, afirma que en los años sesenta pocas escritoras se atrevían a hablar con tanta claridad del deseo, del cuerpo o de la frustración vital de las mujeres. Y no solo fue valiente por lo que escribió, sino por cómo lo hizo: desde su propia experiencia, después de atravesar una vida marcada por las decisiones difíciles y las rupturas personales. “Si le hubiera ido bien en el matrimonio, seguramente no habría vivido la vida tan libre que acabó construyendo”, apunta Ayora, que ve en esa trayectoria una clave para entender la libertad que recorre toda su obra. La rebeldía, dice, no fue un punto de partida, sino una consecuencia. “El camino que le ofrecía el patriarcado no le dio la felicidad, así que decidió hacer lo que quiso”.
Alós sabía perfectamente los límites del momento. Por eso firmó Las hogueras con un seudónimo masculino -Daniel Janer- al presentarla al Premio Planeta. En esa novela abordaba temas que eran casi impensables para una autora de su época: infidelidad femenina, aborto, homosexualidad, anticonceptivos. Para Ayora, esa mezcla de transgresión íntima y lucidez social es lo que hace que Las hogueras siga resultando incómoda y haya sido “su obra con mayor difusión”.

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Una obra todavía vigente
Pese a la falta de difusión que Concha Alós ha recibido con el tiempo, su obra ha logrado revivir a través de diferentes investigaciones y textos. Una de estas las firma Meizuo Yang, a quien el nombre de la castellonense le llegó de casualidad cuando escribía su trabajo final de máster. “No había escuchado nunca su nombre y movida por la curiosidad leí, en primer lugar, Los enanos. Me sacudió profundamente, porque escribía sobre los cuerpos, la opresión y la mujer de manera muy directa. Tras ello, me puse con Las hogueras, su primera novela en sentido pleno y la que inaugura los grandes temas que desarrollará en adelante”. Sobre esta obra Yang afirma que sintió una mezcla de emociones y desconcierto, “por cómo había retratado con tanta precisión la realidad emocional de las mujeres de la época” y porque le resultaba “incomprensible que tuviera tan poca presencia en la historiografía literaria”.
“Hoy 60 años después, ya podemos hablar abiertamente de las mujeres y su cuerpo, pero ¿realmente hemos superado el estado de representación que tienen en la sociedad Sibila y Asunción? No sé, creo que no. La estructura emocional de Las hogueras, que recoge la soledad, la represión y la autonegación siguen presentes en las experiencias de muchas mujeres contemporáneas y sus luchas”, señala Yang, que agrega: “Podría decirse que releer a Alós no es solo un ejercicio histórico, es una relectura del presente. Nos recuerda al ahora. La literatura permite nombrar muchas heridas invisibles”.
Recuperar la obra de la castellonense es fundamental, así, no solo por justicia histórica, sino porque los temas que plantea siguen plenamente vigentes. Como reitera Yang, “sus obras ayudan a conocer los procesos de silenciamiento, incomunicación y soledad que afectaban a muchas mujeres”. Por eso, “resulta muy lamentable que una autora tan valiente y profunda como Concha Alós, haya sido excluida durante décadas de la literatura universal”, reclama la investigadora.
Nuevas lectoras y reediciones
El regreso de Concha Alós no ha sido casual. El interés por su obra ha ido creciendo gracias a un trabajo de fondo que ha combinado investigación, edición y memoria. “Son muchas las piedrecitas que han ayudado a que se recuperen sus novelas, yo misma me atribuyo una parte”, señala Ayora. Su libro Las guerras de Concha Alós: Castellón, historia y relato, premiado en Castelló, ha sido clave para conectar su trayectoria con el territorio que la vio crecer, y para reconstruir el contexto en el que se formó como autora.
Ese trabajo se ha visto reforzado por otras aportaciones recientes. En Francia, La voix oubliée de Concha Alós de Noémie François, publicada en 2022, estudia su obra desde la creación y el compromiso bajo el franquismo. En España, Lucía Gurucchaga ha analizado sus novelas desde una perspectiva feminista, y periodistas como Alfons Cervera han contribuido a devolverla al debate literario. En cuanto a reediciones, la editorial La Navaja Suiza ha recuperado títulos como Los enanos (2021), Rey de gatos (2019) y El caballo rojo (2022). Actualmente, se está preparando la publicación de otra de sus novelas en su versión íntegra, incluyendo fragmentos que fueron censurados en sus anteriores ediciones.
Este conjunto de esfuerzos ha permitido que la obra de Concha Alós recupere el espacio que nunca debió perder. Ayora tiene en marcha, también, un proyecto para continuar y ampliar la biografía de Concha Alós, lo que augura nuevas aportaciones al conocimiento de su vida y obra. El interés ya no se puede apagar.
Concha Alós falleció en Barcelona el 31 de julio de 2011 y desde hace dos años descansa en paz en el Cementerio Sant Josep de Castelló, después de que se trasladaran sus restos mortales desde Montjuïc.