VALÈNCIA. Nada cambió el pasado lunes en el Puerto de València. El recinto, por quinto día consecutivo, volvió a ser el único en el que los estibadores -los responsables de la carga y descarga de buques- mantuvieron la marcha lenta en protesta por la reforma del sector que prepara el Gobierno de España.
El decreto redactado por el Ejecutivo aspira a cumplir con la sentencia europea, que falló a finales de 2014 contra el régimen de monopolio del colectivo por considerarlo contrario a la libre competencia. La aprobación del texto legal estaba prevista para el pasado viernes, pero el PP, tras no reunir los apoyos suficientes para sacarlo adelante, lo pospuso una semana.
A cambio, los estibadores desconvocaron el pasado jueves los tres días de huelga que habrían comenzado este lunes, hecho que permitió mantener la actividad en todos los puertos españoles -en todos menos en el de València-.
Desde el pasado jueves, tal y como informaría un día después el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, la productividad se redujo un 35% en el recinto del Grao. Tal circunstancia obligó el pasado sábado a desviar 6 buques a otros recintos, donde los estibadores no pusieron problemas para descargarlos.
Con este panorama se retoman este martes por la tarde los contactos entre la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques (Anesco) y el sindicato mayoritario Coordinadora -con la mediación del Ministerio de Empleo-.
Según explicó Coordinadora, la negociación entre las empresas y los sindicatos versará sobre las las materias que el Gobierno "no acepta incluir" en la norma porque, según justifica el Ministerio de Fomento, no cuentan con el visto bueno de la Comisión Europea.
El ministro del ramo, Íñigo de la Serna, instó a las partes a introducir en la negociación colectiva las reclamaciones que la Comisión Europea "no permite se puedan incluir en el Real Decreto". "Si quieren tienen toda la posibilidad del mundo de sentarse hoy a negociar hasta el fin de semana, desconvocar la huelga e introducir en la negociación colectiva esas reclamaciones. Y se acabó el problema", dijo.
Entre esos puntos se encuentran la garantía de los puestos de trabajo actuales, con la subrogación de los trabajadores por parte de las nuevas empresas que se creen para sustituir a las actuales sociedades de estiba (sagep); la exigencia de "profesionalidad de los trabajadores", una medida que puede sustituir a los registros de trabajadores que exigían los estibadores y que la Comisión Europea no aceptaba; y sobre el "modo de organización del trabajo en los puertos".