VALÈNCIA. (EP/VP) La Asociación de Vendedores del Mercado Central ha presentado esta mañana, por Registro de entrada en el Ayuntamiento de València, una solicitud formal de reunión con los responsables municipales, con el fin de alcanzar una solución que les permita "el máximo de autogobierno posible".
La iniciativa responde "a la inacción y falta de respuesta" por parte de la Concejalía de Comercio del Ayuntamiento en relación con la prórroga del actual modelo de gestión por los propios vendedores y que, según aseguran, "les abocaría a la paralización a partir del 1 de enero". La asociación ha trasladado su "profundo malestar ante el silencio municipal en relación con su actual situación, a pesar de sus continuados intentos de buscar un acuerdo".
Según fuentes de la concejalía en cuestión, "hay reuniones desde hace tres años y la semana pasada hubo varias". La intención del consistorio, señalan las mismas fuentes, "es alcanzar a un acuerdo que permita la máxima autonomía que deje la ley a los vendedores".
En este sentido, el colectivo recalca, en un comunicado, que "durante los años 2017, 2018 y 2019 ha remitido reiteradas veces -la última de ellas, el pasado mes de agosto- informes técnicos con propuestas que permiten mantener la gestión por los propios vendedores dentro del marco legal, sin haber obtenido respuesta".
Por esta razón, y ante la inminencia del plazo previsto por el Ayuntamiento para cambiar el actual modelo de gestión, la asociación ha decidido, "una vez más y, esta vez, ya de modo urgente, solicitar formalmente al Ayuntamiento una reunión que, a pesar de haber sido anunciada por los responsables municipales, no ha sido convocada, así como la creación de una Comisión Técnica, que se pidió, por primera vez el 6 de marzo de 2017".
"El objetivo -explican- es la apertura de un proceso participativo en el seno de esta Comisión Técnica, que estaría integrada por expertos municipales y de la Asociación, con el fin de estudiar las diversas alternativas posibles de gestión por los vendedores, de un modo abierto y transparente que permitiera su conocimiento por todos los ciudadanos en general y por los operadores del Mercado, de modo particular, por las repercusiones en caso de producirse un cambio en el modelo de gestión".
La voluntad de los vendedores, continúan, es "desbloquear la actual situación y evitar los irreversibles daños de la pérdida del actual modelo de gestión, que se ha mantenido durante 33 años, por la que se verían afectados más de 1.500 puestos de trabajo y peligrarían los servicios que el Mercado Central presta a sus clientes".
En este punto, recuerdan que más del 93 por ciento de los vendedores del Mercado Central votaron, a principios de este mes, a favor de mantener la gestión propia "y los logros conseguidos durante más de tres décadas de dedicación y esfuerzo, gracias a los que ha sido posible convertir este recinto, considerado como la catedral del producto fresco, en un referente en el sector y en un ejemplo de mercado que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar en ningún momento a su esencia, combinando sabiamente tradición y modernidad".
En la misma línea, sostienen que, "durante los más de treinta años en que el Mercado Central ha dirigido sus pasos a través del sistema de gestión de sus propios vendedores, se ha ido adaptando a los nuevos tiempos, a los clientes y a las necesidades de las nuevas formas de compra y de venta".
"Este modo de gestión se ha traducido en una capacidad de reacción mucho más rápida que en el resto de mercados, gracias a una gestión directa de recursos", defiende la asociación, que añade que "el actual sistema de gestión facilita, además, la actividad de los vendedores, que no tienen limitaciones de horario al recinto, disponen de servicios permanentes de mantenimiento de sus puestos, teléfono, redes sociales y Wifi y gestionan sus propias campañas de publicidad, todo lo cual repercute favorablemente en los servicios que prestan a sus clientes".