La Comunitat, en el octavo puesto de España en privatización de la sanidad pública 

VALENCIA. A pesar de que la privatización de la sanidad pública en la Comunitat Valenciana ha sido una de las más criticadas y sonadas por los constantes ataques de la oposición durante el anterior Gobierno del PP, el informe que la Federación de Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) ha hecho público este martes la relega al octavo puesto del ranking de privatización del sistema sanitario que encabeza Madrid, Cataluña, Baleares y Galicia.

El de la Comunitat parece un dato bastante curioso ya que el PP ha gobernado en la región durante más de 20 años, hasta las pasadas elecciones, sin embargo no ocupa la parte alta de la tabla.  En la parte más baja, aparecen Andalucía, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura, gobiernos tradicionalmente socialistas. 

Este informe, con datos de 2015 y 2014, destaca que la privatización ha aumentado en todas las comunidades en ese periodo de tiempo. En comparación con el anterior informe, todas las comunidades han visto aumentar sus niveles de privatización excepto Canarias, Castilla y León, Aragón, Andalucía y Cantabria. 

Según destaca la  Fadsp, la desigualdad entre las comunidades autónomas son altas "lo que evidencia que en la privatización de los servicios sanitarios hay diferencias excesivas que evidencian la falta de cohesión del Sistema Nacional de Salud". Respecto a las mutuas, Madrid es la que tiene una mayor cobertura mientras que en el último escalón de la tabla se encuentra el País Vasco. 

En sanidad totalmente privada, destacan Navarra, País Vasco, Cataluña, Madrid y La Rioja mientras que la Comunitat Valenciana están el parte baja. Sobre el porcentaje de camas privadas, Cataluña encabeza el ranking mientras que la Comunitat está en la mitad de la tabla. 

Las variables analizadas han sido el porcentaje de población cubierta por Mutualidades de Funcionarios, el gasto en seguros privados, el gasto sanitario de bolsillo, el porcentaje de camas hospitalarias privadas, de equipamiento de alta tecnología en hospitales privados, del gasto sanitario dedicado a contratación con centros privados y la presencia de modelos de colaboración público- privada.