VALÈNCIA. En la información publicada ayer por este diario, a raíz del hecho de que una de las producciones estrella de À Punt, Parany, llevara un año "en el cajón", había otro día que también cabe subrayar: desde su nacimiento y hasta el día de ayer, la radiotelevisión pública había invertido un total de 7,8 millones de euros en media decena de producciones. Una cifra que, a lo largo de año y medio de emisiones, no cumple las expectativas (o mejor dicho, esperanzas) que el sector tenía del proyecto que renacía de las cenizas de RTVV. Desde que en 2016 se hizo una llamada a proyectos de ficción, de los que solo una minoría se han formalizado, el Consejo Rector no ha recibido ninguna nueva propuesta por parte del equipo de la televisión. De hecho, algunos de esos pocos proyectos que pasaron el corte han cambiado de nombre, de género o de presupuesto. Mientras, el último capítulo de una ficción de producción propia data del pasado mayo.
Con los problemas financieros por los que pasa la empresa pública, el modelo para llenar su prime time ha sido una apuesta por formatos de entretenimiento de no ficción, series y películas foráneas dobladas al valenciano, y la compra de derechos de emisión o coproducciones de documentales, cortos y películas, que suponen una participación mucho menor por parte de À Punt, además de un importante ahorro.
Esta realidad, compleja si se traslada al sector privado del audiovisual, genera entre los y las productoras tantas críticas como disculpas. Culturplaza ha contactado con las asociaciones de productores para saber cuál es su posición ante la sequía de la ficción en la radiotelevisión pública.
Desde la perspectiva de Productors Audiovisuals Valencians (PAV), dos años antes del cierre de RTVV "se vivieron tiempos de mucho trabajo", además de tener un posición importante en la FORTA (la federación de televisiones autonómicas), por lo que ahora "no se puede recuperar en tan poco tiempo haciendo como si no hubiera pasado nada". Por una parte, creen que "se ha de dejar margen a la radiotelevisión", pero por otra parte "se han de repensar algunos asuntos". Desde la PAV señalan, por ejemplo, al gasto en producciones extranjeras dobladas al valenciana y a su peso en la parrilla, que no tiene una repercusión notable en el sector local. Además, afirman que "se informa pero no lo suficiente": "el portal de transparencia no refleja todos los datos que queremos saber sobre cuál es la situación exacta".
Por su parte, desde la Asociación Valenciana Audiovisual de Productores Independientes (AVAPI) disculpan en parte al ente porque en su opinión, "con el presupuesto que tiene, no disponen de capacidad suficiente para hacer más de una serie de ocho capítulos al año", opinan. "Hasta que el presupuesto no cambie, la situación no cambiará", añaden y auguran que "si À Punt tuviera la posibilidad, no habría duda de que apostarían por producciones propias". Aún así, recuerda que la apuesta por una ficción propia es "lo que realmente dinamiza el sector audiovisual" porque es el formato que más equipo humano y más fases creativas implica, de ahí que se deban manejar presupuestos mayores.
Por su parte, AVANT (Asociación Valenciana de Empresas de Producción Audiovisual y Productores Independientes), opina que "la puesta en marcha la televisión ha supuesto un gran esfuerzo y la dotación presupuestaria no ha sido acorde a su papel como motor de la industria audiovisual y a la creación de un modelo de producción de calidad". Y añaden: "No podemos dejar de mencionar que producir, en muchos casos, con los parámetros de producción con los que han sido afrontadas las producciones desde el inicio de actividad de la cadena conducen a una precarización del sector que en ningún caso es defendible o deseable por parte de las productoras, como primeras afectadas". Desde la misma asociación instan a un acuerdo político y apuntan que la solución "pasa por dotar de los recursos necesarios al ente y optimizarlos mediante acuerdos de colaboración y coproducciones con otros operadores (autonómicos, nacionales o supranacionales-plataformas)". Antes, se necesitará "Más recursos, más presupuesto, más ficción, más industria".
Con todo esto, nadie esconda la preocupación por el futuro más inmediato de la radiotelevisión pública, que ha reducido al mínimo sus producciones para hacer frente a los presupuestos que maneja actualmente. De hecho, hace menos de un mes, la Associació d’Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV) y Escriptors De l’Audiovisual Valencià (EDAV) reclamaron -a través de un comunicado- más presupuesto para À Punt tras constatar cómo “ha menguado bastante” la cantidad de trabajo encargado en 2019 para producir ficción y doblaje, así como la reemisión de “series de hace más de diez años durante meses por la carencia de nuevos productos”. Nada apunta a que 2020 vaya a empezar de forma diferente.