VALÈNCIA. En marzo de 2020 –¿les suena de algo la fecha?– envió la primera carta. Newsletter, quiero decir. El último sábado de ese mes comenzó una relación con sus lectores que, por aquel entonces, no se sabía muy bien qué camino iba a seguir, el inicio de una correspondencia que hoy suma más de treinta y cinco mil receptores, treinta y cinco mil “personitas”, que diría Noemí Argüelles en Paquita Salas, que cada sábado reciben el relato íntimo de Jesús Terrés. Mucho ha llovido desde entonces, pero ese intercambio se ha mantenido en el tiempo hasta convertirse en la newsletter literaria más leída de España. Casi nada.
Cuando va a cumplir un lustro de esa primera carta, Terrés celebra esa conexión con los lectores y lectoras con la publicación de Vivir sin miedo (Editorial Destino), una selección de los mejores textos de estos últimos años, cartas que hablan de la búsqueda de la felicidad, de las pequeñas y la grandes cosas y de encontrar la luz en cada grieta, un relato íntimo salpicado por los nombres en torno a los que gira su vida, tanto los personales como aquellos que dan forma a su universo de intereses culturales. Todo importa.
Un año después de publicar su primera novela, Buscaba la belleza, el escritor y columnista confecciona un volumen que cobra sentido tanto carta a carta como entendido como un todo, un “canto a la vida, al amor y a la belleza de las cosas sencillas” en el que tampoco rehúye de la tristeza o la bajona. Cosas de la vida. Todo ello en un buen puñado de escritos que desde hace años han ido engrosando una suerte de diario compartido en el que están todos invitados.
De entre las cartas que componen Vivir sin miedo se extrae un relato que habla del presente inmediato pero, también, de la manera en la que el autor descifra la vida, una serie de reflexiones que son tan Terrés como ‘Nada importa’, alter ego por el que se le conoce desde que fundara su referencial bitácora a comienzos de la blogosfera española. Con esto en mente, proponemos al autor un juego, una selección de algunas de las frases o fragmentos de las cartas que, por un motivo u otro, hablan de eso mismo: de cómo ve Terrés el mundo.

De este diálogo ha surgido esta selección que son, nada más y nada menos, que los mandamientos de Jesús Terrés:
- “Duele escribir, pero todavía más no hacerlo” (‘Vivir sin miedo’, página 11)
- “Las flores frescas, los libros viejos, las cosas hechas a mano; ser fiel consciente y despierto. Dejar que las cosas duelan (¿cómo pretendes aprender si no?), intuir que esto no va de juzgar, sino de escucharte” (‘Armar un plan’)
- “Sin el cine, desde luego, la vida no vale nada” (‘Los ojos abiertos’)
- “Un hombre elegante nunca (nunca) falta el respeto a nadie […] Un hombre elegante llora sin esconderse, paga sus deudas, no culpa a nadie de sus conflictos y va a la guerra solo si es absolutamente necesario desatar infiernos y cavar trincheras” (‘Cosas que no se pueden comprar’)
-“Recuerdo ahora aquella pregunta en el Consultorio: “¿Y si no llega?” ¿Y si sí?” (‘Calma’)
-“Más tarde daremos un paseo por la playa, hablaremos de nuestras tonterías , quizá abra un riesling frente a algún clásico de Wilder. La vida es esto, nada más” (‘Vacío’)
-“Entrañas o nada” (‘Curarme de ti’)
-“Vendrán días buenos y vendrán días malos, pero pienso en ese dibujo de Goya del que habla Campo Baeza en su manifiesto. Fue un grabado realizado ya casi al final de su vida. Tenía ochenta y dos años. “Aún aprendo”. (‘Aún aprendo’)
-“Diez años después, vuelvo a párrafos subrayados en libros de entonces (¿me reconoceré en aquel yo que casi no veía?) con la curiosidad de quien abre un cajón con cosas de una vida pasada” (‘Entregarse’)
-“No hagas lo que yo hice. Trata de llegar a tiempo a su amor infinito” (‘Eligió vivir’)
-“Entonces escribía semanalmente en torno a gastronomías, lugares donde ser feliz, esas cosas. Curiosa paradoja, porque no importa donde estés si lo único que llevas dentro es melancolía” (‘Allí todo será mejor’)
-“Tiempo en las manos. No hace falta más" (‘Felicidad’)
-“Cosas que no se pueden comprar. La consciencia, saberte de paso, aprender en torno a los errores pero no caer nunca en el remordimiento -¿para qué?-“ ( ‘Tu lugar en el mundo’)
-“Creo que mañana replantearé mis propósitos. O quizá no. Por ahora solo tengo uno. Dejar que pasen cosas, para que entre la luz” (‘Dejar que te pasen cosas’)
-“La felicidad nunca está en otra parte” (‘Saber dónde estás’)