"La empresa se ha mantenido en esta última propuesta que nos parece insuficiente para todos", critica el comité de empresa
VALENCIA. El Grupo Lladró tiene, a día de hoy, bastante complicado lograr que la plantilla respalde su propuesta de ERE, que será sometida a votación en las asambleas de las cuatro firmas afectadas a principios de la semana que viene. ¿La razón? el duro comunicado remitido este sábado a los trabajadores por parte del comité de empresa, texto al que ha tenido acceso Valencia Plaza.
"Este expediente ha sido el peor gestionado por la empresa de todos los que hemos sufrido", reza subrayada la frase más destacada de todo el comunicado. Ésta, sin embargo, no es la única flecha envenenada del escrito contra la empresa. "El comité ha luchado para conseguir un buen acuerdo para todos los trabajadores, pero la empresa se ha mantenido en esta última propuesta que nos parece insuficiente para todos", añade en el texto el comité.
Tras dibujar este paisaje, los sindicatos dejan la decisión en manos de los empleados. "Ahora tenéis vosotros la última palabra. El comité aceptará lo que decidáis en las votaciones", concluyen.
El escrito detalla la evolución de las negociaciones entre la empresa y el comité a lo largo de las 8 reuniones mantenidas entre ambas partes, un baile de cifras que ha desembocado en una última oferta de acuerdo: alrededor de 170 prejubilaciones con al menos el 75% del salario y 120 despidos de 24 días por año trabajado con un máximo de 385 -más las reposiciones de desempleo subvencionadas por el Estado en función de las circunstancias concretas de cada trabajador-.
Las condiciones para estas alrededor de 290 salidas no eran el principal obstáculo de la negociación entre la firma y el comité de empresa. Sí lo era, por contra, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte), una reducción anual de jornada de 60 días laborables -90 a efectos de pago- que la firma quería incluir en el acuerdo.
Pese al ERE que se está cocinando, el Grupo Lladró considera necesario aplicar reducciones de jornada a los trabajadores que se queden, todo con el fin de salvaguardar la viabilidad de la firma. Pero los sindicatos se oponían frontalmente a esta medida, y a solución planteada para acabar con el bloqueo tampoco les gusta: el Erte quedaría fuera del pacto, pero la compañía se reserva la posibilidad de aplicarlo una vez concluido el nuevo ERE, cosa que parece probable.
Así, con el obstáculo insalvable todavía por resolver, Lladró ha optado por plantarse, y ante tal tesitura el comité ha decidido trasladar la decisión final directamente a los trabajadores. Eso sí: lo ha hecho entre duras críticas al proceso, lo que hace presagiar un 'no' por parte de la plantilla.
Pese a que también podría pesar entre los trabajadores el hecho de que la compañía puede ejecutar el expediente aunque no haya acuerdo -incluso endureciéndolo si lo considera oportuno- la ausencia de pacto con los empleados tampoco beneficia a la empresa. Sin solución de consenso Lladró perdería los 1,8 millones de euros de subvención que el Ministerio de Empleo se ha comprometido a aportar.
La cantidad se ha concedido para las prejubilaciones y la reposición de los derechos de desempleo para empleados que, fruto del Erte que viene aplicando la empresa desde 2014, se enfrentan al nuevo ERE con poco paro por cobrar.
De consumarse la negativa al ERE que propone la histórica firma de la porcelana Lladró tendrá que elegir entre aplicar un expediente unilateral -y previsiblemente más duro al no contar con dinero público- u olvidar su ultimátum y redoblar esfuerzos en busca de una propuesta que sí convenza a los sindicatos.