VALÈNCIA. La victoria de Pedro Sánchez fue absolutamente incontestable en la Comunitat Valenciana. Los castillos en el aire de una posible remontada que minimizara la derrota de la dirección del PSPV de Ximo Puig se evaporaron este domingo a golpe de urna, cumpliéndose una a una, las previsiones de los afines al madrileño, que ha contado de colaboradores de esta autonomía como José Luis Ábalos y Andrés Perelló.
En primer lugar, el revuelo que se había producido con el impresionante número de avales recogido por la candidatura de Sánchez, cuya autenticidad se ponía en duda en privado por parte de los 'susanistas', quedó zanjado -incluso ridiculizado- al conseguir el aspirante más votos que firmas había logrado. Así, el nuevo secretario general consiguió unos 9.600 votos (63%) frente a los 4.300 (28%) de Díaz y los 1.320 (9%) de López, con una participación superior al 84%.
Unas cifras que comparadas con el número avales, 8.100 de Pedro y 5.300 de Susana, evidencian que Blanquerías 'pinchó' y no pudo asegurar siquiera los votos de militantes que habían avalado a la andaluza. Es decir, se cumplió de esta manera otra de las tesis de los afines a Sánchez: afiliados que estamparon su firma por Díaz -presionados o no- cambiaron de idea y optaron por el madrileño o se borraron del proceso dejando paso a otros participantes que no habían avalado.
De la misma manera, también sujeta a revisión debe estar la participación del propio Ximo Puig en el proceso, dado que apoyó públicamente a Díaz y puso a la dirección de su partido a trabajar en ello. El intento de arreón en redes sociales el último día -con un buen número de altos cargos del Consell y alcaldes- respaldando públicamente a la andaluza, no sirvió de nada a la vista de los resultados. Una situación preocupante para el presidente de la Generalitat, que ha sufrido en sus carnes cómo la militancia -y también parte de su Ejecutivo y otros aliados- ha decidido no seguir sus pasos. De forma rotunda, además.
Para el líder del PSPV y su equipo fue una noche aciaga. Al margen de la derrota de Díaz, hubo que sumar el varapalo en las tres provincias de la Comunitat. En Valencia, las previsiones apuntaban a una victoria de Sánchez, pero el resultado fue mucho peor de lo que esperaban en Blanquerías. Según datos todavía no oficiales, Pedro consiguió 5.730 sufragios por los 2.195 de Susana y los 582 de Patxi: una paliza en toda regla. El triunfo en municipios grandes a excepción de Mislata, Paterna, Gandia u Ontinyent donde se impuso la andaluza, era para Sánchez.
Empezando por la capital, donde el madrileño se llevó 747 votos por 394 de Díaz; Torrent, con 269 para Pedro y 11 para Susana, y así sucesivamente en Manises, Xirivella, Burjassot, Benetússer, Catarroja, Aldaia, Picassent... en definitiva, amplia superioridad del nuevo secretario general en los municipios más poblados de l'Horta. Una tónica que se propagó en líneas generales de toda la provincia.
En cuanto a Alicante, donde los 'susanistas' habían vencido en avales, los afines a Sánchez consiguieron darle la vuelta a la situación. El resultado fue devastador para Puig, quien vio cómo el madrileño se imponía en todas las grandes ciudades excepto en Torrevieja y Elda. Con todo ello, el resultado fue de 2.828 votos para Pedro, 1.722 para Susana y 517 para Patxi. Un severo correctivo en una provincia en la que en los últimos meses se había concentrado la mayor solidez de la dirección del PSPV.
La victoria de Sánchez no pone fin al vía crucis interno para el presidente Puig. Esta misma semana tendrán lugar las asambleas locales para la elección de delegados para el congreso federal, que culminarán con los 'congresillos' provinciales de donde salen las listas definitivas de representantes que tendrán derecho a participar en el cónclave estatal. Los números arrojados por las primarias indican que Puig deberá dialogar con el equipo de Sánchez en la Comunitat liderado por José Luis Ábalos, si no quiere llegar a un nuevo enfrentamiento que podría terminar con derrota por parte de la lista del jefe del Consell.
Cabe recordar que esto ya ocurrió en 2012, cuando el entonces secretario general del PSPV, Jorge Alarte, vio como la candidatura que él encabezaba para acudir al congreso de Sevilla era vencida por otra liderada por José Manuel Orengo. Posteriormente, Puig terminaría ganándole el congreso a Alarte para convertirse en el máximo responsable de los socialistas valencianos.
En cualquier caso, la situación del líder del PSPV es delicada de cara a su revalida en el cónclave autonómico que debe celebrarse en los próximos meses, originariamente previsto para finales de julio. Así, y aunque el juego de mayorías puede variar dado que hay dirigentes que han respaldado a Sánchez o a Patxi López pero que no entrarían en el juego de tumbar a Puig, lo cierto es que la victoria del madrileño ha sido tan contundente en la Comunitat que se presume que el jefe del Consell pueda tener dificultades si no se abre un periodo negociador de cara a la cita congresual.