VALÈNCIA. Los últimos anuncios de la alcaldesa de València, María José Catalá, para frenar el crecimiento desordenado del turismo en el Cap i Casal no han generado especial entusiasmo en el sector empresarial. Ni la moratoria a la implantación de viviendas turísticas ni la prohibición a los megacruceros prevista para 2026 han recabado el apoyo de los representantes empresariales en la ciudad.
Este lunes se evidenció con dos intervenciones significativas al respecto. Una, la de la presidenta de CEV Valencia, Eva Blasco, que preguntada sobre suspensión temporal de licencias a los apartamentos turísticos anunciada por Catalá, pidió moderación con las restricciones. Así, aseguró que como organización empresarial, "cualquier limitación de actividad empresarial la tiene que estudiar con detalle, porque en principio no podemos aceptar limitaciones a cualquier actividad legal".
Blasco reconoció en ese sentido que "hay una realidad respecto a aquellos apartamentos en comunidades donde hay vecinos que están viviendo y eso genera unas incomodidades". Pero por otro lado, apuntó que la problemática en los bajos "viene del gobierno anterior" que concedió "multitud de licencias que también habrá que estudiar caso por caso".
Por otro lado, respecto a la medida anunciada de limitar la llegada de megacruceros en 2026, reiteró que se debe analizar "con letra pequeña" y que estos buques "posiblemente" sirvan para desestacionalizar la actividad. "En determinados momentos podría ser necesaria una distribución de la carga a nuestro destino", señaló, para lamentar a continuación que exista "cierta campaña mediática" en la que se está "magnificando ese problema que tenemos con el turismo".
Por ello, aseguró que desde la óptica del sector turístico valenciano, la situación "no es tan grave" y señaló que se debe "mejorar como destino" y "organizar flujos turísticos". Con todo, insistió en que "se ha generado un debate en cierto modo artificial movido por determinados intereses porque hemos pasado en cuestión de seis meses o un año de tener una situación turística sostenible a parecer que en estos momentos es insostenible". "Eso no se produce en un año, eso son décadas", comentó al respecto.
También se pronunció el empresario naviero y presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, quien al respecto de la limitación a los megacruceros aseguró que a priori no le "gusta prohibir nada, y menos en un puerto". "Primero hay que saber lo que son megacruceros, yo no conozco ninguno. ¿Dónde está el límite entre el tamaño de los cruceros?", se preguntó en declaraciones a los medios de comunicación.
Así pues, Boluda, quien admitió que todavía no ha abordado el asunto con el gobierno municipal -"tendrán alguna explicación", señaló sobre el ejecutivo local-, indicó que prohibir siempre le parece mal y "se pueden habilitar otro tipo de medidas". "Prohibir por prohibir ya lo hemos sufrido bastante en esta ciudad", apostilló antes de añadir que "además, hay que saber dónde está la línea porque no se puede decir 'mega algo' que no se saben las dimensiones". En ese sentido, advirtió de que "casi todos los cruceros que actualmente se están construyendo, que están navegando, son todos del mismo tamaño" y que "prácticamente cruceros muy pequeñitos quedan muy pocos y no tocan estos puertos".