VALÈNCIA. La industria química podía verse hace años como un sector en el que los perfiles masculinos tenían más presencia que los femeninos. Con el paso del tiempo y la introducción de las mujeres en los campos científicos la tendencia ha ido revertiéndose y, actualmente, encontramos que en torno al 40% de los trabajadores de este sector en la Comunidad Valenciana son mujeres.
Si bien es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer, la senda es la adecuada y las profesiones químicas se abren camino entre las elecciones de cada vez más mujeres profesionales. Pero ¿y en los puestos directivos?
Una de las reivindicaciones más sonadas en materia de igualdad trata sobre la falta de mujeres en los puestos más altos de la cadena de mando de las empresas. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, reflexionamos sobre esto y sobre su experiencia profesional con tres mujeres directivas de la industria química que pertenecen a la Junta Directiva de Quimacova, la Asociación Química y Medioambiental del Sector Químico de la Comunidad Valenciana.
Ella son Amaya Fernández de Uzquiano, CEO de Irisem, Yolanda Canal, CEO de Dosmar y Susana Caballer, directora de planta de Ineos Composites España.
Preguntadas sobre el desafío que al que se han enfrentado en su carrera profesional, Amaya destaca la dificultad que supuso en su caso la transición de un liderazgo a otro dentro de una empresa familiar: “Conseguir ese cambio de manera paulatina, sin brusquedad, mantener la tradición e implementar innovaciones y hacerlo con el apoyo y el entusiasmo de todo el equipo”.
En esa línea responde Yolanda, también al frente de una empresa de origen familiar: “El primer desafío fue que mi padre me viera capaz de poder llevar algún cargo, siempre he pensado que si hubiera tenido algún hermano yo no estaría en la empresa. Pero como somos dos hermanas, no tuvo más remedio que aceptar que le sustituyésemos dos mujeres”, explica a la vez que destaca un segundo desafío al frente de la compañía: el de que el equipo no le viera como ‘hija de’. “Tanto el primero como el segundo desafío los he superado trabajando y poniendo mis ideas sobre la mesa, hasta que se dieron cuenta de que tanto mi trabajo como mis ideas no estaban mal y que daban resultado”.
Por su parte, Susana destaca que uno de los mayores retos a los que ha tenido que hacer frente en su carrera profesional ha sido la diversidad de las personas. “No se puede liderar a todas las personas del mismo modo por lo que la única manera de abordarlo es tratar de conocer bien a cada una de ellas”.
Signo de que todavía queda trabajo por hacer en materia de igualdad es que la conciliación, en el caso de las mujeres directivas, es una pregunta casi obligada. Y es que, aunque se ha avanzado en esta materia con el paso de los años, todavía queda mucho por hacer en ese sentido.
Así, la CEO de Irisem incide en que para llevar un equilibro adecuado es necesaria la organización y mucha ayuda. “La organización es básica para poder gestionar una familia y una empresa, si una de las dos ramas no está bien organizada la otra también se resiente. Y por supuesto con buenos equipos que te ayuden, tanto en casa como en el trabajo. La conciliación es como mínimo cuestión de tres, la empresa que debe poner medios facilitadores, tu pareja que tiene que ser co-responsable y por supuesto de ti misma, que tienes que esforzarte al máximo para intentar llegar a todo sin morir en el intento”.
Por su parte, la CEO de Dosmar indica que nunca se ha sentido diferente a cualquier mujer por el hecho de ser directiva. “Sí que es verdad que siempre, tanto cuando he tenido a mis hijos enfermos como cuando he estado yo enferma, he vuelto a trabajar antes de lo que hubiera sido recomendable. Pero siempre he tenido la gran suerte de que cuando salgo del trabajo éste se queda ahí, nunca me lo he llevado a casa”, destaca.
La directora de planta de Ineos Composites España afirma, por su parte, que todavía está trabajando en conseguir ese equilibrio. “Es un ejercicio de consciencia y lucha interna diaria. Es importante la organización, pero hay días, y en estos tiempos que corren cada vez más, que debes cambiar el plan cada cinco minutos y al final no llegas a todo lo que querías. La clave: tener una familia maravillosa que me apoya al 200 %”.
En cuanto a qué destacarían de su experiencia al frente de equipos, las tres directivas coinciden en que es importantísimo conocer al equipo para poder conectar con él. “En mi caso, tengo la gran suerte de contar con un equipo de personas honestas con las que es fácil conectar y motivarnos mutuamente”, destaca Susana Caballer. Algo en lo que coincide Yolanda Canal: “La clave es escuchar siempre a la persona responsable de cada área porque es imposible saber de todo, eso y contrastar con las ideas de otros”.
Amaya Fernández de Uzquiano reflexiona sobre lo clave que es ser feliz en el trabajo porque, en definitiva, pasamos más horas ahí que en nuestra propia casa: “Intento transmitir esa filosofía, la felicidad, la pasión y valoro mucho esas cualidades también a la hora de contratar gente”, incide.
Igualmente destaca que, en Irisem, existe un esfuerzo por ser una empresa flexible, por facilitar la conciliación y que la gente tenga libertad para gestionar su trabajo. “En definitiva nos esforzamos en que la gente venga feliz a trabajar y eso nos lo devuelven con creces con su implicación y responsabilidad con su trabajo”, concluye.
Preguntadas sobre si se han encontrado alguna discriminación en su carrera por el hecho de ser mujeres, cada una de las directivas cuenta con una experiencia diferente:
“Puede que me lo encontrara en los inicios de mi carrera profesional. Era joven, sin experiencia y mujer. Esto es una carrera de fondo y si logramos mantenernos en pie, al final la recompensa llega. Creo que todos, hombres y mujeres, podemos llegar a la meta, pero en nuestro caso, el coche escoba se olvidó de apartar algunas piedras. Esto que a priori parece una desventaja, al final no lo es. Nos hace mujeres todoterreno”, cuenta Susana.
En esta experiencia coincide Yolanda quien indica que “al principio no fue fácil porque se juntó ser mujer con ser la hija del dueño, por lo que llegué a escuchar comentarios desagradables. Sin embargo, con el tiempo me fui ganando la confianza y el respeto”.
Por otro lado, Amaya cuenta que no se ha topado con este tipo de conductas: “Como mucho me he encontrado con algún comentario algo anticuado al que no he hecho caso. Los tiempos han cambiado mucho a nivel laboral y creo que ya todo el mundo valora a las personas por sus méritos y su esfuerzo, no por su género. Yo desde luego así lo percibo en mi entorno. Además, el sector químico valenciano creo que está muy avanzado en ese aspecto”.
Para la directora de planta de Ineos Composites España el liderazgo “es la batuta para hacer que la orquesta suene maravillosamente. Hacer que las personas se sientan parte de algo por lo que vale la pena esforzarse”. En ese sentido, afirma que no hay muchos consejos que dar a mujeres que aspiren a liderar una empresa, “simplemente ser honesta con una misma y con los demás y no rendirse nunca”.
Por su parte, la CEO de Dosmar tiene claro que liderar es “conseguir llegar al propósito que te has propuesto, acompañada de gente que cree en él, y en eso la persona que lidera tiene mucho que ver y mucho trabajo que hacer”.
En esa línea, la CEO de Irisem indica que el único consejo que aspira a dar a quienes quieran liderar una empresa es “que vayan a por todas, que no escatimen en esfuerzo y en ponerle pasión, porque eso hará de efecto arrastre. Es importante rodearse de gente que te haga crecer, de buenos equipos y, sobre todo, de mucha organización. El mundo empresarial necesita buenas lideresas y no podemos dejar perder todo ese talento”, concluye.