VALÈNCIA. Cuando uno toma distraído un ejemplar de Kokoro y lo abre, pongamos, por la página 134, casi podría pensar que las palabras han aparecido allí agrupadas en párrafos por generación espontánea. Obviamente, la realidad es mucho más compleja: para que un libro como el de Natsume Sōseki pase de ser una vaga idea en la mente del autor a un producto que ronda por los circuitos internacionales, es necesario poner en marcha todos los mecanismos de la potentísima industrial editorial contemporánea. Uno de los encuentros en los que esa maquinaria muestra todo su poderío es la Feria del Libro de Frankfurt que, con más de 7.000 expositores y un centenar de países participantes, es considerada la emperatriz del sector en materia comercial, la meca de la compraventa de derechos de autor. La edición de 2018 arranca este 10 de octubre y se prolongará hasta el día 14.
Agendas frenéticas, reuniones solapadas, contratos, negociaciones con cifras que incluyen varios ceros, compraventa de derechos… estrés. También la posibilidad de descubrir las grandes tendencias del sector que imperan en Francia, Argentina o Japón. Ver y ser visto. Dejen a un lado la visión bohemia y romántica del universo literario, aquí se viene a hacer negocio, a seguir engrasando la maquinaria para que los volúmenes recién salidos de las imprentas puedan cumplir fielmente con sus citas en las librerías de todo el mundo.
Este año, las editoriales valencianas contarán con un stand propio - el 5.1 B60- gracias a una iniciativa impulsada por la Associació d'Editors del País Valencià y la Generalitat. En él, estarán presentes firmas de temáticas muy diversas pero que comparten coordenadas geográficas de acento mediterráneo. En concreto, las participantes (la mayoría, novatas por estos lares) son: ACEN, Andana -La Caja Books, Balandra, Bromera, Desfiladero, Fuera de Ruta, Hades, Institució Alfons El Magnànim, Kaikron y Tundra. Con el telón de Frankfurt a punto de alzarse, desde Cultur Plaza hemos hablado con algunas de ellas para conocer sus expectativas en Alemania tras meses de preparación, qué libros portan en su equipaje para mostrarlos al mundo y el papel que juegan estas grandes iniciativas comerciales a la hora de mantener a flote la industria de la palabra escrita.
"Para nosotros, después de estar en Líber, será la primera vez que asistimos a una feria internacional y supongo que será una experiencia única. Seremos una hormiga diminuta dentro del hormiguero gigante que es la Feria de Frankfurt, que no es sino la trastienda del libro que nos regalan por Navidad. Y las hormigas han de trabajar antes del invierno para seguir adelante", afirma Paco Cerdà, director editorial de La Caja Books. En Tundra están especializados en libros sobre “la naturaleza, el medioambiente y la divulgación científica”, por lo que, según comenta su responsable, Joaquín Mollar, una de sus metas en esta primera incursión alemana es conocer a otras compañías que desempeñen una labor similar en otros territorios.
Desde Desfiladero, destacan la importancia del contacto físico, de superar el anonimato y la frialdad que a menudo acarrean las comunicaciones 2.0: “Por mucho que el email ayude, para cerrar acuerdos no hay nada como sentarse media hora, verse la cara y poder hablar en persona de los asuntos profesionales”. En el mismo sentido, Cerdà señala como objetivo fundamental reunirse con otros editores “y así conocer, de primera mano, las novedades y las tendencias literarias que nos puedan interesar de cara a una posible compra de derechos". No en vano, ya tiene cerradas citas con las francesas Gallimard, Actes du Sud o Éditions Robert Laffont, así como con la británica Simon&Schuster. “Muchas editoriales necesitan ponerte cara para confiar en tu proyecto. Además, asistir a estas citas es una forma de demostrar que tienes interés por sacar adelante tu iniciativa. Es esencial establecer relaciones comerciales con los agentes literarios porque, cuando cuenten en su catálogo con algo que se ajuste a tus necesidades pueden llamarte y ofrecértelo”, señala África Ramírez, de Balandra. No solamente basta con ser, también hay que estar.
Al frente de la editorial Hades, José Luis Victoria asegura encarar la experiencia “Con mucha ilusión y bastante respeto por las dimensiones de la Feria”. “Nuestro objetivo es llevar nuestras novelas un poquito más allá, a Latinoamérica y al Sur de Estados Unidos. Europa lo veo más difícil por el tema del idioma y las traducciones, pero, en cualquier caso, siempre hay mucho mercado”. En este sentido, se impone el sacrosanto y todopoderoso networking: “Es una forma de conseguir contactos que si no fuese por la Feria serían casi imposibles de adquirir, porque es muy complicado llegar a esa persona concreta que te interesa y no acabar en la carpeta de spam. Allí podemos enseñar nuestro catálogo e intentar que surjan las oportunidades”.
Para Ramírez, contar con un stand institucional permite dar “una imagen colectiva del territorio valenciano como espacio de edición y publicación”. Definitivamente, aquí la unión hace la fuerza: “Una editorial pequeña como la nuestra ni se podría plantear ir a Frankfurt de forma individual”, explica en ACEN. La clave de esta cita, en opinión de África Ramírez está en la potencial internacionalización “que no solamente es comprar y vender, sino también saber qué están haciendo los demás. Allí se aprende mucho, se descubre por dónde van las líneas de las grandes empresas. Por ejemplo, de repente se anuncia que Mondadori ha adquirido los derechos en seis lenguas para la obra de un autor determinado”. Su misión en Alemania la resume en una frase concisa y directa: “vamos a trabajar, a trabajar mucho”. En el Magnànim ya acudieron a la Frankfurt hace años, pero llevaban varias ediciones sin dejarse caer por allí. Su meta es similar a la de Ramírez: “darnos a conocer y aprovechar la ocasión para ver si hay editores europeos interesados en traducir algunos de nuestros ensayos”. En su caso, no se plantean comprar derechos a otras empresas. Destacan, por otra parte, "la buena salud" de la edición valenciana. "Por ejemplo, nos pareció una maravillosa noticia el reciente premio del Ministerio de Cultura a Media Vaca por su labor. Intentamos mantener el nivel, que está bastante alto”, apunta Ana Sebastià, responsable de Difusión de la entidad.
Como apunta Jorge Cabezas, Fuera de Ruta había acudido anteriormente a Frankfurt pero sin estar integrados en ningún un expositor. En 2018, por fin, se estrenan. Para él, la ayuda pública ha sido una pieza fundamental pues “participar en este stand nos supondrá unos 150 euros”, mientras que el alquiler de un pequeño expositor individual en una feria de las dimensiones de la alemana rebasa con holgura los mil euros. “Viajar a Frankfurt nos aporta visibilidad y también nos permite ver hacia dónde va el sector del libro, cuáles van a ser las modas imperantes en los próximos años en la literatura”, destaca. Fuera de Ruta está centrada en escritos de temática social y es también ese nicho el que pretende explorar en sus homólogas internacionales, “ya sean de Marruecos o de Canadá”.
Los cómics y el cine son las piedras angulares de Desfiladero, editorial que acude “con una agenda de intercambios ya establecida, por ejemplo, tenemos pactada una entrevista con una pequeña editorial escocesa”. En Frankfurt ejercen de novatos, pero están abonados a ferias como la de Angoulême, el santuario francés de las viñetas. Según cuentan, aprovecharán su paso por este evento para presentar la versión en alemán de Esperaré siempre tu regreso, un volumen confeccionado por Jordi Peidro, en el que se abordan las vivencias de los españoles republicanos que fueron deportados al campo de concentración de Mauthausen. “Muchos lectores descubrieron la revolución de Jomeini a través de Persépolis, ahora los germanos podrán conocer el punto de vista español sobre la Segunda Guerra Mundial desde una obra como esta”, apuntan desde Desfiladero para quienes se trata de una muestra de “la potencia actual del cómic y, en especial, del cómic valenciano. La novela gráfica tiene ya un espacio ganado en las librerías”.
A Frankfurt se acude para cazar nuevas firmas, pero también para vender las propias. Por eso, los participantes encuentran primordial realizar una minuciosa selección de los títulos que van a viajar junto a ellos hasta Alemania. El saber no ocupa lugar, pero los libros en las estanterías sí.
“Normalmente se suele llevar una sinopsis y los primeros capítulos de cada libro traducidos al inglés para que los profesionales internacionales puedan hacerse una idea sobre el volumen en cuestión”, aclara Cabezas. “Hemos hecho una selección de 20 títulos, el tope que nos dejaban llevar por la capacidad del stand. Ahí hemos incluido las novedades de esta temporada y lo que yo he creído que puede funcionar dentro del ámbito de la novela: thriller y novela costumbrista”, apunta José Luis Victoria. Ofelia Descalza y Crisálida son dos de los volúmenes por los que apuestan fuerte. Viaje a las rapaces es uno de los títulos elegidos por Tundra, que se ha decantado por aquellas publicaciones “con mayor proyección internacional”. En ese caso, se trata de un volumen que describe a dichos animales “a escala mundial”. Lo que viene siendo un libro de altos vuelos, vaya.“Es un escrito aplicable a cualquier sitio, ilustrado y no muy técnico, pensamos que para el gran público extranjero puede ser muy interesante”.
En la misma línea, Cerdà explica que también van a la ciudad alemana "con la intención de difundir y enseñar el formato novedoso" con el que nacieron la primavera pasada. La Caja Books es una editorial especializada en la publicación de packs que contienen tres libros breves sobre un mismo tema abordado desde distintas ópticas y géneros. La Caja de la Nostalgia, La Caja del Fútbol y La Caja de la Bicicleta son las propuestas que han llevado al mercado hasta la fecha. Con estos títulos, Cerdà aspira a suscitar en Frankfurt el apetito de alguna empresa extranjera: "Tal vez el libro Maradona en Humahuaca, firmado por Vicent Chilet, puede despertar el interés de algún editor de Latinoamérica por el título y la temática, aparte de por el enorme talento que despliega su autor. O el libro Votos, de Iván Repila, un autor traducido ya a numerosas lenguas y que ha cosechado buenas críticas en la prensa, puede ser del agrado de otras editoriales literarias".
Por su parte, Balandra fía gran parte de su éxito en Fránkfurt a Estribor, de Adolf Beltrán, “es en el que me voy a centrar, de hecho, el propio autor vendrá a la Feria”, apunta África, quien considera esencial “concentrar esfuerzos y no perderse en la inmensidad de los catálogos”. En ACEN han apostado por llevar una mezcla de las obras que componen su oferta: una pizca de poesía, otra de narrativa, algo de ensayo y también volúmenes infantiles. “Queríamos que hubiera una representación general de todo lo que hacemos”, apuntan. Desfiladero, por su parte, viaja con la revista ilustrada Xiulit cuyos contenidos esperan que resulten atractivos para algún editor especializado en cómic. También portarán consigo Yo fui guía en el infierno, sobre las peripecias del botánico Cavanilles en la sierra alicantina, y Plaza de la Bacalá , sobre Callosa de Segura. “Estamos llevando nuestra cultura al público de Nueva York, Tejas o Berlín”, sostienen sus responsables.
Hablar de un gran encuentro editorial en 2018 pasa, inevitablemente, por preguntarse acerca de las alternativas digitales. Para Cerdà, el ebook y derivados “no entran en el ranking de preocupaciones del 90 % de editores. Es como el lobo que siempre viene pero que nunca acaba de llegar. De hecho, la competencia digital ha servido para espolear a las editoriales en busca de ediciones cada vez más bellas y cuidadas. ¡Larga vida al papel!”. Desde Balandra subrayan que el modelo de negocio con el ebook "no está todavía muy claro. Normalmente, cuando se compran los derechos de un libro se adquieren para casi todos los soportes. Por eso a veces al comprar un libro en formato físico te regalan también la versión digital. Pero, vamos, la industria sigue basándose en el papel”. Por el contrario, Mollar otea al otro lado del Atlántico: “en Latinoamérica el libro digital está tirando muy fuerte, vamos a tener que ir adaptándonos a lo que suceda en el mercado". Y echando un vistazo al propio hogar, señala que "el problema en España es la piratería, un fenómeno mucho menos extendido en los países anglosajones o nórdicos”. Inmune a corrientes o modas, José Luis Victoria se muestra rotundo: “aquí lo importante es que la gente lea, me da igual si me compran en papel o en digital”.
En cualquier caso, ninguna de las editoriales consultadas se atreve a lanzar un pronóstico sobre el resultado de sus peripecias en Frankfurt. Y es que, en estos grandes encuentros sectoriales sucede como en las buenas novelas: uno nunca sabe qué le aguarda al pasar la página.