Como en todas las películas del mítico director, los protagonistas son seres con personalidades muy extremas, temperamentales y desquiciados, a quienes la pérdida de su "padre" causará una auténtica conmoción emocional
VALÈNCIA (EP). It's a wrap (Kubrick is dead) llega este viernes 30 y sábado día 1 a La Mutant y sube a escena un espectáculo protagonizado por seis personajes "huérfanos" del imaginario de Stanley Kubrick que reciben la noticia de su muerte, con dos funciones a las 19 30 horas. En la primera se leerá el manifiesto del Día Internacional de la Danza.
Como en todas las películas del mítico director, los protagonistas son seres con personalidades muy extremas, temperamentales y desquiciados, a quienes la pérdida de su "padre" causará una auténtica conmoción emocional: el Alex de La naranja mecánica, la protagonista de Lolita, Jack y Wendy Torrance de El resplandor y el sargento Hartman de La chaqueta metálica.
A ellos se sumará el 'cromaman', una figura que en el mundo del cine viste de verde y hace posibles los efectos especiales. Desde ese instante, cada uno de los personajes desarrollará su propio viaje de autoafirmación, con la complicidad de una profesora de interpretación que ejercerá como gurú existencial, adelanta la sala municipal en un comunicado.
Esta pieza de La Intrusa, Premio Nacional de Danza en 2015, refleja que los personajes siempre han soñado con trascender a sus creadores. En 1921, el escritor Luigi Pirandello estrenaba en Roma la obra Seis personajes en busca de autor, en la que lo abordaba desde la perspectiva de una familia inventada que anhelaba una existencia lejos del escenario, abandonar su prisión de fábula y convertirse en dueños de su destino.
Exactamente un siglo después, la compañía barcelonesa toma el texto de Pirandello como punto de partida de un espectáculo donde los personajes "huérfanos" pertenecen al imaginario de Stanley Kubrick y cuyo título remite a una expresión cinematográfica utilizada para designar el final de una escena o una película.
Se trata de una apuesta firme por la transversalidad de géneros, articulando en torno a la danza elementos propios del teatro, el cine o la música, que en este caso suena por dos vías diferentes: la diegética, que escuchan los personajes; y la externa, como refuerzo a la imagen que observa el espectador.
"Hay un fuerte sentido de fisicalidad al servicio de una dramaturgia multidisciplinar, tejida desde la máxima ficción hasta las esencias de la condición humana", cuentan los dos directores de La Intrusa, Virginia García y Damián Muñoz. Su objetivo es presentar un ejercicio de retroproyección hacia el futuro con personajes, intérpretes y personas.