CASTELLÓ. La declaración de impacto ambiental favorable para la macroplanta solar Magda en la provincia de Castelló ha vuelto a poner en el candelero el dilema de la energía renovable: la necesidad de avanzar en la descarbonización de la energía y el impacto que este proceso puede suponer en el territorio, el paisaje y las zonas rurales. La gran oposición levantada contra el mencionado proyecto pone sobre la mesa muchos interrogantes: ¿Es posible la descarbonización sin afección al paisaje? ¿Cuál es el modelo de renovables óptimo? ¿Cómo se pueden compensar los efectos no deseados de las instalaciones fotovoltaicas o eolicas? ¿Cuál ha de ser la relación de las empresas con el territorio en el que se implantan?
Sobre muchas de estas cuestiones se pronuncia Antoni Llorens, CEO de EnerHi, uno de los grupos con proyectos de este tipo en la provincia de Castellón. Llorens tiene claro que la descarbonización ha de pasar necesariamente por grandes plantas solares: "Harían falta cinco o seis cascos urbanos de Vila-real con placas solares para suministrar energía fotovoltaica a un solo polígono industrial". En ese insiste, señala que el consumo de las familias es muy pequeño en comparación al consumo energético global de la provincia, marcado por el tejido industrial.
Sobre las quejas, incide en que no ha encontrado aún importantes movimientos vecinales, sino de una parte del ecologismo que no es el "tradicional": "Lo que vemos en el territorio son plataformas bienintencionadas que no quieren inversiones en el territorio que cambien la forma de entenderlo como es ahora". Y aunque resalta las múltiples medidas correctoras que se están poniendo en marcha, admite que no todo el sector lo está "haciendo bien en relación con el territorio". "Tenemos que hacer mucha pedagogía que no se está haciendo", resalta en la entrevista con Castellón Plaza.
-Las plantas solares están generando una gran controversia. Hace no mucho Compromís planteaba llenar de paneles solares todos los tejados antes que grandes plantas que afectan al territorio y al paisaje. ¿Es posible?
- No. Por una sencilla razón: si la energía que consume tan solo una gran empresa cerámica la tuviéramos que producir en los tejados, nos harían falta muchos más de los que hay en este momento. Pero muchos más. Si la planta solar Magda, con una potencia de 150 MW, equivale al casco urbano de Vila-real, harían falta cinco o seis cascos urbanos de Vila-real para suministrar energía fotovoltaica a un solo polígono industrial.
Por otro lado, la energía que produces la has de conectar a la red. El problema es que se ha invertido mucho en redes de transporte y muy poco en la distribución: el sistema eléctrico se ha pensado en el consumo y no en la generación. En los lugares con gran consumo industrial se han desarollado muchas subestaciones, pero sales de ahí y tienes una red muy débil. Iberdrola sólo permite conectar en su red de distribución tan sólo unos 500-600 MW. Y si quieres conectarte a la red de transporte, Red Eléctrica te exige un mínimo de 100 ó 200 MW; si no tienes un proyecto de esas dimensiones, no puedes conectarte. El problema es que no hay dónde conectar grandes contingentes de energía para consumo industrial.
A Castellón llegan tres grandes líneas: una de Vandellós (norte), otra de Cofrentes (sur) y otra de los ciclos combinados de Aragón, y en La Plana tienes muchas subestaciones para distribuir esa energía. Pero si quieres sustituir esa energía por renovables, la red es la que hay, y no puedes generarla al lado de las subestaciones porque no hay territorio: tienes que bajarla desde el interior con líneas eléctricas. Salvo que se construyan nuevas subestaciones, como hemos pedido, que reducirá la necesidad de nuevas líneas.
- Entonces, ¿son necesarias las grandes plantas?
- Si quieres sustituir todo el consumo actual por renovables, solo puedes hacerlo con macroplantas. Otra cosa es que tu modelo sea el de decrecer a nivel económico para consumir menos energía. Porque puedes ser más eficiente en el consumo de energía, pero hasta un límite. Pero hay gente que está en contra de las renovables que hacen una trampa: para calcular las necesidades energéticas cuentan sólo el consumo domiciliario. Por ejemplo, dicen: "En Castellón consumimos 1.000 MW; si instalamos esa potencia, damos toda la cobertura". Pero es que el consumo global está en 12.000, nuestro consumo es eminentemente industrial.
Si tu vives en Albocàsser, por poner un ejemplo, lo único que te interesa es el consumo domiciliario porque no tienes industria. "¿Por qué tengo que aportar energía para una industria que yo no tengo?"
- ¿Entienden ustedes, las empresas, las quejas de vecinos y asociaciones por estas instalaciones?
- Claro. Cuando se produzcan quejas de vecinos, lo sabremos. De momento, no he visto una reivindicación de vecinos.
- ¿De ecologistas?
- Y tampoco. Nuestros estudios ambientales los hacemos con consultoras cuyos directivos son ecologistas. Son gente que viene de la militancia ecologista en organizaciones como Greenpeace, Ecologistas en Acción, etcétera, que desde hace años han dejado claro que la prioridad es el cambio climático y que la única forma de pararlo es con las energías renovables, con el impacto que tenga en el territorio y con las medidas compensatorias necesarias. Eso son los grupos ecologistas tradicionales, por llamarlos de alguna manera. Lo que vemos en el territorio son plataformas bienintencionadas que no quieren inversiones en el territorio que cambien la forma de entenderlo como es ahora. "Me da igual paralizar el proceso de descarbonización porque yo parto de la idea de que eso no va conmigo porque no es mi problema". Pero es que sí que es tu problema.
¿Nos encontramos con importantes movimientos de vecinos? No. De hecho, nos reunimos con los propietarios de los terrenos donde vamos a poner nuestros proyectos -Vilafamés, Vall d'Alba, Cabanes, Segorbe, Nules, Jérica...- y no hay oposición. Al contrario: la mayoría nos dicen que ojalá tuvieran los terrenos para implantar proyectos, y son los propietarios de los terrenos, que son igual de vecinos que los que rechazan los proyectos porque dicen que los terrenos tienen un gran valor agrológico. Si tienen tanto valor agrológico, la Generalitat debería actualizar los mapas. No casa muy bien que seamos una Comunitat con muchos terrenos de valor agrológico y también la que más regresión ha sufrido por abandono de cultivos. Todos los años crecemos en zona forestal, pero no por reforestación, sino por abandono cultivos.
- Ha hablado de medidas compensatorias. ¿Cuáles?
- Una primera, ligada al uso agrológico del suelo. Entre las medidas compensatorias de tipo ambiental se incluye la obligación de hacer recuperación de cultivos, que hay mucha. Nosotros estamos dispuestos a recuperar dos hectáreas de cultivo por cada una que ocupemos porque por desgracia, en casi todos los pueblos donde nos implantamos, hay más territorio no cultivado que cultivado. Pero además de hacer esa recuperación, puedes hacerla con cultivos que favorezcan la pervivencia de la fauna en ese territorio. Por ejemplo, en las medidas compensatorias de la famosa Magda, se dice que hay que poner en cultivo una superficie de 1,5 veces la que ocupan los paneles, y que los cultivos mejoren el hábitat de varias especies.
También en los proyectos de energía eólica. Sólo en el municipio de Tarifa hay más de 1.000 megavatios instalados, un municipio que tiene tres parques naturales y que probablemente facture más que Castellón. Allí la población de buitre, de águila real y de águila imperial ha ido creciendo desde que están los parques eólicos porque han invertido en comedores, en protección contra incendios, en vigilancia ambiental, han reducido el impacto de caza furtiva, etcétera.
- ¿Y medidas de carácter social?
- Una de las cosas que hacemos y que no entendemos por qué no se obliga por ley es que el domicilio social de la empresa que vaya a explotar esa planta esté en ese lugar. Nosotros hacemos una sociedad vehículo para cada proyecto y la domiciliamos en ese lugar. La mayoría de proyectos que se hacen en España se hacen mediante project finance y con sociedades vehículo. Y lo normal es que esa empresa tribute en el lugar donde haga el proyecto.
Otra forma es ayudar socialmente a los municipios con algún tipo de compensación a través de un canon fijado en un convenio. Cosa que, por ejemplo, nosotros hemos hecho en Segorbe. Es decir, si voy a pagar el suelo a un precio y tengo margen, ¿por qué no dejar ese margen a un ayuntamiento? Otra manera es preguntar qué inversiones hay en el territorio en las que nosotros podemos colaborar de algún modo. Nos es más fácil cuando estas inversiones están vinculadas al sector energético, claro. Por ejemplo, algunos municipios nos proponen realizar el trabajo de constituir una comunidad energética o realizar un proyecto de autoconsumo en sus instalaciones. Toda la parte de la ingeniería la hacemos gratis. Si finalmente hay que hacer la inversión, estamos dispuestos a hacerla.
- Parece que son importantes las formas de una empresa que pretende desarrollar un proyecto fotovoltaico con la gente que allí vive. No es lo mismo que llegue una multinacional y ponga en marcha una planta solar sin diálogo...
- Al final los grandes fondos de inversión en Europa, en los Estados Unidos, en los Emiratos y en Asia. Evidentemente, las empresas cuanto más cerca estén de la realidad en la que van a trabajar, mejor. Pero no nos engañemos, en algún momento el dinero va a venir de alguno de esos lugares. ¿Las empresas de renovables tienen que ser 100% autóctonas? En las formas, sí. Nosotros lo somos. Pero también entiendo que haya inversores de fuera que entren en proyectos, y también tienen la obligación de hacer las cosas bien. Puedes hacer las cosas bien siendo tu capital de Borriol, de Abu Dhabi o de Noruega.
- Quiere decir que más que de dónde viene el dinero, importa cómo es la relación con el territorio.
- Claro. ¿Y todo el mundo lo estamos haciendo bien en la relación con el territorio? Evidentemente no. Porque si lo hiciéramos bien, no habría oposición. O sería de otra manera. Tenemos que hacer mucha pedagogía que no se está haciendo.
- ¿En qué sentido?
- Por ejemplo, cuando alguien te dice que las líneas de más de 30 kilómetros no se deberían permitir... Si tomamos esa decisión, en Castelló no podemos tener suministro de energía. Porque, ¿qué me están diciendo, que si la energía viene de una nuclear, puede venir de 200 kilómetros, y si es de una fotovoltaica, sólo de 30? Por eso nosotros seguimos diciendo que hacen falta dos subestaciones eléctricas en el interior de la provincia.
- ¿Cómo solucionarían el problema esas dos subestaciones?
- Solucionarían unos 70 kilómetros de líneas de alta tensión y la reconversión en líneas de media tensión a tensión de distribución.