VALÈNCIA (EP). Las "deficiencias" que se habían denunciado en el Registro Civil de Valencia en relación al elevado número de casos de fallecidos con sospechas de la covid-19 sin confirmación se han reducido en las últimas semanas y la mayoría de muertes que llegan son con diagnóstico exacto.
Así lo ha puesto de manifiesto en declaraciones a Europa Press el magistrado del Registro Civil de Valencia, José María Tomás y Tío, al ser preguntado por si ya se había controlado la diferencia de cifras que había entre los fallecidos confirmados por Covid-19 y los que estaban bajo sospecha.
Los trabajadores del Registro Civil detectaron con el inicio de la pandemia que existían numerosos casos de fallecidos con sospechas de coronavirus, pero sin confirmar, lo que generaba un problema al poderse vulnerar la protección y las garantías de las personas, advirtió en su momento Tomás y Tío.
Transcurridas varias semanas, el magistrado ha señalado que las "deficiencias" detectadas se han reducido "mucho": "Ahora la situación es diferente. Los hospitales no están tan saturados, hay más pruebas y analíticas para determinar la causa de la muerte. Y si es por Covid-19, así se indica", ha dicho.
De esta forma, al Registro Civil de Valencia llegan menos casos con sospechas de coronavirus puesto que los informes están "más completos" y existe un diagnóstico adecuado, ha puesto de manifiesto. "El problema está prácticamente resuelto", ha subrayado.
Si no existe un diagnóstico exacto de la muerte, la familia del fallecido no puede hacer correctamente el tránsito del duelo y, además, en el caso de que quiera efectuar algún tipo de reclamación o exigir alguna responsabilidad, no puede hacerlo.
Sobre este último aspecto, Tomás y Tío ponía el ejemplo de las personas que tienen contratado un seguro de vida con determinadas condiciones y exclusiones relativas a pandemias o supuestos de fuerza de mayor. Porque si no está determinada la causa de la muerte, "¿hay derecho a reclamar?", se preguntaba. Esto podía generar un número "importante" de reclamaciones.
Además, el magistrado alertaba de que si no estaba claro lo que producía la muerte, las cifras con las estadísticas oficiales no eran reales. Y tampoco se podía obtener un mapa epidemiológico sobre la enfermedad y su evolución.