Los cines de València, en la UCI

VALÈNCIA. "Vuelve la magia del cine", "#YoVoyAlCine"... El regreso de las salas de cine, como la mayoría de cosas en este mundo, quedó intensa y algo romantizada de más. Las expectativas, tras los mensajes de ánimo y el optimismo natural del desconfinamiento han jugado una mala pasada, y prueba de ello son los datos de taquilla: en 2019, el fin de semana del 28 al 30 junio, el Ministerio ofreció unos datos de recaudación que alcanzaban los 5.491.343 euros; este 2020, de 26 al 28 junio, la cifra se quedó en 284.100 euros; es decir, más 19 veces menos. En el último fin de semana, se declararon ingresos por valor de 514.682 euros frente a los 8.161.962 del año pasado, casi 16 veces menos y con la gran mayoría de cines ya abiertos.

La desmovilización del público ha llegado a cuotas que dejan una sensación común: preocupación, aunque las exhibidoras de València confían en que la llegada de los blockbusters sea el cebo definitivo para volver a llenar las butacas. Hasta entonces, cada sala decide cómo afrontar este bache, que se tiene que resolver deprisa y corriendo en el peor momento de la temporada. Así lo explica Antonio Such, presidente de Asociación Valenciana de Empresarios de Cine (AVECINE) y gerente de los Babel: "Se han juntado todos los factores para hacer muy complicada la situación. Julio y agosto siempre son los meses con la cartelera más floja y con la menor recaudación", explica. Los Babel, que tenían previsto abrir el 1 de julio, han decidido mantenerse cerrados "mínimo hasta agosto y como mucho en septiembre": "sabíamos que al abrir, lo haríamos con pérdidas, pero no con tan estrepitosas como las que se han visto otros cines. Esperaremos como tarde hasta septiembre porque seguimos pagando un alquiler y teniendo unos gastos fijos", concluye.

En los Cines Lys, esta semana han estrenado un nuevo "horario de verano" que en la práctica significa cerrar los lunes, martes y jueves, y abrir únicamente el día del espectador (miércoles) y el fin de semana. La Filmoteca, que abrió dos fines de semana, tampoco alcanzó ni siquiera un cuatro de la capacidad de la sala. ¿Es que la gente no quiere volver al cine? "Aún hay una falsa sensación de inseguridad de estar bajo techo, ocurre también en los restaurantes. La realidad es que los aires acondicionados de la mayoría de salas permite que la renovación del aire desde el exterior sea rápida, pero el bombardeo de información y la precaución se está cebando especialmente con el ocio en espacios cerrados. La Filmoteca, por ejemplo, cosechó taquillas muy pobres en este final de curso, espera recuperar pulso en la Filmoteca d'Estiu que se celebrará, como todos los años, en los Jardines del Palau, al aire libre.

Mirando de reojo a Estados Unidos

"Para hacer pan, se necesita harina, y para nosotros, esa harina es el cine comercial norteamericano". Son palabras de Vicente Ribero, responsable de los ABC Park. Y es que por mucha seguridad y ganas que haya, la vuelta del público a los cines también depende de la cartelera. Y esta también está fallando. La realidad es que los estrenos de estas semanas han sido, principalmente, pequeñas producciones extranjeras que se quedaron colgadas por la pandemia, comedias españolas sin mucho tirón en taquilla (a la vista de los datos) y reestrenos de algunos clásicos, desde Matrix hasta Dersu Uzala.

Los cines cruzan los dedos porque la pandemia no tenga una penetración suficiente para retrasar más los esperados blockbusters de este verano. El primero será Padre no hay más que uno 2, la secuela de la comedia de Santiago Segura, que llegará a las pantallas el próximo 7 de agosto. La primera entrega recaudó en su día más de 14 millones de euros, haciendo su primer fin de semana 1,48 millones de euros, tres veces más que el total de la taquilla del pasado fin de semana.

El 14 de agosto sería el turno de Tenet, el nuevo film de Christopher Nolan, que ya ha retrasado su estreno y del que más temen. La evolución de la pandemia en Estados Unidos es imprevisible y hay algunos estados federales que prohíben abrir a los cines. "Como ahora, los estrenos son mundiales, lo que ocurra en Estados Unidos afecta a España", comenta Riberto. Lo mismo ocurre con Mulan, prevista para el 19 de agosto, y cuyo retraso sería un auténtico jarro de agua fría para los exhibidores.

Los cines han salido del cierre total pero aún permanecen en la UCI. Su oxigeno pende de los buenos datos que puedan cosechar tres películas este verano. Todas las fuentes consultadas coinciden en poner el acento en la preocupación de un sector que, en condiciones normales, "funciona": "2019 fue un buen año y de recaudación. Ahora todo lo ahorrado se destinará a las pérdidas de 2020", dice uno; "Necesitamos que el Gobierno nos de un empujón en este bache, porque siempre hemos sido empresas que han funcionado, y en cuanto recuperemos la normalidad, no lo necesitaremos. Solo tenemos que sobrevivir a esto", dice otro.