VALENCIA, (EP). Sólo un 1,3 por ciento de los españoles admite que su consumo de alcohol sea alto a pesar de que hasta un 17 por ciento de la población realiza un consumo abusivo, lo que muestra una distorsión entre el consumo real y la percepción que se tiene sobre el mismo.
Así se desprende de los resultados del I Estudio Lundbeck 'Percepción y Conocimiento del Alcoholismo en España', realizado con una muestra de 4.250 adultos de 18 a 65 años, que muestra como el 23,5 por ciento de los españoles bebe alcohol más de una vez por semana. De ellos, el 13,3 por ciento lo hace de dos a tres veces a la semana y el 10,2 por ciento cuatro o más veces a la semana.
Aunque la mayor parte (71,6%) de los consumidores toman una o dos copas en un día de consumo normal, el 26,9 por ciento dice tomar entre tres y cuatro consumiciones.
Además, el estudio muestra que el 10,6 por ciento de los consumidores de alcohol reconoce tomar seis o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión de consumo al menos una vez al mes. Una cifra que contrasta con el hecho de que el 57 por ciento de los encuestados considere bajo o muy bajo su consumo.
Casi el 31 por ciento de los encuestados considera admisible una cantidad diaria de alcohol que ya es de riesgo, situándola entre 5 y 6 unidades de bebida estándar (UBE) o más.
El valor de la UBE puede variar según el país, y en España se considera que 1 UBE equivale a 10 gramos de alcohol puro.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de riesgo se sitúa entre los 40-60 gramos de alcohol puro al día en el caso de los hombres (4-6 UBEs), y en 20-40 gramos en las mujeres (2-4 UBEs).
Superados esos 60 o 40 gramos al día (6-4 UBEs) respectivamente, el consumo puede ser perjudicial, es decir, tiene efectos sobre la salud física y/o mental, y puede derivar en dependencia. En el caso del consumo de riesgo ocasional la OMS lo cifra en más de 50 gramos de consumo (5 UBEs), en una sola ocasión, para hombres y 40 gramos para mujeres (4 UBEs).
Por otro lado, el estudio muestra como uno de cada tres encuestados (33,7%) asocia al alcoholismo con una enfermedad que empieza por un vicio, un 32,3 por ciento cree que se trata de una adicción y el 30,7 por ciento que es una enfermedad. Los que consideran que el alcoholismo es un vicio representan el 12,4 por ciento del total.
El jefe de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Gual, admite que el bebedor tiene poca conciencia de los riesgos que asume. "Siempre piensa que bebe menos de lo que realmente bebe, y asume riesgos para su salud mayores de lo que cree", ha explicado.
Ese fenómeno es conocido en la práctica clínica como mentalidad de usuario, y conforme se desarrolla la adicción el alcohol se convierte en algo más importante para el bebedor, que "necesita encontrar argumentos que justifiquen su elevado consumo".
Además, aunque más del 58 por ciento de los encuestados considera que el consumo de alcohol no tiene efectos beneficiosos para la salud, un 36,9 por ciento sí cree que puede tenerlos, aunque sólo si se trata de un consumo moderado.