las claves del evento de hostelería valencia 

Los highlights de Miradas 2021

Hosteleros, hosteleras, hedonistas y demás gente del mundillo, por si os perdisteis la edición de Miradas 2021, aquí os van las claves del evento 

| 22/10/2021 | 3 min, 58 seg

Hostelería Valencia (FEHV) y CONHOSTUR presentaron en 2019 “Miradas” un evento que, bajo el diseño y storytelling propuesto por la agencia Lobo, pretendía reunir al sector hostelero valenciano para hablar sobre gastronomía y futuro.

Tras el éxito de la primera edición, Miradas pretendió continuar como un evento anual donde reunir a los mejores para aprender de y con ellos. Pero como ya sabemos, en 2020, ¿eventos de qué? A casa todos. A casa sin eventos, a casa sin restaurantes y en la mente de muchos, a casa sin futuro. Vamos, que no estaba el horno para bollos.

Pero Miradas volvió y vamos que si volvió. Esta edición venía con un cartelazo que ni el FIB: Toni Nadal, Benjamín Calleja, Sergio Torres, María Ritter, Eva Ballarín… La fiesta no decaía en ningún momento y esto es imprescindible en todo evento que se precie.

¿El concepto de este año? “Claves para afrontar la hostelería del futuro”. Porque el futuro siempre ha estado ahí, pero el COVID hizo a los hosteleros tener que meter sexta si no querían quedarse atrás, una cuestión de pura supervivencia. 

Un concepto más que acertado. Y es que “adaptarse o morir” está muy bien, pero si vienen los que saben del tema a decirnos cómo hacerlo, pues mejor que mejor.

Con lo que me quedaría de miradas si fuese hostelera

El evento arrancó con Benjamín Calleja, CEO de Livit Design y boss de las tendencias digitales y la innovación en hostelería. Creedme que si los restaurantes de Black Mirror existieran, los habría diseñado Benjamín. 

Pero si tenemos que quedarnos con algo de esta ponencia es con la necesidad de medir: clientes por hora, tiempo medio de espera entre platos, número de comensales por mesa… Medir absolutamente todo. La implantación de la tecnología, no solo como experiencia para el usuario, sino entender el data como un imprescindible a la hora de tomar decisiones. Otra idea con la que quedarse: todo debe ser instagrameable, y es que, a todos nos vienen a la cabeza restaurantes que basan su estrategia de marketing en eso: un menú normalito, pero un local al que ir a hacerse la foto y, por supuesto, compartirla. Ya sabéis, aquello del postureo

Después llegó uno de los platos fuertes: Toni Nadal. Sí, el tío y ex entrenador de Rafa. Su charla estuvo más enfocada al coaching: resiliencia, esfuerzo, actitud, constancia y superación. Una de sus citas célebres fue “Nunca una excusa nos hizo ganar un partido.” que así de primeras puede recordar al “Solo es imposible aquello que no intentas” de MrWonderfull, pero la realidad es que el estilo de Toni es un poco más “A llorar a la llorería.”

La sostenibilidad, otro tema ya en boca de todos y del que se realizó una mesa redonda moderada por Cuchita Lluch. Los cabeza de cartel: Sergio Torres, la mitad de los Hermanos Torres y María Ritter, directora de la Guía Repsol. Sin duda, me quedo con la respuesta de Nicolás Barrera, chef de Pou de Beca, ante la pregunta de Cuchita de si la sostenibilidad es cara: “Lo caro es que no haya vida.” Y así es, la sostenibilidad ya no puede ser un proyecto de futuro, la sostenibilidad debe ser una realidad en todos los sectores.

Y por último, cuando parecía que las fuerzas flaqueaban, llegó Eva Ballarín, de la que desde ya me declaro fan como comunicadora. Eva puso sobre la mesa la problemática actual a la que se enfrenta la hostelería: la falta de personal. ¿Qué le pasa a este sector? Nadie quiere (como sinónimo de desear) ser camarero, solo se contempla como una opción temporal y esto deriva en una falta de implicación bidireccional, ni el camarero se implica porque sabe que está de paso, ni los hosteleros forman demasiado al personal, por el mismo motivo. 

Eva, suscribiendo a Biden, planteó la solución: pay them more (pagadles más), que no convenció a todos y generó debate. Pero bueno, ¿qué se busca si no debate en una mesa redonda? Pese a la disparidad de opiniones, hay una máxima clara: la necesidad de poner en valor la profesión y la labor del personal de sala.

Innovación, resiliencia, sostenibilidad y la importancia de la sala, esas eran las claves, hedonistas.

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