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ANÁLISIS

Los mercados se muestran demasiado optimistas sobre las medidas políticas

El debate actual conducirá a una combinación de políticas a favor del crecimiento con un enfoque de 'lo que sea necesario' ('whatever it takes')

26/09/2019 - 

MADRID. En las últimas semanas los mercados han fluctuado entre noticias positivas en torno a geopolítica (conversaciones comerciales entre EE UU y China, Italia y menor riesgo de un Brexit sin acuerdo) y no tan buenas noticias sobre datos económicos (recesión alemana, desaceleración en la industria manufacturera americana y en China). Esto ha conducido a un rebote en la renta variable y a una subida de las rentabilidades de bonos core. Es probable que haya comenzado una nueva fase de 'esperar y ver' durante la cual los mercados reevaluarán los temores de recesión y las presiones de la dinámica comercial sobre los balances de las empresas. 

Los principales impulsores de los mercados durante 2018 fueron las expectativas de inflación y los tipos de interés. Hoy, los principales factores que causan los movimientos del mercado son las expectativas de recesión y las acciones de política monetaria y fiscal. En ambos casos, creemos que los mercados esperan demasiado. En nuestro escenario central no creemos que se produzca una recesión económica en los próximos 12 meses, ya que el consumo doméstico sigue siendo fuerte (aunque el sector manufacturero se encuentra débil). Sin embargo, los beneficios corporativos aún pueden verse afectados, lo que constituye un entorno frágil para la renta variable.
 
Además, en nuestra opinión, los mercados son demasiado optimistas con respecto a sus expectativas sobre las medidas políticas. El BCE parece haber superado las expectativas de los inversores aplicando medidas de relajación. Sin embargo, es evidente que la política monetaria debe ir acompañada de medidas fiscales (la primera por sí sola no es suficiente para contrarrestar el bajo crecimiento y la baja inflación). En lo que respecta al impulso fiscal, esperamos algunos ajustes, pero no un cambio sustancial en las normas fiscales de la UE. Cuando las expectativas sobre las medidas políticas son altas, el riesgo de que los inversores se sientan decepcionados es también alto, lo que provoca volatilidad en la mayoría de los mercados. 

Dicho esto, hay otros dos escenarios alternativos que podrían presentarse en el futuro. El más negativo es que la desaceleración sea más pronunciada de lo esperado debido a la guerra comercial en curso. Esto podría afectar a la inversión de capital o incluso puede causar despidos, especialmente en Estados Unidos, donde las leyes laborales son flexibles (sin embargo, a corto plazo, las compañías se muestran reacias a reducir personal, ya que resulta caro sustituir  trabajadores),  pudiendo afectar así al consumo "robusto". El temor a los riesgos de recesión también podría llevar a una recesión, que sería negativa para los activos de riesgo. Existe también una tercera posibilidad: que los bancos centrales apliquen políticas agresivas y también se implementen medidas fiscales. Esto apoyaría aún más a los activos de riesgo. Sobre la base de estos escenarios y el hecho de que consideramos el primero y el segundo los más probables en este momento (fragilidades, con altas valoraciones en muchas áreas del mercado y riesgos de decepción), creemos que los inversores deben mantenerse cautelosos y ágiles.
 

Destacamos nuestras cuatro convicciones:

  1. Los tipos de interés se mantendrán bajos, lo que conducirá a que se mantenga la búsqueda de rentabilidad entre los inversores, dado que es probable que el crecimiento económico siga siendo moderado.
  2. Comercio y política seguirán estando en el centro de atención; con una menor globalización por delante. Por lo tanto, aumentaría la importancia del consumo interno y de los servicios conexos en los distintos países tanto en mercados emergentes como en los desarrollados.
  3. En el caso de la renta variable, la atención volverá a centrarse en los fundamentales y los beneficios.
  4. La liquidez sigue siendo crucial para los inversores; debiendo ser conscientes del balance entre riesgo, rentabilidad y liquidez que debe tenerse en cuenta. En conclusión, nuestro principal mensaje para los inversores es tratar de preservar capital en este escenario tan incierto y ser ágiles en la búsqueda de oportunidades en medio de la volatilidad.

En el futuro, los inversores tendrán que evaluar las probabilidades de evolución de los diferentes escenarios. A día de hoy, nuestro escenario de que los mercados esperan demasiado del 'policy mix' (combinación de políticas) es el más probable. Hay temores excesivos de una recesión y también la efectividad marginal de las medidas monetarias está disminuyendo. Además, creemos que existen limitaciones políticas y económicas que impedirían un cambio de dirección fiscal en Europa/Alemania.
 
Más allá del corto plazo, el debate actual conducirá a una combinación de políticas a favor del crecimiento con un enfoque de 'lo que sea necesario' ('whatever it takes'). Esto significa que veremos más esfuerzos para acercar la brecha entre el espacio fiscal y monetario. Puede surgir algún tipo de 'politización' de las políticas monetarias y de "monetización" del enfoque presupuestario, con marcos diferentes según los países y las instituciones. Esto podría influir en el entorno del mercado a la luz de una recesión o a la luz de medidas preventivas para evitar una recesión. Los inversores tendrán que evaluar el impacto a corto plazo (caídas aún mayores en todas las clases de activos) a partir del cambio de expectativas que podría producirse en última instancia (incluida la inflación).

Pascal Blanqué es director de Inversiones de Amundi

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