VALENCIA (EP). Un estudio realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) revela la relación directa que existe entre el ejercicio físico y el rendimiento académico de los adolescentes, de manera que los alumnos físicamente activos obtienen mejores resultados que los que no realizan ninguna actividad física y tienen mayor capacidad de atención, memoria y aprendizaje.
Así se desprende del estudio realizado por Francesc Llorens, profesor del Grado de Educación Infantil y Primaria y del Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas de la VIU para analizar, por un lado, cómo los diferentes esfuerzos físicos repercuten en el normal funcionamiento atencional y en el procesamiento de la información visual y, por el otro, para conocer si la práctica regular de actividad física afecta positivamente al rendimiento académico y a la salud mental.
Según Llorens, la capacidad cardiorespiratoria y la habilidad motora están relacionadas con el rendimiento hasta el punto de que los niños con un "nivel fitness cardiovascular alto obtienen unos mejores resultados".
El informe añade que la actividad física tiene un efecto "positivo" sobre el aprendizaje de algunas tareas escolares específicas, ya que "es el causante del aumento de toda una serie de neurotransmisores y factores de crecimiento cerebrales que estimulan y fortalecen las conexiones neuronales que facilitan la memoria y el aprendizaje".
Así, se ha demostrado la mejora de las funciones ejecutivas básicas como es la capacidad de inhibición, la memoria o la flexibilidad cognitiva que son "imprescindibles" para el buen desarrollo académico y personal de los alumnos.
Aumento del volumen del hipocampo
Según el documento, un entrenamiento aeróbico de intensidad moderada de tres días por semana durante un año contribuye al aumento de hasta un 2 por ciento del volumen del hipocampo, acompañado de un incremento de la memoria espacial, de los niveles de proteína y del Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), tan importante en el desarrollo de las neuronas.
Sin embargo, el trabajo alerta de la tendencia de la sociedad española a adaptarse a un estilo de vida sedentario, ya que se ha observado un "preocupante y paulatino" abandono de la práctica de deporte entre la población escolar con la llegada a la adolescencia, donde se produce un parón. Así, se ha comprobado que los porcentajes de práctica de deporte pasan de un 64 por ciento en niños con edades entre 6-7 años a un 50 por ciento en adolescente de 16-18 años.
El punto de mayor intensidad se produce a los 10 años, donde el 71 por ciento de los menores practica algún tipo de deporte, una cifra que cae hasta un 50 por ciento cuando llegan a los 18 años. En cuestión de géneros, estas cifras son más "alarmantes" entre las adolescentes, ya que pasan de un 63 por ciento a los 10 años a un 35 por ciento a los 18 años -en el género masculino la caída es más suave, pasando de un 78 por ciento de niños que practican deporte con 10 años a un 64 por ciento de adolecentes-.
Para combatir esta situación, el experto de la VIU considera "totalmente necesario crear propuestas de intervención para incluir la práctica diaria de actividad física dentro de las escuelas" con el objetivo de contribuir "directa y positivamente" en el rendimiento académico de los adolescentes y en su estilo de vida.
El trabajo sostiene que practicar deporte en intensidades aeróbicas moderadas repercute "notablemente" en la salud mental, ya que reduce el estrés, la ansiedad, las circunstancias que rodean a la depresión, aumenta el estado de ánimo y el bienestar y afecta a las funciones cognitivas como la memoria a corto plazo o la motivación.