MADRID(EP). Los bonistas de Abengoa serán los encargados de inyectar la segunda asistencia financiera de liquidez para la continuidad de las actividades de la empresa, que aspira en paralelo a lograr una reducción de deuda, como parte de su plan de viabilidad, del 60%, indicaron a Europa Press en fuentes cercanas a las negociaciones.
Las fuentes explican que esta segunda inyección, que se suma a la que realizaron los bancos acreedores a finales de diciembre, tendrá un importe de entre 60 y 100 millones de euros. Hasta finales de marzo, que es el periodo fijado para el preconcurso, las necesidades de la empresa rondan los 200 millones.
En lo referido al plan de viabilidad, los asesores de las partes empezarán a reunirse a partir de hoy con el objeto de consensuar una solución para los próximos meses. Será en ese momento en el que los bancos deberán definir si aceptan la opción de una reducción de deuda de esta envergadura, que se materializará a través del canje de sus créditos por acciones de la empresa.
El plan de viabilidad será una hoja de ruta para garantizar el futuro de la empresa y pasará previsiblemente no solo por esta reestructuración financiera mediante una posible capitalización de la deuda por parte de la banca acreedora, sino también por acelerar su plan de desinversiones y mantener su 'core business'.
La capitalización de la deuda por parte del conocido como 'G-7', grupo de bancos integrados por Santander, Caixa, Popular, Sabadell, Bankia, HSBC y Credit Agricole, haría que los acreedores y bonistas de Abengoa terminen haciéndose con el control accionarial de la firma.
En concreto, esta capitalización de la deuda, además del canje de bonos por acciones, implicaría que entidades financieras y bonistas se harían con aproximadamente el 75% del accionariado del grupo, lo que diluiría al 25% la participación de los actuales accionistas, entre ellos la familia Benjumea y los restantes fundadores, agrupados en la sociedad Inversión Corporativa, que verían reducida su participación a cerca del 8%.
El plan de viabilidad, elaborado con el respaldo de la firma de asesoramiento Alvarez & Marsal y que se prevé que sea aprobado por el consejo del grupo para finales de enero, también deberá llevar implícito acelerar los planes de desinversión de activos por parte de la compañía, acuciada tanto por las necesidades de reducir su deuda como de liquidez para mantener su actividad.
El grupo de ingeniería y energías renovables, que se acogió al preconcurso de acreedores el pasado 25 de noviembre, ya recibió el pasado 24 de diciembre un préstamo de la banca acreedora por 106 millones de euros para atender a sus necesidades inmediatas, aunque a cambio de avalarlo con un 17,3% de su participada Abengoa Yield, recientemente rebautizada como Atlantica Yield.
Sin embargo, las necesidades de liquidez de Abengoa ascienden a unos 100 millones de euros mensuales, por lo que sobre la mesa en las negociaciones con la banca acreedora, reanudadas tras el parón navideño, vuelve a estar cómo afrontarlas.
Esta nueva liquidez para hacer frente al día a día de la compañía pasa así por la venta de algún activo por parte de Abengoa o la concesión de un nuevo crédito por parte de la banca acreedora, aunque en esta ocasión, a poder ser, con el respaldo de bonistas u otras entidades diferentes al 'G-7', indicaron en fuentes financieras a Europa Press.