El Aula de Cinema de la Universitat de València reúne cuatro títulos fundamentales del cine de ciencia-ficción que exploran las consecuencias y los límites éticos de la autoexperimentación científica
VALENCIA. El Aula de Cinema de la Universitat de València vuelve tras el descanso veraniego. Su programación este mes de octubre en el Palau de Cerveró contará con cuatro títulos fundamentales del cine de ciencia-ficción que exploran las consecuencias y los límites éticos de la autoexperimentación científica. En versión original, con presentación, coloquio y entrada gratuita, todos los jueves a las seis de la tarde, los espectadores podrán disfrutar de una selección de largometrajes que repasan de manera sintética los principales problemas éticos de la investigación.
La programación se abrirá este jueves 1 de octubre en el Palau de Cerveró con la proyección de El hombre y el monstruo (Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Rouben Mamoulian, 1931). Adaptación del clásico de Robert Louis Stevenson, este filme prototípico del Hollywood de los grandes estudios es un título imprescindible para examinar los tópicos que el imaginario colectivo ha construido en torno a la práctica de la autoexperimentación, en la que el científico pone a prueba sus investigaciones sobre su propio cuerpo y funciona, al mismo tiempo, como observador analista y como sujeto paciente. Una práctica polémica, que ha permitido acelerar el conocimiento científico en muchas ocasiones, pero que permanece cuestionada por sus múltiples implicaciones de carácter ético. Protagonizada por Fredric March (que ganó el Oscar por su papel en este filme) y Miriam Hopkins, la película contiene una gran carga sexual, inusual para la época, y se beneficia en ese sentido de que el código Hays acababa de ponerse en marcha y los cineastas no se lo tomaban demasiado en serio.
El jueves 15, la segunda sesión del ciclo permitirá revisar otro clásico, Me siento rejuvenecer (Monkey Business, Howard Hawks, 1952), una alocada comedia protagonizada por Cary Grant en el papel de un científico que busca la fórmula de la eterna juventud y que, a causa de un accidente, terminará experimentando por sí mismo una divertida regresión a la infancia que le permite dar rienda suelta a sus instintos más primitivos. Junto al eterno galán, Ginger Rogers y una hermosísima Marilyn Monroe. A partir de un guión escrito por Ben Hecht, Charles Lederer y I.A.L. Diamond, Hawks da forma a una historia de Harry Segall en la que el cineasta norteamericano da rienda suelta a su talento para la comedia.
El cine, invariablemente, ha asociado la autoexperimentación con la figura del científico loco que juega a ser Dios, un arquetipo en el que encaja el oftalmólogo protagonista de El hombre con rayos X en los ojos (X, Roger Corman, 1963), un film de culto de la serie B que ocupará la tercera sesión. Con su extraordinario e impactante final, la película que protagoniza Ray Milland se adelantó a su tiempo y se ha convertido en un clásico del cine de ciencia ficción por la riqueza de matices de su argumento y la hábil mano de Corman. La película se podrá contemplar el 22 de octubre.
Se cierra el ciclo el martes 29 con La mosca (The Fly, 1986), la versión de David Cronenberg sobre el famoso relato de George Langelaan, en la que combina elementos de la ciencia-ficción, de La metamorfosis de Kafka y del cine de terror para acabar construyendo un melodrama gore, una emotiva y repugnante cinta a partes iguales sobre las desastrosas consecuencias de experimentar en el propio cuerpo. Remake del filme de 1958 de Kurt Neumann, decía Cronenberg durante la presentación de la película, hace ahora treinta años, que uno de los motivos que le llevó a realizar su propia versión eran los errores científicos que tenía la versión original. Con habilidad, Cronenberg llevó la película a su terreno y sus obsesiones, como la genética, con resultados espectaculares.
