Los 'freelance' redefinen el mercado laboral

VALÈNCIA. Prefieren el término inglés al de autónomo porque, aunque todos tributan, o deberían, en el RETA, entienden que la palabra freelance se relaciona más con los actividades digitales y tecnológicas, que es donde la mayoría están especializados, mientras que el de autónomo lo engloba todo.

Una investigación de Malt, un marketplace que conecta a expertos freelance con proyectos empresariales, concluye que estos profesionales independientes proporcionan competencias para los puestos que más están cambiando de un año para otro, ocupando puestos que están un 25% más alterados que la media del mercado laboral. Otra evolución que observan en Malt es que los freelance han experimentado un aumento del 220% de su tiempo destinado a colaborar con grandes empresas a la vez que crece la media de valor de los proyectos hasta situarse en más de 10.000 euros y el tiempo que dedican a los mismos, con un mínimo de un mes. 

Datos como estos evidencian que la tendencia de las corporaciones a tirar de freelance es al alza, aún siendo España uno de los países en los que más ha tardado en madurar el mercado. “Vamos uno o dos años por detrás de otros países vecinos, pero en 2023 tuvimos un aumento de usuarios freelance registrados en nuestra base de datos que fue, aproximadamente, superior a 12.500, es decir más de 1000 altas al mes”, cuenta Ignacio Bassas, responsable legal en España de Malt con más de 58.000 freelancers nacionales registrados.

De los más de 3.3 millones de autónomos que, según el Ministerio de Trabajo, había en España en abril de 2023, alrededor de 750.000 eran profesionales independientes, un 40% más que hace 13 años. Su presencia es mayoritaria en sectores como el tecnológico, el marketing digital, consultoría empresarial, arte y diseño o tareas de soporte. Entre los roles más demandados en este momento se encuentran los expertos en data y tecnología, gestores editoriales, periodistas y copywriter, diseñadores gráficos, consultores estratégico o funciones de soporte.

Confluencia de intereses

En cuanto a los motivos que llevan a un profesional a elegir esta modalidad laboral, un estudio de freelancermap ponía de relieve que la mayoría lo hacen animados por la independencia (66%). La posibilidad de acceder a proyectos interesantes y variados y conseguir una mejora salarial son también causas de peso.

Sergio Conejo, CEO y fundador de Worksible, está convencido de que “en el futuro, todo el mundo va a trabajar como freelance. No solo porque las empresas ahorran, y mucho, en plantilla y gastos fijos, sino también porque cada vez es más difícil encontrar a un joven que aspire a trabajar 30 años en la misma empresa”. Aunque así sea y solo hable de jóvenes, reconoce también Conejo que tiene registrados en la plataforma a mucho senior con experiencia entre los candidatos vendiendo servicios puntuales. 

Con más de 30.000 freelancers de todas las categorías registrados en Worksible, afirman que su visión es “ser el catalizador del nuevo orden laboral a través de un ecosistema 360º basado en el trabajo colaborativo para la comunidad independiente del futuro, los freelancer”. 

En lo que atañe a las empresas no es solo un asunto de recorte de gastos lo que les impulsa a echar mano de este talento casi siempre disponible, enfocado a resultados y cualificados en áreas muy concretas. Un contexto económico complicado y una tecnología en cambio constante también influyen.

“En los últimos tiempos, los freelancers se han transformado en los impulsores de la disrupción. Se les pide que cuestionen los conceptos de sus clientes y les aporten ideas nuevas y frescas. Los profesionales autónomos son conscientes de ello. También de que, para mantener su competitividad en el mercado, tienen que anticiparse a las necesidades cambiantes de las empresas y adaptarse a las competencias interprofesionales que requieren para darles servicio” concluye el análisis ‘Freelancing en Europa 2024’ de Malt.

Marcando la diferencia

El auge del freelancing ha dado lugar a un ecosistema digital próspero, donde las plataformas y marketplaces tratan de posicionarse como los favoritos de empresas y profesionales. El problema es que han surgido tantos que el reto ahora es diferenciarse. Una manera de conseguirlo es lo que se conoce como  ‘niche markets’ aglutinando a profesionales en un nicho de mercado específico. En Copyblogger, por ejemplo, se limitan a profesionales que crean contenido de alta calidad para terceros.

Otra forma de diferenciarse es marcando la calidad de los perfiles que ofrecen. De esto presumen en Nova, donde se presentan como “la red global de los mejores talentos”. También en la estadounidense Toptal se enfocan en freelancers de alta calidad en áreas como desarrollo de software, diseño y finanzas. En ambos casos, los perfiles son verificados y deben superar una serie de requisitos estrictos para poder ofrecer entrar en ella y ofrecer sus servicios. Algunos de los usuarios de Toptal han trabajado en empresas de la talla de Apple, Facebook o Google.

Al otro lado del telón

Aunque hasta ahora hemos relacionados a estas plataformas digitales solo con profesionales cualificados, lo cierto es que las hay de todo tipo y que no todos los que encuentran trabajo a través de estos sitios web desempeñan oficios a su altura sino que los aceptan por urgencia económica. Hablamos de servicios de limpieza, reparto a domicilio, cuidados o conducción, entre otros, que suenan más a gig economy y precariedad laboral que a plenitud profesional.

Más de 28,3 millones de personas trabajaban para plataformas laborales digitales en la UE en 2022 y se espera que esta cifra aumente a 43 millones en 2025. Según el Parlamento Europeo, de todas las personas que trabajan para plataformas, 26,3 millones (el 93%) están clasificadas actualmente como autónomos, pero hay sospechas de que alrededor de 5 millones de ellos podrían estar clasificados erróneamente. Acabar con estos falsos autónomos cuya cifra es dudosa por la dificultad de que aflore a la vista la economía sumergida, es los que se propone el Parlamento con la aprobación de la Directiva sobre Trabajadores de Plataformas aprobada en una sesión plenaria de finales de abril de 2024 y pendiente de corroborar por el Consejo.