Los 10 mandamientos de Jorge Rodríguez en la Diputación de Valencia

VALENCIA. Uno de los valores al alza del PSPV-PSOE es el alcalde de Ontinyent y presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez. A sus 36 años, encabeza una hornada de jóvenes referentes locales de la formación socialista que representan el presente y futuro del partido en la Comunitat.

Así, aunque no son pocos los que señalan a Rodríguez como el posible aglutinador para un relevo generacional en Blanquerías, el presidente de la Diputación ha mostrado en estos primeros ochos meses de mandato que su prioridad se sitúa en la gestión de la corporación provincial.

En este sentido, el responsable de la Diputación ha combinado algún movimiento para poner en relieve su propia personalidad política (el relevo en Imelsa fue un ejemplo) con el diálogo permanente con Presidencia de la Generalitat. De hecho, sin ir más lejos, el miércoles pasado Rodríguez cruzaba al Palau para comer con el jefe del Consell, Ximo Puig.

Ese misma vía de comunicación permanente con su jefe de filas es la que Rodríguez también está aplicando en la corporación provincial dado que gobierna de forma conjunta con Compromís, València en Comú y Esquerra Unida.  

Según fuentes de su entorno, el objetivo "cumplido" del presidente de la Diputación en estos primeros meses ha sido "cambiar el rumbo de una institución lastrada por el clientelismo sobre los ejes de la eficacia, la transparencia y la igualdad".

Así, en un contexto político marcado por el debate sobre la desaparición de las diputaciones, algo a lo que se muestra favorable Ximo Puig, desde el entorno de Rodríguez subrayan que éste tiene la intención de "hacer útil" la corporación, cuyo fin primero y último es "garantizar los servicios básicos y mejorar la calidad de vida en los municipios de menos de 20.000 habitantes, un 88% de la provincia".

En estos primeros ocho meses, el decálogo del cambio que ha empezado a plasmarse desde la corporación provincial de Valencia puede desglosarse de la siguiente manera:

1- Transparencia. Rodríguez prometió en su discurso de investidura que haría un streptease integral a las cuentas y las formas de actuar de la Diputación. Las auditorías, incluida una auditoría forense en Imelsa, han marcado los primeros meses de gobierno, así como la colaboración con los agentes y la justicia. En esa línea de transparencia, apuntan fuentes de la Diputación, también se encuadra el trabajo del diputado de València en Comú, Berto Jaramillo, que ha permitido hacer pública toda la información sobre los diputados, incluido el presidente.

2- Igualdad. Uno de los axiomas sobre los que trabaja el gobierno de Rodríguez, así lo manifiestan desde su entorno, es que todos los municipios deben tener "las mismas oportunidades sea cual sea su color político, anteponiendo los criterios objetivos en el reparto de las ayudas de la Diputación a los municipios de la provincia". En paralelo, las políticas de igualdad que parten del área de Bienestar, dirigida por Mercedes Berenguer, con Isabel García como diputada de Juventud, Igualdad y Deportes, se han convertido en uno de los ejes de gobierno, apuntan las citadas fuentes.

3- Autonomía. Es un hecho que los alcaldes son los que mejor conocen las necesidades de sus pueblos, por lo que Jorge Rodríguez, a su vez alcalde de Ontinyent, apuesta por acabar con los planes "teledirigidos" de la anterior etapa y dejar que cada municipio invierta las subvenciones en lo que realmente es necesario o reclaman sus vecinos. En esta línea, se ha puesto en marcha el Plan de Inversiones Financieramente
Sostenibles (PIFS) que, con 70 millones invertidos en obras en todos los municipios de la provincia, está considerado "el más ambicioso de la historia de la Diputación de Valencia". Estas obras, la primera gran decisión de Rodríguez a su llegada, se adjudicaron en tiempo récord para "evitar que el remanente de 2014 fuera a parar a los bancos y lograr así que existiera una incidencia directa en la calidad de vida de los ciudadanos". según explican desde la presidencia. Desde la Diputación aseguran además que las obras están en marcha y se acabarán a lo largo de este año.

4- Eficacia. La intención del nuevo ejecutivo es reducir a la "mínima expresión" los planes provinciales y convenios singulares de la era Rus para crear un gran Plan Provincial de Obras y Servicios (PPOS) mucho mejor dotado económicamente a través del cual los municipios inviertan su parte en lo que estimen oportuno. De esta forma, aseguran, "se elimina burocracia y se evita a los ayuntamientos las esperas para recibir partidas menores".

5- Sensibilización. Otra de las premisas del nuevo gobierno es dar un giro social a muchas de las acciones que lo permiten. En estos primeros meses de legislatura ya se han producido iniciativas que pretenden ir más allá del gesto político. Por ejemplo, la campaña que ha convertido a las comisiones falleras en embajadoras contra la violencia de género o el papel de la mujer en programas como el Sona la Dipu y el circuito de Carreras Populares, donde las mujeres tendrán espacios propios.

6- Solidaridad. El objetivo a corto plazo es llegar más y mejor a los municipios más pequeños, a los que realmente necesitan a las diputaciones para sobrevivir. Los criterios objetivos en las ayudas "contemplarán igualmente la necesaria solidaridad de los municipios más habitados con estas poblaciones de menos de 5.000 habitantes".

7- Utilidad. Este es uno de los mensajes que viene reiterando Rodríguez respecto a su posición sobre el presente y el futuro de las diputaciones. Duren el tiempo que duren, señalan desde su entorno, hay que hacerlas "útiles y huir del clientelismo". Respecto al debate sobre la desaparición de estas instituciones, fuentes próximas a Rodríguez señalan que "no podrán cerrarse las diputaciones mientras no haya otro organismo que asuma sus funciones" y apelan a una frase que ha reiterado el presidente de la Diputación: “El nombre no hace la cosa; lo importante es garantizar el servicio”.

8- Colaboración. En la línea de evitar duplicidades, el nuevo equipo de gobierno ha mostrado su compromiso de colaborar con proyectos "razonables" y con un fondo social en los que la Generalitat u otras instituciones pudieran reclamar ayuda. Ha sido el caso del programa Xarxa Llibres, en el que la Diputación ha depositado más de 16 millones de euros para garantizar que la ayuda para los libros de texto llegaba a todos los municipios de la provincia; o más recientemente de la Primavera Educativa, donde se ayudará a cubrir los costes de participar en el evento a los ayuntamientos y centros escolares de las comarcas que lo solicitaron.

9- Imagen. La hoja de ruta de los socios de gobierno pasa por "borrar del imaginario popular el clientelismo asociado a la Diputación en los últimos años". Para ello, además de colaborar abiertamente con la justicia, se ha cambiado "la forma de gestionar, apostando por la objetividad y la igualdad" y, según recalcan desde el gobierno provincial, se ha ido "disolviendo esa pátina de institución obsoleta" que abarca desde la imagen (el lema del logo ha cambiado: ‘colze a colze amb els ajuntaments’) hasta el fondo social de las campañas. Por ejemplo, en Fallas, en lugar de nombrar fallero de honor al presidente se ha dado a las comisiones un banderín contra la violencia de género que debían lucir en sus monumentos y casales para recibir la ayuda. Y, por otro lado, el reseteo de las áreas o empresas dependientes que, como Imelsa, se están transformando para que cumplan con su objeto social -con cambio de nombre e imagen incluido-, algo que no había sucedido hasta la fecha. 

10- Innovación. A la búsqueda de una mayor agilidad en la gestión y la minimización de la burocracia está en desarrollo una guía de ayuntamientos en aplicación móvil y un catálogo de servicios en formato digital con toda la cobertura que la Diputación ofrece a los ayuntamientos y los ciudadanos. A esto hay que sumar el programa Smart city en distintos municipios de la provincia y la web Inclusite, que permite navegar por Dival a personas con discapacidad auditiva, visual o motriz.