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Protesta vecinal

Los tractores que se 'esmorzaron' Valencia

Las asociaciones de vecinos de El Perellonet, El Palmar y Monte Dehesa - El Saler participaron en una 'tractorada' contra los cambios en la CV-500 que incluyó un almuerzo frente a la casa consistorial

27/01/2017 - 

VALENCIA. “Dentro de 10 años nadie la pondrá en duda”. La sentencia del concejal Sergi Campillo, concejal de la Devesa y Albufera de Valencia, tenía algo de invocación y promesa. “No tenemos el don de la infalibidad pero sí somos dialogantes y por eso nos reunimos con los vecinos y acordamos medidas en el El Saler”, dijo también en el pleno. En el punto de mira la polémica reestructuración de la CV-500, que se ha convertido en el principal quebradero de cabeza para el equipo de gobierno de Joan Ribó, tanto que eclipsó incluso las habituales críticas al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi.

Por segunda vez los vecinos afectados por los cambios en la vía, que atraviesa el parador natural de la Albufera, provocaron una movilización en contra del actual gobierno municipal, con el agravante de que quienes encabezaban la manifestación en muchos casos eran personas próximas a los partidos que lo conforman. La tractorada, que reunió a más de medio centenar de tractores y vehículos industriales, llegó hasta las puertas del consistorio antes de desplazarse al complejo Octubre, donde se ubica la Conselleria de Obras Públicas.

Las asociaciones de vecinos de El Perellonet, El Palmar y Monte Dehesa - El Saler participaron en la tractorada, que incluyó un almuerzo frente a la casa consistorial, y lo hicieron acompañados junto a otras entidades y colectivos de El Perelló (hosteleros, vecinos y agricultores principalmente) en una manifestación de protesta que colapsó parte de la ciudad durante unas horas.

El presidente de la Asociación de Vecinos de El Perellonet, Luis Zorrilla, quien intervino en el pleno del Ayuntamiento de Valencia, solicitó “la inmediata paralización de todas estas medidas y la reversión de la carretera para que se quede tal y como estaba antes de que se iniciaran las mismas” al considerar que “estas actuaciones se han llevado a cabo sin consulta de ningún tipo a los afectados y perjudicarán gravemente a vecinos, hosteleros, agricultores, pescadores y visitantes en general, ya que colapsarán aún más el tráfico de una vía que da servicio a más 60.000 personas en verano”.


Al mismo tiempo, solicitó que se abra “un verdadero proceso de participación ciudadana con las asociaciones vecinales, empresariales, profesionales y sociales de la zona  para establecer la fórmula necesaria para resolver los problemas de circulación en el citado viario, que en ningún caso deberán pasar por el estrechamiento de carriles de circulación, la construcción de resaltos o por establecer unilateralmente prohibiciones, sino por negociar y consensuar soluciones con la ciudadanía”.

En parecidos términos se manifestó la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, quien lamentó que se haya llegado a esta situación “por la ausencia de información y de consenso con los colectivos vecinales afectados”. Por este motivo, Broseta pidió que tanto la Conselleria de Obras Públicas como el Ayuntamiento rectificasen y abrieran un proceso de diálogo “en el que estén todos los actores implicados para que las medidas que se lleven a cabo cuenten con un acuerdo previo”.

Vienen curvas

Pero las previsiones no son precisamente buenas. Este miércoles Campillo mantuvo una conversación con Zorilla en la que le planteó que desde el Govern de la Nau no eran partidarios de la reversión. Un talón de Aquiles que aprovecharon desde la oposición para en el pleno echar en cara lo que Narciso Estellés, de Ciudadanos, calificó de “chapuza”. “Quieren que vayamos en bicicleta a El Saler. Ponga autobuses híbridos. Tanto parque natural y ponen autobuses a gasoil [para la línea de la EMT que atraviesa el parque]”, denunció. Y añadió irónico: “Están dialogando de manera fluida. Por eso hay una tractorada, por eso hay una demanda contra el Consell”.

Por su parte, el concejal del PP, Alberto Mendoza, criticó que con su actual configuración la CV-500 es una carretera que “pone en peligro a los ciclistas”. “Los ciclistas que van por allí no son ciclistas urbanos. No quieren ir por ese carril. Algo no está funcionando, pero no por que lo digamos nosotros. No entiendo cuáles son las ganas y la necesidad de intentar fastidiar la economía de esta gente”, agregó.

Ante eso Campillo miró al porvenir, y fue cuando dijo que “las medidas de pacificación” de la CV-500 serán “incuestionables” en pocos años. El tiempo, como dice el viejo adagio, dará y quitará razones.

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