Libros y cómic

Reconstruir librerías afectadas por la dana: reaperturas parciales y atesorar la memoria

  • La librería Somnis de Paper, en Benetússer, tras la Dana.
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VALÈNCIA (Paula Boira/EFE). De la librería que Yolanda tenía en Catarroja solo quedó un libro, 'Retales: textos cosidos', un ejemplar que pudo rescatar de entre el barro dejado por la dana cuando arrasó su negocio hace un año y que ahora actúa como testigo de aquellos días entre las estanterías del nuevo local, inaugurado el pasado junio.

Yolanda tuvo que construir desde cero su librería Bufanúvols en un nuevo emplazamiento, ya que los daños causados en el local antiguo eran inasumibles para ella: "Había un montón de coches estrellados en el escaparate. Estaba destrozado, no quedó nada", relata en una entrevista con EFE.

Como la suya, al menos diez pequeñas librerías resultaron afectadas por la dana del 29 de octubre de 2024, todas ellas ubicadas principalmente en L'Horta Sud, según calculó en su momento el Gremi de Llibrers de Valencia.

Cuando Yolanda encontró un nuevo lugar donde levantar su negocio empezó, como ella la llama, la "segunda lucha", volver a llenar la librería de libros con nuevos problemas añadidos, como la deuda generada con los proveedores o la imposibilidad de ampliar el crédito.

"No están las cosas como yo querría, pero ya puedo decir que estoy en marcha, que he vuelto otra vez", resalta Yolanda, quien ha decidido conservar ese único libro que se salvó de los casi tres metros de agua que entraron en su librería como "homenaje" a todas las personas que le ayudaron, especialmente a los voluntarios.

En Benetússer, la librería Somnis de Paper reabrió sus puertas el 17 de mayo en la misma ubicación, pero con un local completamente renovado que durante las semanas previas al aniversario de la dana acoge presentaciones de libros y coloquios para hablar sobre aquellos días.

Hasta entonces, los libreros de este establecimiento han estado despachando libros en un puesto del mercado local gracias al Ayuntamiento de Benetússer, que les cedió una antigua carnicería y charcutería, bautizada por ellos mismos como "charcu-librería".

"Fue una alegría porque en aquellos momentos solo veíamos que habíamos perdido todo lo que teníamos. No se puedo salvar nada. Los escaparates se rompieron y entraron casi dos metros de agua", cuenta una de las dueñas de Somnis de Paper, Laia, mientras prepara sillas en su nuevo local para acoger a los clientes que esa tarde acudirán a la presentación del libro 'Memoria del Fango'.

El que todavía no ha podido reabrir por completo su librería es Javier, dueño de Librolandia, también en Benetússer.

"La librería estaba completamente arrasada, son 200 metros de local y solo hemos podido abrir unos 60", explica el librero, que hasta este junio, mientras reconstruía el espacio, mantuvo su negocio haciendo envíos a través de la página web.

No quiere ser pesimista, pero confiesa que no tiene claro si podrá abrir el local por completo de nuevo.

"Abrirlo todo otra vez es mucho dinero", lamenta Javier, quien concreta que su seguro no cubría ni una tercera parte de lo que había en el local.

Escondidas tras el mostrador y las estanterías que ocupan los escasos metros que ha podido adecentar para acoger a los clientes, todavía son visibles la marca de hasta donde llegó el agua y las huella de barro que dejaron los voluntarios que le ayudaron a limpiar el local.

Para ellos tienen palabras los tres libreros, que reconocen la importancia del trabajo que hicieron los voluntarios durante los primeros días tras el desastre.

"No tendré vida para agradecer a todo el mundo. Sin esa gente no estaría aquí", se emociona Yolanda.

Javier mantiene intacto el recuerdo de los primeros seis voluntarios que entraron en su librería, seis jóvenes que no dudaron ni un minuto en ponerse a sacar todo el material dañado a la calle.

"Una estantería llena de libros empapados no podemos levantarla ni entre tres personas", asegura el librero, quien no obstante logró vaciar su librería en apenas una mañana gracias a las decenas de manos que pasaron por Benetússer aquellas semanas, y que un año después ha logrado reabrir un pedacito de su vida gracias a todos los vecinos que siguen confiado en él para escoger su próxima lectura.

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