Cultura

Manuel Simón: "Escribir mi primera novela fue un reto que me impuse antes de convertirme en padre"

El escritor y cineasta alicantino presenta 'Cuando los focos dejan de iluminar' este jueves, 29 de mayo, en el ciclo Alicante Noir de Casa Mediterráneo

  • Manu Simón

ALICANTE. A veces, las decisiones más importantes nacen de momentos aparentemente cotidianos. Para Manuel Simón, procurador de profesión y escritor por vocación, el punto de inflexión fue el embarazo de su mujer. “Escribir mi primera novela fue un reto que me impuse antes de convertirme en padre”, recuerda el escritor y cineasta alicantino. “Pensé que si no lo escribía entonces, después no tendría tiempo”, apunta.

De esta forma, lo que comenzó como un propósito personal terminó convirtiéndose en su debut literario: Cuando los focos dejan de iluminar (Adarve, 2024). Una novela negra en la que confluyen sus dos pasiones más profundas: la literatura y el cine. Su primer proyecto literario, que presentará este jueves, 29 de mayo, a partir de las 19 horas, en el ciclo Alicante Noir en Casa Mediterráneo.

Desde niño imaginaba mundos y los volcaba en el papel. Nunca dejó de lado ese impulso creativo. Criado en un entorno donde el arte narrativo estaba presente gracias a la influencia de sus padres y su hermano, fue cultivando una sensibilidad especial por las historias que impactan. “Siempre me vino la inquietud por crear; primero fueron los guiones, luego los cortometrajes y, al final, la novela”, explica el autor. La autoeditó y pronto llegó el interés de las editoriales.

De los cortos al papel

Antes de atreverse con la narrativa larga, Manu Simón probó suerte en el terreno audiovisual. Entre 2017 y 2020, rodó cuatro cortometrajesActo, Un día más, Reflejos y La obra de tu vida—, todos ellos producidos con equipos locales en Alicante. Y, aunque confiesa estar enamorado del lenguaje cinematográfico, también admite que las exigencias de una jornada de rodaje resultan difíciles de compatibilizar con su vida familiar. “La escritura te da otra libertad; puedes trabajar por la noche, cuando las niñas están dormidas, y no necesitas coordinar equipos. Solo necesitas tiempo e inspiración”.

Fue precisamente ese deseo de contar una historia más compleja lo que le llevó a apostar por la novela. El resultado es una trama absorbente que combina el drama de los secuestros infantiles con un rodaje de cine marcado por el caos. Dos universos aparentemente inconexos que, bajo la pluma de Simón, se entrelazan con naturalidad y tensión narrativa.

Crímenes, rodajes y dobles ficciones

“La historia empezó a formarse cuando pensé en lo que más daño puede hacerle a una persona: no saber dónde está su hijo”, confiesa. Desde ese punto de partida emocional, el autor construyó una línea argumental en la que el lector se ve arrastrado por la incertidumbre, las sospechas y los giros constantes.

El cine no es solo un contexto en la novela, sino también un recurso narrativo para jugar con la percepción del lector. “Siempre quise escribir sobre un rodaje caótico y, cuando vi que podía unirlo con la trama de los secuestros, lo tuve claro; el cine me permite introducir otra capa de ficción dentro de la ficción literaria”, describe el creador.

Esa mirada cinematográfica impregna toda la novela, desde el ritmo ágil hasta la forma de construir escenas visuales. No es casual que muchos lectores le hayan confesado que imaginaban la historia como una serie o una película. Y es que, para Simón, ese comentario es un halago: “Me hace muy feliz que el lector pueda ver las escenas en su cabez, como si las estuviera viendo en una pantalla”, admite.

La escritura como maratón

Frente a la imagen romántica del escritor que se sienta cada día religiosamente a teclear, Simón ofrece una visión más orgánica y emocional del proceso. “Yo escribo cuando me siento bien, descansado, con lucidez. No creo en eso de obligarse a escribir por disciplina. Necesito estar conectado con la historia”.

Sin embargo, sí admite que fue clave establecer ciertos mecanismos de orden: una línea temporal clara —ya que la novela transcurre en diferentes momentos históricos— y una estructura detallada de los personajes y sus recorridos. “Eso me permitía no perderme; saber dónde empieza y termina la historia me ayudó mucho, sobre todo cuando te planteas cientos de opciones narrativas a mitad del camino”.

Curiosamente, reconoce que lo más difícil no fue escribir el borrador, sino pulirlo. “Me costó mucho más darle ritmo, sentido, evitar la sobreinformación y no cansar al lector. En la novela negra, el ritmo es esencial. No puedes permitir que el lector desconecte”, recuerda sobre el proceso creativo.

El juego del giro

Uno de los aspectos más destacables de su novela es la cantidad de giros narrativos que sacuden al lector. “Amo los giros literarios y me fascina que un autor me sorprenda; quiero que el lector crea que lo sabe todo… y de repente se dé cuenta de que no sabe nada”, destaca. Esa búsqueda del giro constante es parte de su ADN como narrador, heredado tanto de la literatura como del cine. “Cuando logro que alguien se sorprenda, que no pueda dejar de leer, para mí ya es un éxito”.

¿Y ahora qué?

A pesar de que esta es su primera incursión literaria, la acogida ha sido muy positiva, lo que ha despertado el interés por una posible segunda parte. Y aunque hay una semilla abierta al final del libro, Simón ha optado por otro proyecto: una nueva novela negra titulada Preso de una obsesión. “La tengo bastante avanzada. Es una historia que transcurre en una sola mañana, todo en tiempo presente. Tiene un ritmo muy frenético. Incluso yo, al escribirla, me siento con tensión. Me gusta esa sensación”. Es por eso que la secuela no está descartada, pero tendrá que esperar. “Tengo todo planteado, el principio y el final. Pero ahora mismo estoy centrado en esta nueva historia”.

El sueño de la gran pantalla

Con el componente cinematográfico tan presente en su obra, no resulta extraño que muchos lectores le pregunten si sueña con ver su novela adaptada al cine. “Sería un sueño. Me haría la persona más feliz del mundo”. Con esa mezcla de humildad y entusiasmo, Manu Simón sigue avanzando en su camino como narrador. Desde un despacho legal hasta un rodaje ficticio y una historia de crímenes, su imaginación no parece tener límites. Su historia, como sus libros, apenas comienza.

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