VALENCIA. Las cajas rurales españolas en general y las valencianas en particular siguen aumentando sus volúmenes de depósitos, tal y como lo recoge el último informe trimestral del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) correspondiente al tercer trimestre del pasado ejercicio.
Confianza, proximidad, apertura de nuevas oficinas, desencanto con otras entidades y la salida de depósitos de los bancos hacia los fondos -en busca de conseguir mayor rentabilidad- están detrás de la pujanza de los depósitos de las cajas rurales, según lo ha pulsado este diario entre diversas fuentes del sector.
A 30 de septiembre pasado, la treintena de cooperativas ubicadas en algún punto de Valencia, Castellón y Alicante -tanto las integradas en Cajamar como las que siguen 'solteras'- elevaron conjuntamente un 2,85% sus depósitos en lo fue el octavo trimestre consecutivo de ascenso, cuyo punto de partida se inició en el último trimestre de 2013, según la serie histórica del IVF. Todo ello mientras el total del sistema bancario autonómico redujo sus depósitos a un ritmo del 4,31% y ya son casi dos años a la baja.
Fuentes de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc) advirtieron ayer a este diario que la cuota de crédito de depósitos ha pasado del 6,1% de 2008 hasta el 7,6% del cierre del tercer trimestre de 2015. "Una cifra no conocida desde que existen datos históricos", apuntan, mientras advierten que "en más de la mitad de las provincias españolas superan ya el 10%", Y no les falta razón porque en la Comunitat Valenciana el dato se eleva hasta el 14,31%.
Las cooperativas de crédito se han quedado como el único referente financiero en algunas regiones de nuestro país donde solo las asociadas a la Unacc cuentan con casi 3.400 oficinas repartidas por toda España, de las cuales el 64% está en municipios de menos de 25.000 habitantes y en algunos de ellos somos la única entidad de crédito. "Se ha producido un aumento de confianza en este sector que ha permitido que el ahorrador confíe en el sector para depositar sus ahorros", apuntan desde la patronal del sector cooperativista.
Desde Caixa Popular, Mª Carmen Soler, directora del departamento Financiero, señala que el incremento de los depósitos viene motivado en esta cooperativa valenciana "principalmente por el incremento de nuevos clientes, que buscan una forma de hacer banca diferente, social, cercana con las personas y el entorno".
Asimismo, Soler también apunta a que "mientras el resto del sector bancario sigue cerrando oficinas, nosotros continuamos abriendo". Además, y como dato a tener en cuenta como bien apunta, "la Comunitat Valenciana ha sido una de las mayores perjudicadas a nivel nacional por el cierre de oficinas provocado por los procesos de fusión entre entidades".
Todo ello sin haber necesitado "ninguna ayuda estatal a diferencia de lo que pasado con los bancos y las cajas de ahorros y esto los clientes lo valoran"; mientras señala que el sector cooperativista "no ha entrado en ninguna guerra de pasivo y el crecimiento no se ha debido a un sobrecoste de los depósitos, sino a una buena gestión que ha provocado el incremento de clientes y negocio".
Desde otra entidad, que prefiere mantener el anonimato, subraya el hecho de que ante los bajos tipos de intereses "muchos clientes de los bancos y cajas de bancos han optado por trasvasar sus inversiones desde depósitos a fondos de inversión en busca de obtener mayores rentabilidades de sus ahorros". Así lo vienen recogiendo los datos de Inverco, salvo el frenazo del pasado mes de enero, donde los fondos de inversión van a más, tanto en partícipes como en patrimonio.
"Hay que tener en cuenta que el perfil medio de un depositante de una cooperativa de crédito suele ser más tradicional que el de la banca y a la vista de los vaivenes de los mercados en los últimos tiempos se hayan decantado por los depósitos o cuentas a la vistas, aún sabiendo que no van a ganar mucho pero tampoco van a perder", añaden.
Finalmente, y según los datos ofrecidos por el último informe trimestral del IVF correspondiente al tercer trimestre del año, continúa el proceso de proceso de desapalancamiento en el sistema bancario autonómico (formado por Bankia -no hay que olvidar que está domiciliada en Valencia-, Caixa Ontinyent y cooperativas de crédito) aunque cada vez con menos intensidad y muy por debajo del ritmo español.
Así, en los nueve primeros meses del pasado año se cerraron 51 oficinas en la Comunitat Valenciana -solo 12 en el tercer trimestre- frente a las 641 sucursales que bajaron la persiana en toda España. A 30 de septiembre pasado habían 3.124 oficinas bancarias en algún punto de Valencia, Alicante y Castellón frente a las 31.176 repartidas por el territorio nacional.